La iglesia arciprestal de Santa
María es una imponente construcción gótica,
que se erige en el centro de la población de Morella.
Esta localidad alcanzó una
importancia considerable desde la conquista cristiana del Reino
de Valencia. Se encontraba en el camino real, que articulaba las
principales capitales de la Corona de Aragón y comunicaba
Barcelona con Valencia, y tan sólo a dos jornadas de Tortosa,
que era una ciudad importante debido al paso del Ebro.
Toda esta zona fue también
un importante centro comercial de lana, que se transportaba por
barco a Venecia y Florencia. Toda esta prosperidad económica
se refleja en la iglesia arciprestal, que se convirtió
en una construcción emblemática del gótico
de la Corona de Aragón.
El
edificio se comenzó a construir en el siglo XIII, y se
terminó en el primer cuarto del siglo XIV. A lo largo esta
centuria se realizaron importantes intervenciones, como la portada
de los Apóstoles. Pero la pieza de mayor interés
del templo, el extraordinario coro alto, se realizó en
el siglo XV, quizás debido al deseo de magnificar el templo
con el deseo de obtener la dignidad catedralicia, algo que estuvo
a punto de alcanzar gracias a la petición que Martín
I el Humano (1396-1410) trasladó al Papa Luna (1328-1423)
en 1408.
Exterior
Los elementos más destacados del exterior
son las dos portadas que se abren en el muro del evangelio, conocidas
como la puerta de los Apóstoles y la de las Vírgenes.
Llama la atención el hecho de que los dos
únicos accesos al interior del templo se encuentren situados
uno junto al otro, y en uno de los muros laterales, circunstancia
que puede explicarse debido a la presencia del castillo y a las
irregularidades del terreno.
Las dos portadas presentan una estructura similar,
formada por un arco apuntado rodeado de arquivoltas, y enmarcados
por un majestuoso gablete. La de las Vírgenes, situada
a la izquierda, es de menor tamaño, no tiene parteluz,
y fue construida en el siglo XV. En el tímpano puede verse
a Santa Úrsula y en las jambas diez figuras femeninas representan
la parábola de las doncellas fatuas y las prudentes. A
su derecha se encuentra la puerta de los Apóstoles, y de
mayor tamaño. Recibe el nombre por las esculturas que acoge
bajo las jambas y en los arquillos ciegos. En el parteluz hay
una Virgen con el Niño, y en el tímpano pueden verse
escenas de la vida de María y la infancia de Cristo.
Junto a la portada de los Apóstoles hay un
imponente rosetón que permite iluminar el interior del
templo. El otro elemento importante del exterior es la torre campanario,
situada en la cabecera. También es una construcción
del siglo XV, si bien fue posteriormente desmochado para permitir
la defensa del castillo, por lo que en la actualidad presenta
el aspecto de una espadaña.
Interior
El interior tiene una estructura de planta basilical,
con tres naves y sus correspondientes ábsides. La central
es más ancha y alta que las laterales, y se separan por
pilares cruciformes. Se cubre con bóvedas de crucería
simple.
En el segundo tramo de la nave central puede verse
uno de los elementos más extraordinarios de todo el gótico
valenciano, el coro alto. Los datos documentales que tenemos de
la construcción del coro son muy escasos. En realidad tan
sólo sabemos que fue erigido gracias al apoyo de Pere Segarra,
administrador de la fábrica, entre 1406 y 1426, y que posteriormente
trabajaron en él los escultores Antoni Sanxo y Joseph Beli.
Por lo general, este tipo de estructuras se apoyan
directamente en los muros. Pero en el coro de Morella los empujes
recaen sobre cuatro pilares, que además habían sido
construidos con anterioridad y, por tanto, con una función
diferente.
Se construyó con una bóveda de crucería
muy rebajada, y sin duda, fue un proyecto arriesgado, en donde
el arquitecto tuvo que poner en práctica toda su pericia
y sus conocimientos. Para acceder al coro se realizó una
bella escalera de caracol helicoidal, que se ciñe a uno
de los pilares cruciformes.
En su pretil puede verse una genealogía de
Jesús, presentada como el árbol de Jesé,
basándose en el evangelio de san Mateo. No se conoce ningún
precedente de una obra de estas características en la península
Ibérica. Quizás podría citarse el proyecto
de los sepulcros reales en alto del monasterio de Poblet, entre
unos pilares que también existían previamente. Pero
allí el peso de la piedra hizo que el proyecto fracasase,
y finalmente las sepulturas tuvieron que ejecutarse en madera.
Otra de las joyas de la iglesia es el Museo
Arciprestal, ubicado en la sacristía. En su interior puede
verse una interesante colección de pinturas, códices,
telas litúrgicas, y piezas de orfebrería.
(Autor del texto del artículo/colaborador
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente)