La
Catedral de Jaca. Razones astronómicas para la orientación irregular
de la planta del templo
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REASONS FOR ORIENTATION OF THE TEMPLE" are property of ©
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PARA LA ORIENTACIÓN IRREGULAR DE LA PLANTA DEL TEMPLO"
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La Catedral
de Jaca. Razones astronómicas para la orientación irregular de la
planta del templo
Autor:
Enrique Ramos Corbacho. Ingeniero de Telecomunicaciones
La
catedral de San Pedro de Jaca (figura 1) fue una de las primeras
catedrales construidas en estilo románico. Existen pruebas
del inicio de su levantamiento, como sede y cabeza de la iglesia
del entonces joven Reino de Aragón, probablemente entre las
últimas décadas del siglo XI dC (alrededor de 1.074
dC) y las primeras del siglo XII dC (alrededor del 1.115 dC), aunque
la fecha exacta es incierta.
Figura 1
Uno de los elementos
más estudiados y reproducidos de esta catedral es su tímpano,
localizado sobre la puerta occidental. El crismón que contiene
es ejemplo de los primeros de su tipología, los llamados
crismones trinitarios, puesto que introduce a través de sus
formas la teología de la Santísima Trinidad. Se discute
si sirvió de modelo a otros contemporáneos o si es
simplemente uno de los primeros. Existen estudiosos que han registrado
en listas muy trabajadas la proliferación del uso de este
elemento en el arte románico. En concreto, el crismón
de Jaca ha sido analizado en profundidad por multitud de expertos,
especialmente su significado desde el punto de vista teológico
o místico.
El tímpano
de la catedral de San Pedro de Jaca (figuras 2 y 3) se arma de los
siguientes elementos: primeramente, consta de un crismón
en el centro de la escena. El crismón simboliza a Cristo,
puesto que contiene parte de las letras de su nombre, pero también
representa, por extensión, a las Tres Personas de la Trinidad.
Además ha sido asociado a la rueda solar, representación
de Jesucristo como Luz del Mundo, Sol Invicto y Sol de Justicia,
y como trasunto de tradiciones anteriores provenientes de las antiguas
religiones que el cristianismo continuaba sustituyendo aún
en aquellas fechas en la Península, fundamentalmente tradiciones
celtas e íberas.
Figura 2
Figura 3
Alrededor de
su circunferencia, el crismón contiene una inscripción
en latín:
"HAC
IN SCVLPTVRA. LECTOR SIC NOSCERE CVRA:
P. PATER. A GENITVS. DVPLEX EST SPS ALMVS:
HI TRES IVRE QVUIDEM DOMINVS SVNT VNVS ET IDEM"
La traducción
es aproximadamente: "En esta escultura, lector, debes interpretar
lo siguiente: Pe (significa) el Padre; A el Engendrado. Doble es
el Espíritu Vivificante. Estos tres son en verdad por derecho
propio un único y mismo Señor".
A los dos lados
del crismón, aparecen dos escenas presididas por respectivos
leones que miran en dirección de la rueda. En la hoja izquierda
(figura 4), se representa un león con la boca cerrada, bajo
el que se ve un hombre vestido con una túnica, caído
en el suelo y mirando en el sentido de la parte trasera del león
y agarrando a una serpiente. Sobre esta sección izquierda,
otra inscripción:
"PARCERE
STERNENTI
LEO SCIT XTVSQVE PETENTI"
Se ha traducido
como: "El león sabe perdonar al caído, y Cristo
a quien le implora". La explicación teológica
que se le atribuye a esta composición es que el pecador caído
(el hombre de la túnica) que logra dominar al pecado (la
serpiente), es ayudado y perdonado por Jesucristo, el león.
El león es uno de los símbolos más comunes
de la escultura románica, la mayoría de las veces
representando a Cristo (el león de Judá), pero otras
actuando como guardianes de los templos.
Figura
4
El ala derecha
(figura 5) representa a otro león, también dirigiendo
su mirada al crismón. Por debajo, un oso o una osa mirando
hacia la parte delantera del león y, entre las patas, un
basilisco, que es un tipo de dragón, animal típico
del bestiario medieval. Aquí aparece otro texto:
"IMPERIVM
MORTIS
CONCVLCANS
LEO FORTIS"
La traducción
de dicha inscripción sería: "El poderoso león
aplasta al imperio de la muerte". La explicación
teológica que se le asocia es que Cristo (de nuevo el león)
aplasta a la muerte (el oso y el dragón) y por tanto da la
inmortalidad y la vida eterna. Es cierto que tanto el oso como
el dragón tuvieron connotaciones negativas en el arte románico
y estaban asociados con el mal y el diablo.
Figura 5
Hasta aquí,
la explicación (acertada en líneas generales, según
mi opinión) desde el punto de vista de la Teología.
Lo que trata de presentar este artículo es que lo anterior
no descarta que existan otras razones adicionales y complementarias
para la composición del simbolismo teológico del tímpano
de Jaca. Aunque el escultor tuviese en mente la expresión
de determinadas verdades religiosas, como las que acabo de presentar,
podría haberlo hecho seleccionando otras muchas estructuras,
elementos y símbolos que estaban ya inmersos en la cultura
medieval diferentes a los arriba descritos.
¿Por
qué precisamente se emplearían un león, un
hombre con túnica caído en el suelo sujetando una
serpiente, un oso y un dragón? ¿De dónde sacó
dicha composición? Esto es lo que se pretende aclarar.
Llama mucho
la atención que los cinco elementos elegidos por el autor
del tímpano (león, hombre con túnica, serpiente,
oso y dragón), son también representaciones de constelaciones
estelares perfectamente visibles en las noches despejadas, y que
eran ampliamente conocidas por nuestros antepasados de los siglos
XI dC y XII dC a través de los escritos de Ptolomeo (siglo
II dC) y otros antiguos sabios astrónomos de la antigüedad,
o simplemente por tradición popular:
-
El
león es la representación de la constelación
"Leo", o el "León"
-
El
hombre sujetando a una serpiente es la representación de
dos constelaciones: "Ofiuco" y "Serpens",
respectivamente "El Portador de la Serpiente" y la "Serpiente".
-
El
oso/osa hace referencia a la constelación de "Ursa
Major", es decir, la "Osa Mayor"
-
El
dragón o basilisco sería la constelación
de "Draco", el "Dragón"
No es extraño
el uso de símbolos estelares en el arte románico.
Zodiacos completos aparecen labrados en la fachada de la Colegiata
de San Isidoro de León, por ejemplo, o en la Catedral de
Santiago de Compostela. La representación de signos zodiacales
aislados también aparece en muchas iglesias románicas.
El arte románico
fue el último de los artes religiosos cristianos que integró
elementos de otras religiones y culturas, a modo de sincretismo.
Especialmente fuertes fueron las influencias celtas, íberas,
árabes y judías. En concreto, el románico recogió
tradiciones relacionadas con la esfera celeste y la astronomía.
Es necesario recordar que el hombre antiguo tuvo siempre una conexión
muy fuerte con el firmamento. Primero, como lazo hacia lo trascendente,
pero también como instrumento de orientación geográfica
o como elemento calendárico en el que fijar fechas de comienzo
de siembra, recolección, etc. Nuestro antepasados miraban
al cielo con mucha más frecuencia de lo que lo hace el hombre
moderno encerrado en sus ciudades. Para el hombre medieval, las
estrellas eran parte de la Creación de Dios, y como tal eran
una maravilla para el intelecto y para el espíritu. Como
casi todo lo que tocaba la religión cristiana en aquellos
tiempos, las constelaciones se integraron en la propia espiritualidad
de las gentes. El estudio de sus influencias sobre el devenir humano
también se hizo muy popular, proliferando el uso de la astrología
como método de predicción de la voluntad divina. Monarcas
como Alfonso X acumularon obras sobre estos asuntos, procedentes
de fuentes judías y árabes que, a su vez, provenían
de sabios de la Grecia clásica y de la antigua Persia y Babilonia.
No en vano,
encontramos alusiones al carácter sagrado de las constelaciones
y los planetas en la voz de referentes de la jerarquía cristiana
desde los primeros tiempos de la nueva religión. Por ejemplo,
en el siglo V dC, los Padres de la Iglesia declaraban que lo que
hacía importante la fiesta de la Navidad (25 de Diciembre)
no era el nacimiento de Jesucristo, sino el nacimiento del sol.
Otro ejemplo lo escuchamos de boca de San Alberto Magno, desde el
siglo XIII dC, que dijo textualmente: "Sabemos que el signo
de la Virgen celestial salía por encima del horizonte en
el momento que fijamos el nacimiento de Nuestro Señor",
identificando directamente la constelación de Virgo con la
figura de la Virgen María. Alguna fiesta cristiana más
fue fijada en fechas claves donde el firmamento elevaba su propio
mensaje. Es el caso de la Asunción de la Virgen, celebrada
el 8 de Septiembre: en ese tiempo del calendario, el sol amanece
sobre la constelación de Virgo, y siendo ésta símbolo
de la Virgen María, se decía entre el clero que ese
día Dios/Cristo (el sol) iluminaba, consumía y se
llevaba a la Virgen (Virgo).
La asimilación
de la astrología/astronomía en la Edad Media dio excelentes
muestras en el arte, incluido el arte románico. Por ejemplo,
podemos admirar a Cristo rodeado de las 12 constelaciones del zodiaco,
en el lugar que le correspondería al sol, en un manuscrito
del siglo XI dC conservado en la Biblioteca Nacional de París
(figura 6), o en una de las fachadas de la iglesia de Vezelay (figura
7).
Figura 6
Figura 7
La sospecha
de un doble significado astronómico-teológico de los
elementos del tímpano de Jaca se afianza si nos fijamos en
otro aspecto de la catedral. Los templos cristianos, y por tanto
los templos románicos, se orientan obligatoriamente según
un eje este-oeste, de manera que la puerta de entrada se sitúa
mirando al oeste y el ábside, donde está el altar,
se dirige hacia el este. La razón de esto nos conduce de
nuevo a la Teología: Cristo, cuya presencia se localiza en
el altar (este), es la Luz del Mundo y Sol de Justicia. Por el este
nace el sol cada mañana, iluminando el ábside del
templo, como hace Cristo con sus criaturas. Por otro lado, el feligrés
que acude al templo, lo hace desde el oeste, por donde se pone el
sol. Es decir, el orante entra en la iglesia desde las tinieblas,
para acercarse a través de la nave central del templo hasta
Cristo, la luz. Esta alegoría teológica y otras muchas
que afectan a la estructura de las iglesias antiguas han sido recogidas
brillantemente por el filósofo francés Jean Hani,
en su obra "El simbolismo del templo cristiano", entre
otros autores.
No obstante,
el amanecer y el ocaso son fenómenos que sólo ocurren
sobre un eje este-oeste en dos días específicos del
año: el equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño.
En el año 2012, el sol se eleva exactamente por el este exclusivamente
la mañana del 21 de marzo, y se pone exactamente por
el oeste exclusivamente el 22 de septiembre (estas fechas,
al contrario de lo que popularmente se piensa, no son fijas, y retroceden
un día cada 72 años, aproximadamente). El resto de
días en el año, el ocaso ocurre en puntos del horizonte
desplazados determinados grados hacia el norte (según avanza
la primavera hacia el verano) o hacia el sur (según avanza
el otoño hacia el invierno), con un máximo de 23,5
grados hacia un lado y otro. Análogamente ocurre con el amanecer.
La figura 8
explica el fenómeno para el momento del ocaso:
Figura 8
La construcción
de las iglesias con estos requisitos requería la presencia
de un maestro de obras que supiera calcular la orientación
exacta para este eje cardinal. Habitualmente se empleaban varas
de madera y cuerdas para definir sobre el terreno dicha orientación,
con mayor o menor precisión. Pero normalmente el resultado
era bastante aceptable, con pocos grados de error.
Sin embargo,
la planta de la catedral de Jaca (figura 9) parece desviada varios
grados con respecto al eje este-oeste. Aunque es complicado determinar
con precisión de minutos la orientación que originalmente
se le dio, aproximadamente la desviación es de unos 13 grados
dirección noroeste-sureste. La puerta de entrada, donde se
encuentra colocado el tímpano, que tendría que mirar
teóricamente hacia el oeste, lo hace pero 13 grados inclinada
hacia el norte. Lo mismo para el ábside central, consecuentemente,
que lo está unos 13 grados hacia el sur desde el este.
Figura 9
Es lógico
que, con las herramientas del siglo XI dC, los cálculos no
fuesen totalmente precisos. Aunque es cierto que el ser humano antes
y después de aquellos tiempos ha dado muestras de gran exactitud
en la medida de muchas de sus construcciones, aún así
podría llegar a entenderse cierto margen de error. Pero 13
grados parece algo premeditado. ¿Por qué se permitiría
dicho ángulo de derivación? Si la catedral se hubiera
proyectado según el tradicional eje este-oeste, el tímpano
y su crismón se hubieran enfocado hacia el oeste, hacia el
ocaso del sol, lo que quiere decir que el único día
del año en el que el sol caería bajo el horizonte
justo en línea con el eje del templo sería el 22 de
septiembre y el 21 de marzo de cada año. Teniendo una orientación
13 grados derivada del oeste hacia el norte, la catedral no ve morir
al sol exactamente ese día en la línea de su eje longitudinal,
sino que ese fenómeno sólo podría haberse disfrutado
un día diferente los dos anteriores. ¿Por qué
lo harían? Hubiera sido más fácil respetar
un eje este-oeste, tal y como mandaba la Teología, orientando
el templo con el amanecer y el atardecer del comienzo de la primavera
y del otoño.
La respuesta
está en la descripción de aquello que enfrenta el
tímpano en el cielo justo el día en que el sol se
esconde directamente por el eje desviado del templo. Pareciera que
el maestro constructor no hubiese visto posibilidad de sacar Teología
del espectáculo estelar que se vería en el cielo justo
enfrente del tímpano a la hora del ocaso en un día
como el 22 de septiembre o el 21 de marzo. ¿Y si el maestro
hubiese decidido esa inclinación de 13 grados en la planta
de la iglesia para enfrentar otra escena específica de constelaciones
que sólo se avista en el cielo en el ocaso del sol en otra
fecha del año? ¿Una escena estelar más fácilmente
moldeable como doble símbolo teológico y astronómico
que la que le ofrecía el 22 de septiembre o el 21 de marzo?
No era extraño que los responsables de la jerarquía
de la Iglesia reflexionasen sobre las estrellas como criaturas de
Dios, algo que formaba parte de la imaginería de la época.
¿No vive Dios y sus emisarios, los ángeles, más
allá de ese firmamento y por tanto desde dichas luminarias
nos llegan los mensajes celestiales y nos toca la mano del destino?
Si la anterior
hipótesis fuese acertada (y de momento queda apoyada por
la anómala desviación de la planta y por el uso de
representaciones claramente estelares en el tímpano), tendría
que poder comprobarse racionalmente desde el punto de vista astronómico.
En primer lugar tendríamos que calcular el día del
año en el que el sol se pone exactamente por el eje desviado
13 grados, para a continuación descubrir qué espectáculo
se contemplaría en el cielo en esa fecha especial.
Como he apuntado
ya, la cifra del ángulo de desviación no es calculable
de forma exacta debido a que sucesivas reformas y restauraciones,
movimientos de tierras, etc., probablemente harían que la
medición fuese diferente dependiendo del muro desde el que
se obtuviera. Pero en cualquier caso, tomamos como aproximación
13 grados. Si seleccionamos como fecha de inicio de la construcción
del templo el año 1.075 dC, por ejemplo, y empleamos uno
de los muchos programas informáticos de astronomía
que permiten reproducir el cielo en cualquier lugar del mundo y
para cualquier fecha y hora, esto nos arroja el 10 de agosto
como fecha aproximada en la que el sol se mete por el horizonte
justo enfrente del tímpano. Como puntualización
es necesario decir que hablaremos siempre de fechas según
el calendario gregoriano. En aquellos tiempos estaba en vigor el
calendario juliano, por lo que la fecha anterior equivaldría
el 4 de Agosto. A partir de ahora, me referiré en todas las
ocasiones a fechas en el calendario gregoriano.
¿Qué
se veía entonces en el horizonte de Jaca en el momento del
ocaso del 10 de agosto de 1.075 dC, mirando según el eje
desviado de la catedral? Comprobaremos primero lo que encontraríamos
una hora antes del ocaso, aunque en realidad ninguna constelación
sería aún visible debido al resplandor del sol.
Si activamos
la función de visión nocturna (figura 10), para poder
distinguir las constelaciones en horario diurno, vemos claramente
a la constelación de Leo, con el sol viajando sobre ella,
que se dirige hacia el horizonte, disponiéndose a desaparecer
bajo él:
Figura 10 (Fuente: "Stellarium" software)
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imagen
Si avanzamos
ahora hasta situar la escena justo después del ocaso (figura
11), cuando las estrellas comienzan a ser visibles, esta sería
la visión nocturna que una persona situada de espaldas al
tímpano y mirando según el eje desviado de la catedral,
podría visualizar:
Figura 11 (Fuente: "Stellarium" software)
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imagen
Primero, en
la parte central, el sol ya justo bajo el horizonte, sobre la constelación
de Leo (no visible). En el tímpano, el crismón (=rueda
solar=Cristo).
A la derecha
del sol y la constelación de Leo, un poco más arriba,
enfrentando la parte delantera de Leo, se divisaría la constelación
de la Osa Mayor y después la constelación del Dragón.
En el tímpano figura un león, una osa cerca de la
cabeza del león y un dragón.
A la izquierda,
la constelación de Ofiuco, el Portador de la Serpiente, y
la constelación de la Serpiente. Ambas constelaciones se
han representado siempre como un hombre vestido con una túnica
sujetando una serpiente con la mano. En el tímpano figura
un león y bajo él un hombre con túnica caído
sobre el suelo y sujetando una serpiente con una mano.
Las correspondencias
son sorprendentes.
Es cierto que
entre la constelación de Leo y las de Ofiuco-Serpens existe
otra constelación. De hecho es una constelación muy
importante y que además pertenece al zodiaco: Virgo. La razón
más probable para que Virgo, que se representaba como una
doncella que sujeta en una mano una espiga de cereal, no haya sido
reflejada sobre el tímpano de la catedral, es que dicha constelación,
en el momento del ocaso, no se divisa bien por el efecto lumínico
del sol del atardecer. Las estrellas que quedan a la vera del sol
en el amanecer o en el ocaso, no son visibles sino varios minutos
antes de que el sol salga en el amanecer o varios minutos después
de que el sol se ponga en el ocaso. Las primeras estrellas que se
divisan en esos instantes son por ello las que están más
alejadas del sol en el horizonte (figura 12):
Figura 12 (Fuente: "Stellarium" software)
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imagen
En el caso de
las constelaciones que se encuentran entre Leo y la Osa Mayor, o
que se sitúan cercanas a Leo hacia el lado derecho, vemos
a Leo Menor, El Lince o La Jirafa. Estas constelaciones ni siquiera
se ven a simple vista en noche cerrada. Para ver estas constelaciones
se requieren telescopios. De hecho, estos grupos de estrellas
se descubrieron en el siglo XVII dC. El hombre medieval no conocía
su existencia simplemente porque no las veía.
Así que
los elementos fácilmente visibles en el cielo alrededor
del sol (=crismón) en el ocaso del 10 de agosto de 1.075
dC, serían:
-
Constelación
de Leo (=leones del tímpano)
-
A
la izquierda del sol, la constelación de Ofiuco y la Serpiente
(=hombre sujetando una serpiente en el tímpano).
-
A
la derecha del sol, las constelaciones de Osa Mayor (=oso en el
tímpano) y Dragón (=dragón en el tímpano).
Esta escena
completa que, repito, sería la composición visible
en esa fecha, se representa en la figura 13:
Figura 13 (Fuente: "Stellarium" software)
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imagen
Parece claro
que el escultor del tímpano deseaba reflejar sobre una plancha
de piedra la configuración estelar que aparece en el horizonte
frente a la catedral en el momento justo del ocaso de un día
específico, para emplear dichos símbolos también
"divinos" (por ser parte de la Creación), como
alegatos teológicos. Plasmó dichas enseñanzas
a los dos lados del tímpano, sobre los dos leones.
De haber elegido
otra escena en el cielo en el ocaso, habría tenido que seleccionar
otro periodo del año, y por tanto, debería haber construido
la catedral con una desviación diferente respecto al eje
este-oeste.
La interpretación
religiosa de ambos textos ya ha quedado descrita más arriba.
Veamos ahora la interpretación de las dos inscripciones desde
el punto de vista estelar, para entender que son complementarias:
-
Sección
izquierda del tímpano (figura 14): Según el atardecer
va avanzando, las constelaciones de Ofiuco-Serpens (el hombre
de la túnica con una serpiente en la mano) van cayendo
hacia el horizonte mientras caminan en pos del sol (Cristo), hasta
que llegan a desaparecer. Es como si Ofiuco-Serpens fuesen
buscando el consuelo del sol mientras caen hacia el horizonte,
igual que el pecador caído busca a Cristo.
-
Sección
derecha del tímpano (figura 15): Según el atardecer
va avanzando, las constelaciones de la Osa Mayor y el Dragón
no avanzan hacia el horizonte para después desaparecer,
como hacen la mayoría de las agrupaciones de estrellas.
Estas constelaciones pertenecen al grupo de las llamadas constelaciones
"circumpolares", es decir, constelaciones que debido
al movimiento rotatorio del planeta Tierra, parecen girar alrededor
de la Estrella Polar y no desaparecen nunca bajo el horizonte
del observador. La lista de constelaciones circumpolares depende
de la latitud del lugar desde el que se observa el cielo. En las
latitudes del hemisferio norte, la Osa Mayor y el Dragón
son dos de ellas. Desde la antigüedad, en prácticamente
todas las culturas del planeta, la región del cielo donde
estas constelaciones circumpolares se localizan se consideró
como el lugar donde viajan los muertos, y por tanto estas
estrellas se convirtieron en un símbolo de vida, de inmortalidad,
y de triunfo sobre la muerte, ya que "no conocían
la muerte" bajo el horizonte. Se decía, incluso, que
allí se encontraba el hogar de los dioses y los héroes
inmortales. Este simbolismo también pasó al cristianismo
a través de los escritos astronómicos árabes
y judíos. Por tanto, parece que el autor del tímpano
no tuvo en mente únicamente el significado teológico
negativo de la figura del oso y del dragón, como era habitual
en la Edad Media. Para el escultor, pues, estos elementos, al
tener su reflejo en las regiones circumpolares de los cielos,
tendrían además un sentido de triunfo
sobre la muerte y de vida eterna.
Figura 15 (Fuente: "Stellarium" software)
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imagen
Para mayor clarificación,
esta tabla muestra la interpretación estelar y su correspondencia
con el significado teológico correcto:
SECCIÓN
DEL TÍMPANO |
INSCRIPCIÓN |
INTERPRETACIÓN
TEOLÓGICA |
INTERPRETACIÓN
ESTELAR |
SECCIÓN
IZQUIERDA |
"El
león sabe perdonar al caído, y Cristo a quien
le implora" |
El pecador
caído (el hombre de la túnica) que logra dominar
al pecado (la serpiente), es ayudado y perdonado por Jesucristo
(el león) |
Según
el atardecer va avanzando, las constelaciones de Ofiuco-Serpens
(el hombre de la túnica con una serpiente en la mano)
van cayendo hacia el horizonte mientras van en pos del sol (Cristo),
hasta que llegan a desaparecer |
SECCIÓN
DERECHA |
"El
poderoso león aplasta al imperio de la muerte" |
Cristo
(el león) aplasta a la muerte y por tanto da la inmortalidad
y la vida eterna (simbolizado por el oso y el dragón) |
Según
el atardecer va avanzando, las constelaciones de la Osa Mayor
y el Dragón no avanzan hacia el horizonte para después
desaparecer, ya que se trata de constelaciones "circumpolares",
que nunca mueren |
Como conclusión
de todo el desarrollo anterior, podemos deducir que alguien, se
entiende que el maestro de obras, quiso contribuir al levantamiento
de una catedral en la que se reflejaran las influencias del Cielo
y se cristalizase en su piedra un mensaje divino. Una vez comprendido
qué quiso expresar aquella persona en el tímpano,
entendemos ahora que no tuvo más opción que desviar
el eje de la planta si pretendía modelar dicho mensaje a
sus intenciones. Mensaje que sólo podría leerse de
manera exacta un día al año.
En este momento
aparece el problema de la determinación de la fecha concreta.
El ángulo de desviación determina el día del
año, y viceversa. La dificultad subyace, como ya he comentado,
en que no es fácil obtener una medida ajustada de dicho ángulo,
así que con estos datos sería realmente complejo y
arriesgado afirmar una fecha. Hemos estimado una desviación
de 13 grados, obteniendo una fecha alrededor del 10 de agosto. Para
una desviación diferente a 13 grados, tendríamos una
fecha distinta, aunque cercana.
Lo que sí
es posible es fijar un margen de días con absoluta seguridad.
Hay que tener en cuenta que para que la configuración estelar
sobre el horizonte se ajuste a la escena en el tímpano al
menos se requiere que el sol se ponga dentro de la constelación
de Leo, ambos símbolos de Cristo, ya que el resto de constelaciones
siempre tienen la misma posición relativa unas respecto de
otras. Esto ocurre aproximadamente durante un periodo de 30 días.
Lo único que cambiaría, en función del día
en concreto, sería la posición del sol dentro de la
constelación de Leo (sobre la cabeza, sobre el lomo, etc),
pero la composición de las imágenes en el tímpano
seguiría reflejando el cielo, al menos desde el punto de
vista de la localización relativa de los personajes labrados
en piedra.
En este punto,
es posible calcular el margen de desviación del eje que el
maestro de obras hubo de vigilar para no sobrepasarlo y errar en
la imagen celestial que deseaba plasmar. Con un sencillo cálculo,
conociendo el día del año 1.075 dC en el que el sol
ingresa en la constelación de Leo y conociendo el día
en el que sale de dicho signo, se puede deducir que el maestro
constructor podría haber elegido cualquier desviación
entre 10 y 19 grados hacia el norte respecto eje este-oeste y aún
así el espectáculo estelar que describe el tímpano
sería visible.
Sería
interesante poder lograr, a partir de todos estos datos, la respuesta
a uno de los enigmas de la catedral de Jaca: la fecha (día,
mes y año) de inicio de construcción, o al menos la
fecha para la que la planta fue diseñada. Pero repito que
es prácticamente inviable. Se requeriría para ello
disponer la cifra del ángulo de desviación con
una precisión de minutos o incluso de segundos. Sin embargo,
me atrevería a aventurar un número, en función
de un par de pistas.
En primer lugar,
en el tímpano vemos que el crismón queda delante de
los leones. Recordando que el crismón es símbolo del
sol, y el león es representación de la constelación
de Leo, esto nos haría pensar que en la fecha elegida por
el maestro cantero el sol debería verse situado justo en
la parte delantera de Leo. Eso ocurre en las dos primeras semanas
del periodo en el que el sol viaja sobre la constelación
de Leo. Más allá, el sol se comienza a situar bajo
las patas, para colocarse detrás de Leo al final de su recorrido.
Por otra parte, es conocido que la constelación de Leo tiene
una estrella de gran importancia, tanto astronómica como
mitológica: "Regulus". Es la estrella más
brillante de la constelación, y una de las más brillantes
del firmamento visible. Su nombre significa "pequeño
rey", aunque originalmente tuvo el sentido genérico
de "realeza", ya que está localizada justo en la
posición que ocuparía el corazón del León.
Para el hombre antiguo, el que una persona naciera con dicha estrella
junto al sol, era presagio de que se convertiría en rey.
Multitud de estudiosos, antiguos y modernos, han intentando incluso
calcular la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo, haciéndola
coincidir con la posición del sol sobre Regulus.
Pues bien, entre
esos días marcados en los que el sol viaja por el cuerpo
del León en el año 1.075 dC, sólo hay una fecha
en la que el sol permanece sobre el corazón del animal, sobre
la estrella Regulus. Es el 4 de agosto. Es muy probable que
fuese esta la fecha seleccionada, ya que así se reforzaría
la figura de Cristo como Rey del Mundo y de la figura del Corazón
de Jesús como fuente de Luz Divina. Para que esto fuese cierto,
el ángulo de desviación del eje de la catedral
tendrá que haber sido entonces de 15 grados. Pero esto
es sólo una hipótesis.
Como síntesis
del estudio anteriormente desarrollado, se podría asegurar
que:
-
Existen
sólidos indicios de que quien diseñó la catedral
de San Pedro de Jaca, o quizás algún personaje implicado
en la ejecución de las obras escultóricas del templo,
tuvo la intención de expresar sobre el tímpano,
de forma simbólica, una determinada configuración
de estrellas visible en el cielo, sobre el horizonte, a la hora
del atardecer.
-
Los
elementos de dicha escena, compuesta por el sol, la constelación
de Leo y otras cuatro agrupaciones de estrellas, serían
los adecuados para la expresión del mensaje teológico
que se pretendía transmitir, un mensaje puramente cristiano.
-
El
artífice de este mensaje tuvo que realizar sus cálculos
para que el templo enfrentara exactamente la zona del cielo donde
el sol del ocaso se acompaña de esas constelaciones necesarias,
dibujando la escena que el tímpano reflejaría. Dichos
cálculos obligarían al maestro de obras a desviar
el eje de la catedral un determinado número de grados hacia
el noroeste. Con esto, el espectáculo quedaba asegurado
en el ocaso de un día concreto. Es probable que se fijase
el 4 de agosto, por las razones ya aludidas, y por tanto que el
ángulo de desviación hubiera tenido que ser de 15
grados.
Concluyendo
aquí el desarrollo del estudio del tímpano desde una
perspectiva estelar, además de teológica, nos quedaría
reflexionar sobre la importancia que estos resultados tienen para
la comprensión de una parte de la arquitectura del pasado.
La arqueo-astronomía es una disciplina científica
relativamente moderna, pero bastante madura, que integra los conocimientos
astronómicos con el saber de la arqueología, y que
ya ha aportado nuevos y frescos datos sobre construcciones religiosas
procedentes de muchas culturas del planeta. Por ejemplo, la cultura
egipcia o la cultura maya, o incluso las manifestaciones del arte
neolítico. Sin embargo, poco se ha explorado el arte románico
desde un filtro arqueo-astronómico. Gracias a posibles y
futuros estudios en esta línea podrán descubrirse
renovadas ideas y aclararse determinados datos de algunas construcciones
románicas que permanecen en la oscuridad y que de otra forma
no podrán ser revelados.
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