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Biografía de Alfonso VIII. Rey de Castilla

Estatua de Alfonso VIII en la ciudad de SoriaEl reinado de Alfonso VIII de Castilla resulta de gran interés para la historia de la península en la Edad Media.

Se enmarca en lo que se ha venido llamando la España de los Cinco Reinos, en la que, desaparecida la tendencia unitaria esbozada por Alfonso VI, Castilla y León se encuentran de nuevo separadas políticamente, y periódicamente enfrentadas, dando lugar a un periodo marcado por el continuo juego de alianzas entre ambos reinos y el resto de los territorios peninsulares: Aragón, Navarra y Portugal; sin desdeñar tampoco cualquier otro tipo de alianzas, incluidos los almohades.

Sin embargo, su importancia va más allá de los sucesos acaecidos durante el reinado, ya que en él se pondrán los pilares para dos hechos fundamentales para la historia de los siglos posteriores:

  • La conversión del Reino de Castilla en el centro de poder político más importante de la parte occidental de la Península
  • La decadencia definitiva del poder musulmán

Libro de arteLa importancia política de Castilla en detrimento de León era una tendencia que ya se apuntaba y que durante el reinado de Alfonso VIII queda clara, para consolidarse con el acceso al trono de Fernando III y la unión definitiva de ambos reinos.

Por su parte, la victoria de Las Navas de Tolosa (1212) no sólo acabará con el poder de los almohades, sino que abrirá las puertas de Andalucía a sus herederos, que con sus conquistas limitarán la existencia de lo que fuera Al-Andalus al Reino de Granada hasta su desaparición en 1492.

Las Claustrillas del Monasterio de Las Huelgas, fundado por Alfonso VIII

La predominancia de Castilla y las disputas con León y Navarra

Curiosamente, el comienzo del reinado de Alfonso VIII no fue fácil. Hijo de Sancho III de Castilla y Blanca de Navarra subió al trono cuando contaba apenas tres años, abriéndose entonces un periodo anárquico, caracterizado por el enfrentamiento entre las poderosas familias de los Lara y los Castro, que se disputaron su tutela y la regencia, junto a Fernando II de León, que ejerció durante algún tiempo la tutela del niño, y aprovechó, al igual que Sancho VI de Navarra, este periodo para aumentar sus territorios a costa de los de Castilla.

Por ello, una vez asumido el poder (1169) Alfonso VIII orientará su política hacia la recuperación de las tierras perdidas durante su minoría a favor de León (Tierra de Campos) y de Navarra (La Rioja), lo que enfrentará a Castilla con León y Navarra durante largas décadas.

Plasencia erigió una estatua a Alfonso VIII por haber fundado esta ciudad

La competencia con León se deberá fundamentalmente a cuestiones fronterizas y será una constante durante todo el reinado, jalonado por la firma de diversos tratados, que darán lugar a períodos de estabilidad y buenas relaciones.

Entre los diversos acuerdos destaca el matrimonio entre Alfonso IX de León y la princesa Berenguela, hija de Alfonso VIII, realizado en 1197, que incluía como dote las plazas fuertes en disputa, y dio lugar a un periodo de tranquilidad. Pero el papa Inocencio III declaró nulo el matrimonio por razones de parentesco que se disuelve en 1204, volviendo Berenguela a Castilla, lo que deshace el acuerdo de paz y promueve de nuevo los enfrentamientos.

No obstante, este matrimonio será de gran importancia en el futuro, ya que un hijo de esta unión, Fernando, se convertirá en Fernando III, primero de Castilla (1217), luego de León, uniendo ambos reinos a la muerte de su padre en 1230.

Con respecto a Navarra, Alfonso VIII buscará recuperar los territorios que le habían sido arrebatados, para lo que emprenderá entre 1173 y 1176 diversas expediciones tendentes a restaurar las fronteras anteriormente existentes, lo que no sólo logró con la recuperación de La Rioja en 1173, sino que además se anexionó Álava y Guipúzcoa (1200), que pasaron definitivamente a formar parte del Reino de Castilla bajo la autoridad de Diego López de Haro, Señor de Vizcaya.

Estatua idealizada en el siglo XVIII del rey Alfonso VIII de Castilla.

El dominio de Álava y Guipúzcoa interesaba a Alfonso VIII porque unía sus dominios castellanos con los de Aquitania, a los que se consideraba con derecho por su matrimonio. Alfonso VIII se había casado con 1170 con Leonor de Inglaterra, hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania, que llevó como dote el ducado de Gascuña, cuya posesión nunca se hizo efectiva, y los intentos que el monarca llevó a cabo para ello tampoco no tuvieron éxito.

La decadencia del poder musulmán

Otra de las constantes del reinado será la política relativa a Al-Andalus. En primer lugar, tratará Alfonso VIII de evitar que Aragón se extienda por las zonas de influencia castellana, en especial las dominadas por el llamado Rey Lobo, que mantuvo un reino independiente de los almohades en Murcia-Valencia-Albarracín.

Estatua de Alfonso VIII en ToledoLa expansión hacia el sur de Aragón llevará a enfrentamientos que finalizarán con la firma del acuerdo de Cazola en 1179 con Alfonso II el Casto, rey de Aragón, por el que se repartieron los territorios musulmanes y delimitaron sus respectivas zonas de expansión: Castilla concedía libre y perpetuamente al monarca aragonés todo el país valenciano, incluidas las ciudades de Valencia, Játiva y Denia, hasta el puerto de Bihar (Alicante), y el monarca aragonés hacia lo propio con todas las tierras situadas más allá de dicho puerto. Con este tratado quedaban ya prefigurados los que van a ser, a partir del siglo XIII, los grandes Reinos peninsulares de Castilla y León y Aragón-Cataluña.

En cuanto a los almohades, principales dominadores del territorio musulmán peninsular en este periodo, se alternaron los enfrentamientos con diverso resultado, con paces y treguas, en momentos en los que la neutralidad almohade era necesaria para Castilla, concentrada como estaba en sus enfrentamientos con León y Navarra.

En 1177 los almohades continuaban hostigando las tierras fronterizas de Castilla y atacaron Uclés. Esto debió decidir a Alfonso VIII a asegurar sus posiciones por tierras de Cuenca, conquistando esta ciudad en ese mismo año, para lo que contó con la ayuda de Alfonso II de Aragón.

Murallas que rodean Calatrava La Vieja

En los años siguientes continuaron las campañas por tierras andaluzas y la ampliación de las conquistas en la zona del Júcar (1183-1185). Alarmados por ello los almohades y ante el peligro que suponían, el Califa Abu Yacub pasó a la península, desembarcando en Tarifa con un gran ejército, y declarando la guerra santa contra los cristianos (1195).

Lugar donde se desarrolló la batalla de AlarcosLa campaña culminó con la derrota de Alarcos (1195), la retirada de Alfonso VIII a Toledo y la caída de Calatrava y otras plazas fuertes, momento que marca el apogeo del poder almohade en la península, que controlaba su área central y no dejaba de hostigar a los reinos cristianos.

Sin embargo la victoria fue efímera. El papa Inocencio III, junto al Arzobispo de Toledo Ximénez de Rada, llevaban tiempo predicando la necesidad de solventar las diferencias entre los reinos cristianos y su unión en una cruzada frente al Infiel. Será una nueva campaña del Califa almohade, que acabó con la toma del Castillo de Salvatierra (1211), la que provoque la unión entre los reyes cristianos, así como la predicación de una nueva Cruzada.

Castillo de Salvatierra. Campo de Calatrava. Ciudad Real

Oficialmente sólo Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra participaron con sus huestes reales, aunque muchos caballeros leoneses, gallegos y portugueses se unieron al ejército cruzado, que reunido en Toledo, avanzó por tierras de Toledo y Ciudad Real, recuperando las plazas perdidas hasta la definitiva victoria de Las Navas de Tolosa (1212), con la que queda expedito el camino hacia el sur peninsular y el Imperio Almohade se derrumba definitivamente.

Monumento a la batalla de las Navas de Tolosa en Jaén

Otros aspectos destacables del reinado de Alfonso VIII de Castilla

Estatua de Alfonso VIII en el alcázar de SegoviaOtros aspectos a destacar del reinado son la labor repobladora y legislativa de Alfonso VIII. De la primera, las grandes beneficiarias fueron las Órdenes Militares, en especial Calatrava y Santiago que recibieron importantes territorios en La Mancha y Cuenca; con la segunda, el rey concedió fuero a muchas ciudades, sobresaliendo por su importancia y difusión posterior el otorgado a Cuenca. En el movimiento intelectual promovió la fundación de escuelas catedralicias y, sobre todo, del Estudio General de Palencia (1209), que se considera la primera Universidad de España.

Alfonso VIII morirá en 1214 dejando como heredero a Enrique I, que accederá al trono con sólo 10 años, y cuya prematura muerte en 1217, hará recaer la corona en su hija Berenguela, que en el acto de proclamación renunció al trono en favor de su hijo Fernando, habido con Alfonso IX. Éste, como Fernando III, aunará bajo su cabeza las coronas de Castilla y León, iniciando así la andadura definitiva del Reino Castellano-Leonés.

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Última actualización de "BIOGRAFÍA DE ALFONSO VIII DE CASTILLA" en noviembre de 2007

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