Guía de la Iglesia de Sant Andreu de Salardú,
Lleida
Introducción a la guía de la igleia
de Sant Andreu de Salardú
Salardú es un pequeño pueblo situado
al sur de la comarca, a orillas del Garona, desde donde se puede
disfrutar de una increíble panorámica de toda la zona.
Merece la pena dar un pequeño paseo por el casco
histórico del pueblo y admirar las grandes casonas, algunos
de los siglos XVI y XVII.
Pero sin duda el edificio más notable de esta
localidad es la iglesia parroquial de Sant Andreu, un templo
románico construido a finales del siglo XII, aunque con elementos
que reflejan una incipiente estética gótica.
Exterior
La torre
Se trata de un templo de tres naves, que rematan en
sus correspondientes ábsides semicirculares. En el exterior
el edificio tiene una marcada horizontalidad, tan sólo rota
por la potente torre campanario de planta octogonal y rematada por
un chapitel.
Esta torre se sitúa en el oeste, junto a la
fachada, aunque bastante adelantada con respecto a esta. La iglesia
carece prácticamente de decoración exterior.
En el muro sur se encuentra la portada que permite
el acceso al interior del templo. En este muro hay dos pesados contrafuertes.
Uno de ellos, el que se sitúa en el este, se encuentra horadado
por medio de un arco de medio punto. Seguramente en este lado de
la iglesia hubiese una zona porticada, a la que se accedería
por medio de este vano.
Junto a la portada hay un pequeño arco
ciego de medio punto en lado de poniente, y otros dos de mayor luz
en el lado oriental, todos apoyados sobre refinados capiteles decorados
con sencillas formas vegetales y parejas de aves sobre columnas
de mármol.
En la zona del presbiterio hay un gran ventanal
que permite la iluminación de esta parte de la iglesia, con
un arco apuntado enmarcado por dos arquivoltas, que refleja una
clara influencia del gótico.
La puerta
La portada románica, al igual que el resto
del edificio, apenas tiene decoración. Está compuesta
por un gran vano de medio punto, abocinado por medio de cuatro arquivoltas,
de las cuáles tan sólo la exterior presenta una decoración
a base de relieves geométricos y formas vegetales, que apean
en sus correspondientes capiteles, todos ellos con una decoración
sencilla.
En la clave de la arquivolta exterior hay un
relieve que representa a un león, bajo el símbolo
del crismón, que hace alusión a Cristo.
El guardapolvos apean dos ménsulas cuyos relieves
son parejas de cabecitas humanas.
Fachada de los pies
Junto a las fachadas de los costados occidental
y septentrional se encuentra el pequeño cementerio del pueblo.
Al igual que el muro sur, estos lienzos apenas tienen elementos
decorativos y, con la excepción del vano con un arco apuntado
bíforo que se abre a los pies de la iglesia, no hay ventanas
que iluminen el interior del edificio.
Cabecera
La cabecera tiene tres ábsides semicirculares
con pequeños vanos abocinados, sin ningún alarde decorativo.
Los ábsides se encuentran unidos por medio
de una pequeña lesena sobre la cual hay un arco, una solución
curiosa, que también es visible en otras iglesias del Valle
de Arán.
Por encima de los ábsides, en el hastial
del templo, hay tres vanos. El central es un óculo, sobre
el que se levanta una pequeña espadaña, y los dos
laterales tienen forma de cruz latina.
La parte más ornada figurativamente de la iglesia
de Sant Andreu de Salardú es, sin duda, el repertorio de
canecillos que soportan los aleros del los ábsides.
Su plástica es muy sumaria, pero como suele
suceder con este tipo de escultura medieval popular sun formas son
expresivas.
Predominan los rostros humanos y alguns personas desnudas.
Nos llama la atención un canecillo con una gran vieira.
Interior
El interior de la iglesia resulta muy oscuro,
debido a que apenas tiene ventanas que permitan la entrada de luz
natural. Las tres naves se separan por medio de pilares cruciformes.
La central se cubre con bóvedas de crucería
cutripartita, mientras que las laterales con medias bóvedas
de cañón corridas, al igual que la nave del transepto,
que se encuentra recubierta con pinturas murales realizadas en los
siglos XVI y XVII, al igual que una parte del ábside central.
El Cristo de Salardú
La pieza más destacada del mobiliario
litúrgico es sin duda el famoso Cristo de Salardú.
Se trata de una imagen de pequeño tamaño
con una representación de Cristo crucificado, atribuido al
taller escultórico del Maestro de Erill, al que también
se atribuye el Cristo de Mitg Arán, conservado en la iglesia
de San Miguel de Viella. La cruz conserva la policromía original
del siglo XII en ambos lados.
Por encima de la cabeza de Cristo se encuentra
la representación de un ángel turiferario, en los
extremos las imágenes de Adán y la Virgen María
y a los pies de Cristo la figura de Adán. En el reverso hay
una representación del Agnus Dei en el centro de la cruz,
y, en los cuatro extremos, un tetramorfos con los símbolos
de los cuatro evangelistas.