Iglesia
románica y mudéjar de San Juan Bautista de Fresno
el Viejo (Valladolid)
Descripción
general de la iglesia de Fresno el Viejo
Fresno el Viejo
es una villa situada en la esquina suroeste de Valladolid, muy cerca
ya de Ávila y Salamanca. En concreto entre los río
Lanzón y Trabancos, a ambos lados de la "Calzada Real"
por la que discurrieron religiosos, nobles y militares durante siglos.
Perteneció a la encomienda de la Orden de San Juan.
La parroquial
dedicada a San Juan Bautista tiene un gran interés pues pertenece
a un reducido grupo de templos que muestran la transición
de la arquitectura románica a la mudéjar (como en
Sahagún y Daroca).
El proyecto
original era un ambicioso templo románico de tres naves y
tres ábsides semicirculares de sillería. Así
se empezó, como se aprecia en las partes inferiores de los
tres ábsides actuales que son de buenos sillares románicos.
El ábside
central se inició con columnas sencillas adosadas a pilastras
y los absidiolos con columnas pareadas.
Llegado
un momento se sustituye el material pétreo por ladrillo y
con ello la fábrica de pureza románica se convierte
en mudéjar. La forma y propiedades del ladrillo imponen ahora
unas estructuras y decoraciones que, teniendo siempre presente su
pasado románico, lo convierten en una arquitectura nueva
y mestiza.
El exterior
de las naves se siguieron completamente en ladrillo y aparecen varios
pisos de arcos murales como decoración.
La portada
tiene arquivoltas apuntadas y friso de esquinillas.
El hastial
occidental, aunque poco visble desde el exterior es ciertamente
espectacular. Su extraordinaria anchura nos demuestra lo voluminoso
de la iglesia de Fresno el Viejo, que desde otros ángulos
no lo parecería tanto. Además su articulación
mural es muy sugerente gracias a la alternancia de arquerías
de medio punto y rectángulos.
Mutando
de románico a mudéjar
Esta iglesia
de San Juan de Fresno el Viejo es interesante pues nos muestra,
de manera silenciosa pero muy elocuente, algunas de las claves de
la transformación del románico puro en mudéjar.
Y es que se
habla mucho de cuestiones étnicas y políticas para
justificar la aparición del mudéjar y explicar sus
características estructurales y decorativas, cuando hay hechos
obvios que se infravaloran.
Uno de ellos
es la escasez de piedra de cantería en las llanuras del oeste
castellano (Tierra de Pinares, Tierra de Campos, etc.) que haría
más práctico y rápido el uso del ladrillo,
sin importar si fueran cristianos o mudéjares sus artífices.
Pero al elegir
el ladrillo, con su estandarizado tamaño y forma prismática,
los constructores se encontraron con unas limitaciones que determinan
buena parte de la morfología y decoración del mudéjar
castellanoleonés.
La iglesia
de Fresno el Viejo nos explica algunas de estas características: