Guía de la Catedral de Astorga, León
Introducción histórica de Astorga
La
ciudad bimilenaria de Astorga (León) es una de las sedes
episcopales más antiguas de la Península Ibérica.
Importante cruce de caminos desde época romana,
cobrará especial relevancia en la Edad Media como parada
obligada para los peregrinos del Camino Francés a Santiago
de Compostela, centro mercantil y litúrgico por excelencia.
Así pues, ya podemos hablar de una primera
comunidad cristiana en la Asturica Augusta del siglo III, que
establece una "catedral" primitiva, la llamada Iglesia
del Obispo.
Los siglos XI-XIII fueron testigos del derrumbe y
la construcción de nuevos espacios catedralicios, hasta
llegar al edificio actual, levantado a partir de 1471 en un estilo
gótico tardío sobre los restos del conjunto románico.
Introducción a la historia de la catedral
de Astorga
La Catedral de Santa María de Astorga forma
junto a la muralla romana y el Palacio Episcopal el triángulo
de oro monumental de la ciudad.
La seo astorgana, tanto en un sentido espiritual
como físico, existe desde tiempos inmemoriales, por lo
que es fruto de diferentes etapas constructivas que se expanden
a lo largo de cuatro siglos. Cabría entonces pensar que
nos encontramos ante una amalgama de estilos arquitectónicos,
sin embargo, veremos que el resultado es un edificio armónico
en cuanto a sus proporciones, original e inigualable.
Poco se sabe de esta primera iglesia episcopal, datada
hacia el 254 de nuestra era, más allá de que se
encontraba extramuros y que existiría hasta el siglo X,
cuando Almanzor toma la ciudad y la destruye.
En el siglo XI se construye una primera catedral
románica, ya intramuros, en el mismo lugar que hoy ocupa
la actual. A falta de prospecciones arqueológicas, podemos
deducir por los restos que han llegado hasta nosotros que se trataría
de un edificio de planta basilical, dividido en tres naves con
sus respectivos ábsides.
Reaprovechando la estructura y los materiales, se
erige un segundo templo románico de mayores dimensiones,
consagrado definitivamente por el obispo Don Pedro Fernández
durante su pontificado (1242-1265).
Como decíamos, el 16 de agosto de 1471 se
coloca la primera piedra de la catedral gótica. En ella
se aprecian influencias de la corriente tardía sajona pues
se atribuye al arquitecto Hans de Colonia, introductor del gótico
flamígero en Castilla. A finales de siglo se derrumbará
el ábside románico en favor de una cabecera más
acorde con el nuevo estilo, coronada por una preciosa bóveda
de crucería.
En 1550, el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón
recoge el testigo y anexa una serie de capillas laterales que
empiezan a dar forma al crucero, con un sabor ya marcadamente
renacentista. De esta época también son las llamadas
Portada Sur y Portada de los Obispos.
No será hasta 100 años después
que se remate el interior y se tracen las dos torres de la fachada
principal, en 1678 y 1692 respectivamente. Se empiezan a atisbar
las primeras muestras del neoclasicismo, patentes en la reja del
coro y en el retablo marmolado del trascoro. Este estilo alcanza
su cúspide con la construcción del claustro, levantado
sobre pilastras jónicas (1755), y de la sacristía
monumental (1772), que alberga un espectacular altar-relicario
rococó.
La fachada principal, obra de los arquitectos Francisco
y Manuel Alvear, consolida el triunfo del barroco leonés.
Casi como si de un retablo pétreo se tratara, es una de
las partes más importantes de la catedral de Astorga
por lo que dedicaremos un apartado a su descripción.
Las obras continúan a lo
largo de los siglos XIX y XX. En 1800 se coloca el famoso reloj
del Sol y la Luna, una ingeniosa obra de Bartolomé Hernández
capaz de marcar las 24 horas y las fases lunares, así como
de hacer sonar un carrillón de 5 campanillas. Se darán
los últimos retoques al conjunto, cuya urbanización
culmina, finalmente, en 1965.
Con este conjunto de obras superpuestas históricamente
a lo largo de varios siglos, el visitante que recorra el exterior
de la cabecera se encontrará con un cabecera y flancos
laterales de aspecto tardomedieval pero que cambia radicalmente
en su fachada oeste donde el Renacimiento, Barroco y Neoclásico
son los auténticos protagonistas.
La catedral de Astorga fue declarada Monumento Histórico
Artístico en 1931, como parte del Conjunto Histórico
de Astorga, que incluye también el Palacio Episcopal, la
ergástula romana y el Ayuntamiento de la ciudad.
La fachada occidental
La fachada occidental de la catedral de Astorga apenas
conserva elementos medievales pues es fruto de diferentes campañas
entre los siglos XVI y XVII. El imafronte está flanqueado
por las dos citadas torres formando una llamada "fachada
armónica".
El cuerpo central tiene tres puertas, mucho más
pequeñas las dos colaterales que son de medio punto y por
encima se construyeron dos templetes de formas romanas con estatuas
en su interior.
La puerta central es de grandes dimensiones y una
de las joyas escultóricas en piedra del arte moderno español.
El vano de ingreso es trilobulado y está rodeado por columnas
extraordinariamente decoradas con putti, candelieri, etc.
Encima, se esculpió un relieve con un imponente
Descendimiento que ocupa el tímpano cóncavo -a modo
de bóveda de horno- de la portada principal. A los lados
lo acompañas otros dos relieves que representan sendos
milagros de Jesús.
En los muros laterales de dicha entrada se empotraron
otros dos grandes relieves con dos importantes pasajes del Evangelio:
la expulsión de los mercaderes del templo y la salvación
de la adúltera. Todo ello va acompañado con diversos
motivos simbólicos con reminiscencias churriguerescas que
rematan el hastial, de carácter preciosista.
Esta fachada oeste de la catedral de Astorga también
cuenta, en su parte central, con una imagen de la Asunción
de la Virgen en una hornacina y la de Santiago peregrino en el
frontón.
Esta fachada cuenta con un gran rosetón decorado
con temas vegetales sobre el que se encuentra el escudo de la
monarquía.
Arquitectura del templo catedralicio
Fruto de las citadas evoluciones y transformaciones,
el interior de la actual catedral de Astorga es principalmente
de estilo gótico-tardío. Se estructura mediante
una cabecera de tres ábsides poligonales más ancho
y profundo el central más tres naves con capillas adosadas.
Al entrar en el interior de la catedral astorgana,
rápidamente se aprecia que la nave central posee mucha
mayor anchura y altura que las laterales, siendo éstas
notablemente estrechas.
Los pilares que dividen las naves son fasciculados
con multitud de finos baquetones que se prolongan en los distintos
nervios de las bóvedas. Y decimos baquetones pues en la
catedral de Astorga estos soportes no se pueden considerar columnas
pues no rematan en capiteles, sino que formar un todo continuo
entre los fustes y los nervios.
En cuanto al alzado de la Catedral de Astorga, presenta
dos niveles, el de los arcos formeros agudos y un amplio claristorio
con grandes ventanales también de perfil ojival con tracerías
muy decorativas. Por tanto se prescinde del nivel intermedio o
triforio, propio de otras etapas más primitivas de la arquitectura
gótica como en su fase clásica.
Las bóvedas de todo el edificio catedralicio,
como corresponde al periodo gótico final en que están
construidas, son de crucería estrellada con terceletes
y en algunos casos con arcos combados, tanto en la nave central
como en las laterales.
Los empujes oblicuos de estas bóvedas se contrarrestan
mediante arbotantes exteriores con potentes botareles.
El retablo mayor
La catedral de Astorga alberga en su interior una
serie de piezas notables que también merecen nuestra atención,
pero, sin duda, su retablo mayor sobresale por encima de todas
ellas. Obra del andaluz Gaspar Becerra, escultor de cámara
de Felipe II, es una de las tallas más importantes de nuestro
Renacimiento clasicista. No en vano es llamado Becerra el "Miguel
Ángel español", pues se aprecian en este retablo
la grandiosidad y el dramatismo que caracterizaban los trabajos
del genio italiano. La escultura del retablo sigue los principios
de simetría, mesura y corpulencia anatómica característicos
del renacimiento español.
Realizado entre 1570 y 1573, representa una verdadera
catequesis mariana que se adhiere a las doctrinas establecidas
en el Concilio de Trento.
Recorriendo de izquierda a derecha y de arriba abajo
cada uno de los tres cuerpos que lo conforman, veremos las siguientes
escenas de la vida de la Virgen: el Abrazo de San Joaquín
y Santa Ana, la Natividad de la Virgen, los Desposorios, la Anunciación,
la Adoración de los pastores, la Circuncisión del
Niño Jesús, la Epifanía, la Presentación
de Jesús en el templo, el Niño Jesús entre
los doctores, la Piedad, la Ascensión del Señor,
el Pentecostés y la Coronación de la Virgen María
por su Hijo. En la calle central, la Asunción, patrona
de la Catedral. En la puerta del Sagrario, que tiene la forma
de un de templo clásico, se representa a Cristo Resucitado,
con el Sepulcro vacío para sorpresa de los guardias que
lo custodian.
En la predela hay cuatro figuras femeninas que representan
la Caridad, la Fe, la Religión y la Vigilancia, acompañadas
cada una por sus respectivos símbolos: el pan y las monedas;
el Cáliz, el paño y los libros; las rosas, las llaves
y las hojas de palmera; y el libro abierto y la esfera con el
gallo, con los que se buscaba reforzar las enseñanzas tridentinas
del Concilio. Las mujeres están separadas entre sí
por una serie de cabezas talladas en forma de águila, toro,
león y niño que sin duda son una referencia al Tetramorfos.
En el ático encontramos un Calvario protagonizado
por la Virgen y Cristo Crucificado, además de San Juan,
San Ambrosio, San Agustín, San Francisco de Asís,
San Antonio de Padua y San Lorenzo. Rematan la escena los Santos
Esteban, Benito, Domingo de Guzmán, Gregorio Magno y Jerónimo.
En los intercolumnios se colocó a los Apóstoles,
los Evangelistas, San Sebastián y San Juan Bautista.
La Capilla de la Virgen
de la Majestad
Dedicaremos ahora unos instantes a la Capilla de
la Virgen de la Majestad, de suma importancia pues custodia una
delicada talla de una Virgen Sedente del siglo XII. De estilo
románico-bizantino, los historiadores debaten su titularidad:
si bien admitiría el calificativo de Theotókos,
"Madre de Dios", más bien encaja con la denominación
de Kyriotisa, "Virgen como Sede del Señor". Efectivamente,
el Niño-Rey se sienta sobre sus rodillas mientras bendice
con la diestra. Para reforzar esta idea, María sujeta entre
sus dedos una manzana, una alegoría de nuestra perdición
y nuestra Salvación.
En esta misma capilla podemos contemplar un
cuadro curioso, interesante por su significado artístico,
histórico y religioso. Se trata de una pintura del canónigo
J. Peñalosa, artista de cierto renombre en la zona, cuyas
obras nos permiten conocer la Astorga del siglo XVII. Esta imagen
es el único documento gráfico que nos muestra la
catedral sin el transepto, tal como fue ideada. Además,
hace las veces de exvoto por el milagro obrado por la Virgen de
la Majestad, quien habría salvado en 1436 a dos hombres
que quedaron atrapados en un pozo, según consta en la Bula
Autenticada del archivo de la catedral.
El Coro
Volvemos ahora al coro, una refinadísima estructura
de filigrana del siglo XVI. De madera de nogal, cuenta con 91
sillas, dando cuenta de la dimensión pastoral de la catedral.
El Coro Bajo se empieza en 1520, cuando aún coexisten el
gótico hispanoflamenco y diversas corrientes italianistas.
El Coro Alto, realizado a lo largo de 20 años,
es el resultado de las "maneras" propias de cada uno
de los artistas que trabajan en él, por lo que resulta
una amalgama de estilos que van desde el primer renacimiento al
barroco leonés.
La reja, que mencionamos anteriormente, es
de estilo greco-romano, y es considerada uno de los mejores ejemplos
de rejería española de todo el siglo XVII.
Las vidrieras
Importantísimas en cualquier catedral gótica
son sus vidrieras, aunque debemos señalar que la mayoría
de las existentes aquí se hacen en época renacentista.
Este es el caso de las vidrieras del ábside central, fechadas
en 1527 y firmadas por Arnao de Vergara, que representan, con
una técnica depuradísima y cargada de simbología
a los Santos Lorenzo, Esteban, Agustín y Jerónimo,
así como a las Santas Leocadia y Elena. Apreciamos la influencia
del estilo flamenco del que bebió la escuela leonesa en
la pesadez y definición de los ropajes, así como
en la gestualidad de los rostros y manos.
Siguen también este esquema las vidrieras
de la capilla de San Jerónimo: indumentarias compactas,
colores adamascados y fondos arquitectónicos plagados de
flameros y grutescos. El programa iconográfico representa
a Jesús Resucitado ante las santas mujeres, María
Magdalena y Santa Marta de Betania, de acuerdo a la versión
de la Leyenda Áurea de Santiago de la Vorágine.
Otros espacios
Junto a la Iglesia, integran el complejo catedralicio
el Museo de la Catedral, el Archivo Diocesano, y el Hospital de
San Juan.
Más información del
Museo
Catedralicio de Astorga