El
camino que conduce a San Martín de Elines desde la provincia
de Burgos es de una belleza impresionante. Se sigue una carretera
paralela al Ebro por su verde valle encajado entre grandes muros
y farallones calizos, adentrándonos en la comarca cántabra
de Valderredible,
La emocionante
ruta tiene su colofón cuando tras una curva emerge, casi
sin advertencia, la estampa soberbia de la cabecera de la iglesia
monástica.
La
Colegiata
Inicialmente
San Martín de Elines perteneció a un monasterio mozárabe
del siglo X (queda algún resto en el claustro), luego pasó
a ser colegiata y más tarde parroquia.
El templo es
de una nave con presbiterio y ábside. En el costado meridional
hay una poco habitual torre campanario cilíndrica (aunque
el remate o cuerpo de campanas es posterior, del siglo XVII).
Existe un pequeño
claustro a los pies del templo con grandes columnas que fue reconstruido
con material reutilizado en el siglo XVI.
La iglesia
Probablemente
este templo pertenezca a las primeras décadas del siglo XII
y, por consiguiente, habría que encuadrarlo en los años
del románico pleno.
Como veremos
a continuación, hay dos protagonistas que nos acompañarán
en todo momento por la colegiata de Elines. En el plano arquitectónico,
nos referimos al arco semicircular. En efecto, en la iglesia, tanto
exterior como interiormente, el maestro constructor "jugó"
con la articulación mural a base de innumerables arquerías,
incluso algunas veces, envolviendo a otros arcos menores.
En lo
referente a la escultura, el gran protagonista es el león,
que en Elines se nos muestra en varios de los significados simbólicos
que el románico emplea con habitualidad.
Exterior de la iglesia
La cabecera
es imponente gracias a sus proporciones y a la ya citada combinación
de arcos murales.
En
concreto, el ábside semicilíndrico está dividido
en calles por finas columnas que apoyan en plinto. En medio de estas
calles se abren elegantes ventanales. Hasta aquí tenemos
una disposición clásica de los ábsides románicos.
La peculiaridad es que se añadieron columnitas a los lados
de las columnas citadas para recoger arcos murales que se desarrollan
en cada calle, envolviendo a las mencionadas ventanas. Este juego
de líneas curvas (arcos y ventanas) y rectas (fustes columnarios)
imprimen un estético y sugestivo ritmo a este ábside.
Parecida disposición la encontramos en la burgalesa iglesia
del Monasterio de Rodilla.
También
hay que fijrse en los canecillos. Además de las habituales
cabezas de personas y animales, hay otros de combates e incluso
de exhibicionistas.
La torre cilíndrica
del muro sur no es nada habitual. Autores como Lojendio encuentran
similitudes entre esta torre y las de San Martín de Frómista;
mientras otros, la ven más en relación con iglesias
traspirenaicas.
Interior
de la iglesia
De nuevo, al
entrar en la iglesia, lo primero que siente el visitante es la armonía
y el ritmo con que se combinaron los arcos dentro del contexto arquitectónico.
Al fondo, la cabecera muestra su división espacial en ábside,
con su bóveda de cuarto de esfera; y el presbiterio, cubierto
con medio cañón. El tambor absidal tiene dos pisos
de arquerías de medio punto sobre columnas. El superior despliega
cinco arcos, correspondiendo los impares a las tres ventanas. El
número se reduce a cuatro en el piso inferior, siendo las
columnas bastante más gruesas.
Otra de las
particularidades de San Martín de Elines es que en el siguiente
tramo de la nave donde se levanta una cúpula, los arcos apoyan
en enormes columnas con capiteles prácticamente cilíndricos
esculpidos de forma corrida en toda su cesta visible.
Las escenas
representadas son la Matanza de los Inocentes, Sansón desquijarando
al león, Daniel en el foso de los leones y la Adoración
de los Magos.
El
Claustro
El claustro
de Elines tiene forma trapozoidal y se encuentra al suroeste de
la iglesia. En él quedan algunos arcos de herradura correspondientes
a las puertas y ventanales de la primitiva iglesia mozárabe
del siglo X.
Se ha organizado
este recinto a modo de pequeño e interesante museo. En las
pandas irregulares de este claustro existen varios sepulcros de
abades. Destaca el del Abad Pedro, fechado en 1183.
De mayor valor
es el llamado "Sepulcro del Caballero Peregrino", de estilo
gótico. Queda cobijado por un arcosolio y apoyado sobre dos
perros, que vienen a simbolizar la fidelidad. En el frontal principal
encontramos a Cristo en majestad con el Tetramorfos rodeado del
Colegio Apostólico.
También
hay alguna otra lauda interesante como la decorada lateralmente
con una arquería sobre columnas y una cenefa de entrelazos
en su parte superior.
También
podemos admirar en este claustro una serie de pilas bautismales
de parroquias próximas casi deshabitadas que han sido depositadas
en Elines para evitar su robo o deterioro. Un taller se dedicó,
como se puede comprobar en las procedentes de Villaescusa de Ebro
y Quintanas-Olmo, en realizar pilas cuyas copas están decoradas
con sogueados entre registros de dientes de sierra, de probable
simbolismo acuático.
Por último,
desde este claustro se accede a la iglesia de la antigua colegiata
a través de la puerta occidental del templo, que a pesar
de su sencillaz -poses arquivoltas baquetonadas y columnas con capiteles
vegetales- se nos muestra como una estructura elegante y equilibrada.
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para ver nuestro Vídeo sobre
"Las Colegiatas de Cantabria"
Otras
iglesias románicas cercanas a Elines
La visita a
San Martín de Elines y Valderredible es una oportunidad para
conocer el inmenso patrimonio románico de la meridional comarca
cántabra del Campoo, que comparte su magnificencia con los
vecinos territorios románicos del norte de Palencia y Burgos.
Quintanilla
de Rucandio
De la propia
localidad de San Martín de Elines parte la carretera que,
a través del enclave burgalés de Bricia, poseedor
también de buenos testimonios religiosos medievales, comunica
con el Valle de Rucandio.
La iglesia de
la localidad de Quintanilla, dominando el pequeño caserío,
está dedicada a Santa María, conservándose
de su primitiva fábrica medieval el ábside semicircular
abierto mediante un elegante vano de medio punto sobre columnas;
y un tímpano empotrado en el moderno porche meridional, en
el que es reconocible la escena de la Adoración de los Magos
bajo la estrella de Oriente.
Villanueva
de la Nía
A
pocos kilómetros de Elines, y aguas arriba del Ebro, la carretera
atraviesa Villanueva de la Nía, segunda población
en importancia del Valle de Valderredible tras Polientes.
A
las afueras de su caserío se yergue dominante la iglesia
parroquial de San Juan Bautista, sólido edificio medieval
remodelado en época moderna en el que es posible admirar
uno de los ábsides mejor conservados del románico
cántabro. En su alero, ha llegado a nuestros días
una interesante colección de canecillos, muchos de ellos
figurados y con motivos antropomórficos.
También
románica es la espadaña adosada al costado occidental
de la fábrica, la cual, se eleva en dos cuerpos de campanas
coronadas en un agudo piñón, muy semejante a las conservadas
en varias localidades de la vecina Montaña Palentina.
San
Andrés de Valdelomar
Continuando por la carretera
que comunica Valderredible con Aguilar de Campoo, se llega a San
Andrés de Valdelomar, minúscula localidad que presume
de conservar, en bastante buen estado, otra iglesia románica
de interés.
El templo presenta una única
nave rematada en su correspondiente ábside semicircular,
pudiendo apreciarse tanto al exterior como al interior distintas
concomitancias estilísticas con varios edificios contemporáneos
de Palencia, Burgos y Cantabria.
San
Martín de Valdelomar
A
escasos kilómetros de San Andrés, la modesta iglesia
de San Martín de Valdelomar es otro bello edificio románico
de finales del siglo XII o principios del XIII que vio como, durante
el siglo XVI, fue sometida a una ampliación,
conservándose de su primitiva fábrica medieval el
ábside semicircular con su consiguiente ventana; y la esbelta
espadaña, de similares caractrerísticas a la de San
Andrés de Valdelomar o Santa María de Valverde.
Castrillo
de Valdelomar
Muy próximas
a las dos anteriores, la parroquia de Castrillo de Valdelomar, también
de origen románico, fue edificada junto a una bien conservada
necrópolis medieval. Del primitivo templo ha llegado a nuestros
días tanto su ábside semicircular como parte de la
nave y la puerta meridional.
La potente torre,
exenta del resto de la fábrica hacia el sur, es posible que
fuese añadida en fechas postmedievales en sustitución
de una primitiva espadaña hermana de las conservadas en localidades
vecinas.
Ruijas
Muy cerca de
la capital municipal del valle, la pequeña población
de Ruijas ha sabido preservar, en su iglesia parroquial, una armónica
portada románica de tres arquivoltas decoradas con motivos
vegetales y distintos entramados decorativos geométricos
como puntas de diamantes, billetes y sogueados.
Sobrepenilla
Digna de mención
es también la pequeña parroquia rural de San Martín
de Sobrepenilla, en cuyas ventanas absidales son apreciables interesantes
capiteles cuya factura, podría encuadrarse en las primeras
décadas del siglo XIII.
Otros
vestigios
Además
de las referidas, se conservan diversos restos románicos
en localidades como Loma Somera, Cejancas, Riopanero, Montecillo,
Navamuel, Villamoñico o Arenillas de Ebro.
Igualmente,
es imposible referirse a San Martín de Elines y al Valle
de Valderredible en general sin hacer alusión a la importante
concentración, única en España, de edificios
rupestres conservados en un radio de kilómetros relativamente
pequeño.
Destacaremos,
por encontrarse en los límites geográficos cántabros,
los ejemplos de Arroyuelos, Cadalso y Santa María de Valverde,
sin embargo, también a escasa distncia de Elines, es posible
admirar, entre otros, los interesantísimos conjuntos rupestres
medievales de Presillas de Bricia (Burgos) u Olleros de Pisuerga
(Palencia).