Catedral
de Cádiz
La Catedral de Cádiz
es una de las de más moderna construcción de todas
las que hay en España puesto que su edificación no
fue consumada hasta la cuarta década del siglo XIX (1722-1838).
Su advocación es
la de Santa Cruz (Catedral de Santa Cruz de Cádiz),
aunque aquí hay que hacer un comentario para no caer en una
fácil confusión. En Cádiz hay otra iglesia
llamada de Santa Cruz, aunque conocida por los gaditanos como Catedral
Vieja. Ésta es una iglesia originaria del siglo XIII, construida
poco después de la conquista por Alfonso X el Sabio y que
fue reconstruida durante el siglo XVI.
Sin embargo, el templo catedralicio
oficial es aquel más moderno que se inició en 1722
junto al mar (en la Plaza de la Catedral) y que para los gaditanos
se denomina Catedral Nueva o Santa Cruz sobre el Mar
o Santa Cruz sobre las Aguas para distinguirla de la otra.
Es fácil suponer
que en las fechas en que está construida (siglos XVIII y
XIX) los estilos predominantes de la catedral sean el barroco y
el neoclásico.
Este templo catedralicio
de Almería es amplio y se dispone mediante planta de tres
naves separadas por haces de columnas más crucero. Una imponente
cúpula semiesférica se alza sobre el centro del mismo.
Además de esta cúpula principal tenemos otras, como
la que se sitúa sobre el altar mayor. También hay
otra dedicada a guardar reliquias.
También es interesante la visita a la cripta que se halla
bajo el altar mayor y que dada su cercanía al mar se encuentra
bajo su nivel. Entre otras cosas podemos encontrar aquí los
enterramientos de gaditanos universales como Manuel de Falla y José
María Pemán.
Espectacular es la fachada
principal, de estilo barroco contenido, con tres puertas, la central
sobre muro cóncavo con estructura columnaria y juego de frontones.
Especialmente llamativas son las dos altísimas torres campanario
ochavadas que se levantaron en los extremos de esta fachada.
La humedad provocada por
la cercanía al mar y la mala calidad de ciertos materiales
constructivos ha afectado bastante al templo produciéndose
el mal de la piedra.