Guía
monumental (arte e historia) de Pals, Girona
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Pals |
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Girona |
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Bajo
Ampurdán |
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2.800 |
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55 |
Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas) de Pals, Girona
Aires
medievales se respiran en Pals. Esta hermosa localidad del
Bajo Ampurdán, a 38 kilómetros de Girona, se
perfila como uno de los destinos más aclamados tanto por
los amantes de la arquitectura y el arte como por aquellos que desean
perderse en la naturaleza y disfrutar del paisaje marino de la Costa
Brava.
Las sierras
de Montgrí y Begur protegen este bello enclave,
como si quisieran resguardarlo del paso del tiempo, como una joya
detenida en la Edad Media, imperturbable ante los envites de la
modernidad.
Si bien la arquitectura
del lugar se ha mantenido inmutable con el paso del tiempo, no ha
ocurrido lo mismo con el paisaje natural, pues siglos atrás
la antigua ciudad estaba rodeada de marismas y pantanos, hoy desecados.
De ahí la denominación latina de Palus, "terreno
pantanoso".
A poca distancia
del casco histórico se ha desarrollado un segundo núcleo
urbano, conocido como Masos de Pals, donde las más
modernas construcciones conviven con las tradicionales masías
del siglo XVI. Y según se avanza hacia oriente se llega a
las playas de la zona, donde además de disfrutar de un refrescante
baño en aguas del Mediterráneo pueden degustarse exquisitos
platos locales, como la escalibada, los suquets de pescado o los
garoines, como se conoce aquí a los erizos de mar.
En esta guía
de Pals nos centraremos especialmente en su casco antiguo, con
la famosa Torre de las Horas, los restos de la muralla
y la iglesia de Sant Pere.
Torre
de las Horas
Si bien toda
la arquitectura de Pals goza de una uniformidad y belleza exquisita,
lo cierto es que la Torre de las Horas sobresale del conjunto
como un obelisco medieval visible desde cualquier punto de la ciudad.
Robusta y estilizada
a la vez -cuenta con 15 metros de altura-, la torre es la única
parte que se mantiene en pie del antiguo castillo del lugar.
Esa antigua torre del homenaje fue construida entre los siglos XI
y XII, y se caracteriza por su sencillez, su sección circular
y su estructura pétrea. Su nombre actual se debe a que en
el siglo XV decidió colocarse en su parte más alta.
El
Pedró
El casco
histórico de Pals, popularmente conocido como El Pedró,
es una obra maestra de restauración de arquitectura civil.
La primitiva ciudad sufrió cuantiosos destrozos tras las
sucesivas guerras, especialmente tras la guerra civil. Por ello
se decidió reformar sus edificios más notorios, pero
respetando el original y manteniendo una homogeneidad escrupulosa.
El resultado
es que El Pedró está considerado como conjunto histórico-artístico,
y cuenta en su haber con galardones de prestigio como el Premio
Nacional de Bellas Artes 1973; el Premio Nacional de Bellas Artes
y Turismo 1980 o la Medalla de Honor del Turismo de Catalunya 1986.
Basta penetrar
en este carismático barrio para entender su lograda reputación.
Lleno de pasadizos, plazuelas y puentes, la piedra impera en cada
uno de los rincones transportando al paseante a un pasado remoto
donde caballeros y doncellas poblaban el lugar y la vida bullía
en el hoy desaparecido castillo.
El Carrer
Mayor es una de las maravillas del lugar. A lo largo de esta
avenida se emplazan las mansiones más lujosas del lugar,
mientras que bajo el suelo descansan tumbas visigóticas de
más de mil años de antigüedad.
Siguiendo por
las entrañas de El Pedró pueden verse restos de la
antigua muralla, erigida entre los siglos XIV y XV y de la
que apenas se conservan cuatro majestuosos torreones.
La visita continúa
por la Plaza Mayor, con sus comercios especializados en artesanía
local, la Ca la Vila -actual sede del Ayuntamiento- y el broche
de oro lo pone la Ca la Pruna, imponente casona gótica en
cuyo interior se aloja el Museo de Arqueología Submarina.
Iglesia
de Sant Pere
Construida en
el siglo X con las piedras y sillares que tiempo atrás formaron
parte del antiguo castillo, esta sencilla iglesia es una muestra
admirable de combinación de elementos artísticos,
pues si bien impera el románico y gótico originales,
las sucesivas remodelaciones a lo largo de los siglos han dejado
su impronta en el edificio, y así se aprecian trazas barrocas
en la fachada, remodelada en el siglo XVIII. También es reseñable
la bóveda de crucería del interior.
Mirador
de Josep Pla
La parte más
elevada de El Pedró aparece coronada por un encantador mirador
cuyo nombre rinde homenaje al ilustre escritor Josep Pla (1897-1981),
originario de la vecina localidad de Palafrugell, quien en incontables
ocasiones inmortalizó la belleza de Pals en sus escritos.
El mirador es
un sitio de visita obligada, ya que ofrece unas panorámicas
sobrecogedoras, pudiendo verse no sólo la ciudad, que se
abre a sus pies, sino toda la serranía circundante, y en
los días de cielo claro se divisan incluso las islas Medes.
Playas
de Pals
Menos de 10
kilómetros separan el casco urbano de Pals de sus paradisíacas
playas, donde largas extensiones de arena fina y blanca invitan
al descanso y al disfrute.
Las playas
de Pals son bien conocidas por sus hermosas dunas, sus inquietantes
acantilados -como los de la zona de Aiguablava- y por la claridad
de sus aguas, desde donde según aseguran algunos partió
Cristóbal Colón hacia su primer viaje a las Américas.
No obstante, es muy probable que estas teorías se deban simplemente
a la confusión gramatical entre Pals y la localidad de Palos,
en el Atlántico andaluz, desde donde sí se confirma
que zarparon las carabelas de Colón.