Arte
Románico en Bélgica y Holanda
La
arquitectura románica en Bélgica y Holanda
Con
la desintegración del imperio carolingio, los territorios
comprendidos en las actuales Bélgica y los Países
Bajos permanecieron en el imperio otoniano, heredero de aquél.
La arquitectura correspondiente al primer románico sigue
las líneas marcadas por el primer románico alemán,
mezcla de tradiciones carolingias e influencias lombardas procedentes
del norte de Italia. Uno de los primeros monumentos en territorio
belga es Santa Gertrudis de Nivelles, que presenta una estructura
similar a la carolingia de Saint-Riquier, con un imponente westwerk
o macizo occidental de principios del siglo XI.
Del mismo modo, la iglesia
de San Juan Evangelista, en Lieja, sigue el esquema de planta
central de la capilla palatina de Aquisgrán. También
encontramos algunos ejemplos que recuerdan las formas del primer
románico lombardo, como la torre de Velsen-Zuid
Tras el período
otoniano, las regiones mosanas mantuvieron estrechas relaciones
con la cercana región renana, donde habían empezado
a aparecer nuevas soluciones arquitectónicas, con plantas
más complejas y gran profusión de torres. Las formas
impresionantes de Santa Gertrudis marcaron la línea a seguir
por otras obras importantes, como las de San Servacio y Nuestra
Señora de Maastricht. Ambas tienen también macizos
cuerpos occidentales con nártex y capilla sobre éste,
mientras que la cabecera se encuentra flanqueada por torres de
influencia renana.
En época gótica
se reconstruyeron las principales construcciones de estos países,
pero quedan todavía algunas que presentan elementos anteriores:
encontramos westwerks notables en San Bartolomé de Lieja,
San Nicolás de Deventer o Santa Amelberga de Susteren,
así como cabeceras con torres y trilobuladas en Soignies
y las catedrales de Roermond y Tournai.
Santa
Gertrudis de Nivelles
Consagrada en 1046, se
trata de una basílica de doble coro y dos transeptos de
distinta altura, anchura y longitud, algo más bajos que
la nave central. El transepto occidental se encontraba unido al
bloque occidental de la iglesia anterior, y fue sustituido en
época tardorrománica por un voluminoso westwerk
flanqueado por torres. Interiormente destaca la organización
de los soportes, pilares cuadrados que sustentan arcos de medio
punto y una cubierta plana.
San
Servacio de Maastricht
Si bien el edificio primitivo
corresponde al siglo X, la mayor parte de la construcción
es del XII. En él destaca el fabuloso westwerk, de hacia
el año 1000, cuyo origen tiene lugar en la existencia en
esa época de una comunidad de canónigos en el ala
oriental del edificio, mientras que el resto era utilizado como
parroquia. El coro oriental, flanqueado por torres, pertenece
al románico tardío.
Nuestra
Señora de Maastricht
La iglesia
de nuestra Señora de Maastrich edificada en su mayor parte
en 1150, sigue el mismo esquema de abside entre torres y cuerpo
macizo a los pies occidentales flanqueado por otra pareja de torres
de planta circular.
Catedral
de Santa María de Tournai
A
finales del siglo XI, Tournai era el centro de una gran diócesis,
sede del obispo Radbod II y formaba parte de Francia. En la actualidad
se encuentra en la región francófona de Valonia
en Bélgica. Contaba con una gran importancia cultural y
comercial gracias al río Escalda, sus pastos, un rico subsuelo
de piedra caliza y una floreciente industria Textil.
La Catedral
de Tournai destaca por el desarrollo que en ella se hace del trilobulo
en planta y alzado, así como por la importancia que tomaron
las torres en su fisonomía exterior. Al interior la nave
mayor de 1110 se resuelve con arcos de medio punto y cubierta
de madera. Las naves laterales son un excelente ejemplo de alzado
interior anunciador ya del gótico temprano. Estas naves
laterales cuentan con tribuna con triforio, andito y un cuerpo
de ventanas. Estos cuatro niveles se alinean formando el trilobulo
de bóvedas de crucería que se comenzó en
1165.
El número
de torres de la Catedral en origen es impreciso ya que muchos
historiadores creen que en proyecto se concibieron nueve torres
que no se llegaron a concluir. La cercanía de Tournai con
Saint Riquier y sus torres carolingias nos hace posible estas
afirmaciones. La fachada es típicamente Renana con el ábside
entre dos torres de altas dimensiones colocadas a cada extremo
del transepto, se cree que existió una tercera torre en
el arranque del ábside central destruido en 1242. Existe
también una torre a modo de linterna sobre el crucero,
lo que nos daría siete torres. Sin embargo existen claros
indicios de que lo que hoy son pináculos en la fachada
occidental pudieron ser dos torres mas, lo que elevaría
el numero a nueve.
Otros
testimonios Románicos en Países Bajos
La influencia
que las iglesias del Rin Imperial junto con las carolingias de
Saint Riquier dieron lugar a nuevas experiencias en ciudades como
Lieja o Huy.
La ciudad
de Lieja fue importante para el desarrollo arquitectónico
y cuenta con dos iglesias particulares como son la de San Juan
Evangelista y la de Saint Bhartelemy. La primera se construyó
en 982 en forma de rotonda al modo de la Capilla Palatina de Carlomagno
en Aquisgran. En la actualidad se encuentra muy modificada. El
interior de Saint- Bhartelemy conserva la disposición de
transepto y tres ábsides, al exterior destaca el imponente
cuerpo occidental.
Los grandes
complejos catedralicios alemanes como Colonia o Espira se reflejaron
en catedrales como Rolduc, de pesados pilares y robustas bóvedas.
Conjuntos como el de Hildesheim influyeron en pequeñas
ciudades como Utrecht en la iglesia de San Pedro o en la antigua
abadía de Sustarem a comienzos del siglo XI. Ambas tienen
un estilo sencillo y carecen de bóvedas.
La
metalistería
Pero donde destacó
ampliamente la región mosana es en el campo de la miniatura
y el trabajo del metal. En el segundo caso, hay un nombre propio
que impregna de personalidad todo el arte posterior, Rainiero
de Huy, autor entre 1107 y 1118 de la pila bautismal conservada
en la iglesia de Saint-Berthèlemy de Lieja, en bronce;
se trata de una fabulosa obra apoyada en doce bueyes de medio
cuerpo, con la representación en altorrelieve de cinco
escenas de bautismo en la copa.
A Rainiero se le han
atribuido algunas otras obras realizadas en bronce fundido, como
un incensario conservado en Lille o un pequeño Cristo crucificado
de Colonia, e influyó fuertemente en las figuras de algunos
relicarios mosanos, como el de San Hadelino o el de San Alejandro,
procedente de Stavelot. Este último está enriquecido
con piedras preciosas y placas de esmalte champlevé, otra
especialidad en la que destacaron los orfebres de la región.
Stavelot fue un centro
monástico muy importante en la producción de esmaltes,
y son muchas las obras que se han conservado originarias de allí;
los museos europeos y americanos están llenos de ellas,
como plaquetas de cruces y relicarios o el famoso retablo de Remaclo,
prácticamente desaparecido, pero del que quedan dos placas
en Berlín y en Frankfurt. Otras obras destacadas de esa
procedencia son algunos trípticos-relicario o el fabuloso
altar portátil en bronce dorado y esmalte conservado en
el Museo Real de Bruselas, así como un pie de cruz procedente
de la abadía de Saint-Bertin, actualmente en Saint-Omer
(Francia).
La
miniatura
El estilo de las figuras
en metal se encuentra también en algunas placas del siglo
XI en marfil utilizadas en la encuadernación de evangeliarios;
ejemplos de ello son los Cristos en Majestad de la cubierta del
obispo Notger de Lieja, actualmente en dicha localidad, o una
Crucifixión en Tongeren. En la producción de miniaturas
para estos manuscritos, la región mosana y Flandes adquirieron
carácter propio también desde finales del siglo
XI, pues durante la época otoniana entraban dentro de la
esfera de Colonia. Las influencias otonianas se dejan sentir en
las obras más antiguas del grupo, consideradas también
como las más importantes: las biblias de Lobbes y de Stavelot,
ambas de la mano del mismo artista, Goderanno.
Fundamental es la miniatura
a toda página del Cristo en Majestad de carácter
bizantino de la Biblia de Stavelot, actualmente en Londres. La
influencia de la metalistería del siglo XII se deja sentir,
por su parte, en otra serie de obras más tardías
elaboradas en centros próximos a Lieja, como los Evangelios
de Averbode y la Biblia de Floreffe. Finalmente, una última
corriente que tuvo importantes repercusiones en la región
es la de los scriptoria del nordeste de Francia, con la aparición
de algunas páginas tapiz, como la del Génesis en
la Biblia de Parc.
(Autores
del artículo/colaboradores de ARTEGUIAS:
Javier Bravo y Ana Belén Fernández)