El de
Leyre es un monasterio milenario de origen benedictino
que llegó a ser uno de los más importantes de
la España reconquistada y corazón espiritual del
Reino de Pamplona.
Se sabe
que existía un monasterio en el siglo IX que fue destruido
por los musulmanes. Luego, a comienzos del XI fue reconstruido
y se sabe de una primera consagración de la iglesia a
mediados de ese siglo. Las obras debieron proseguir hasta el
siglo XII. Más tarde, en el siglo XIV sufrió una
abrupta ampliación gótica de las naves por los
monjes cistercienses que lo habitaron a partir del XIII.
De
estilo románico perdura básicamente la enorme cabecera triabsidal
-que incluye la cripta inferior- y tres puertas de ingreso al
templo donde sobresale por su enorme interés, como se verá a
continuación, la occidental.
Cabecera
De la
primera campaña románica de Leyre data su cabecera,
de altísimos ábsides que engloban, en su parte
baja, la cripta.
Aunque
no hay concesiones escultóricas en ella (carece de ventanas
decoradas o de columnas) es magnífica su fábrica,
realizada con grandísimos sillares de color cálido
perfectamente aparejados, que nos evocaban todavía las
construcciones del periodo anterior prerrománico
El
interior de este espacio parece más sutil y mucho más
afín a lo que llamamos el Románico Pleno. Cuenta
con tres ábsides, mucho más ancho el central que
los dos laterales. Las bóvedas son de cuarto de esfera.
Esta cabecera triabsidal de San Salvador de Leyre se une a dos
tramos de las naves románicas, separadas por pilares
cruciformes con columnas adosadas de rudos capiteles de plástica
semejante a los que veremos a la cripta.
Este
espacio de cabecera más dos tramos es el que debió
consagrase en una fecha tan temprana como el año 1057.
El proyecto
era alargar aún más las naves hacia los pies,
solar en que todavía se encontraba el viejo templo prerrománico
de planta cuadrada y tres ábsides. Por ello se levantaron
los muros perimetrales sur, norte y oeste. Este gran espacio
se cubriría con techumbre de madera, hasta su abovedamiento
gótico a finales de la Edad Media, en tiempos de posesión
cisterciense.
Cripta
La
cripta es uno de los más sugestivos lugares de del románico
español y pertenece a la primera campaña de comienzos
del siglo XI. Se accede a través de una ruda puerta de
tres arquivoltas de aristas vivas que apean sobre grandes jambas
de sillares irregulares.
Tiene cuatro naves y
tres ábsides. Puesto que la nave central de la iglesia
superior estaba proyectada del doble de anchura que las laterales,
la nave principal de la cripta hubo de dividirse en dos con
el doble fin de reforzar el peso y de no ganar demasiada altura.
El resultado es que la cripta cuenta con un total de cuatro
naves muy estrechas y de igual anchura
El abovedamiento es
de medio cañón con refuerzo de arcos fajones de arco de medio
punto muy peraltados que, a su vez, son soportados por columnas
de cortísimo fuste sin basa y grandes capiteles irregulares
con labra apenas incisa (bajorrelieve).
Porta Speciosa
La portada
occidental, denominada Porta Speciosa ya es del siglo
XII, aunque debió sufrir una importante intervención
posteriormente y se sumaron esculturas de otros lugares de la
iglesia, al estilo de la Puerta de las Platerías de Santiago.
Esto
hace que la riqueza escultórica de la porta Speciosa del Monasterio
de Leyre se ver-daderamente espectacular, aunque de interpretación
iconográfica y simbólica conjeturable.
La portada
tiene cinco arquivoltas de medio punto que rodean un tímpano
esculpido soportado por una columna parteluz.
Este tímpano llevaba siete estatuas, de las que se reconocen
a Cristo, María, San Pedro y San Juan y algunos apóstoles.
Todas
las arquivoltas están decoradas figurativamente así
como las enjutas y el friso superior.
En la
enjuta izquierda aparecen como figuras bastante reconocibles:
San Miguel y el dragón, Jesús acompañado
de los apóstoles San Pedro y San Pablo, las santas Nunilo
y Alodia y posiblemente el martirio de una de ellas.
En la
enjuta derecha los relieves están más desgastados
y su iconografía es bastante más confusa, aunque
se adivina las escenas neotestamentarias de la Anunciación
y la Visitación.
Aunque
se ha estimado la intervención de tres talleres distintos
como protagonistas de esta magna puerta del Monasterio de Leyre,
(incluyendo el taller del Maestro Esteban) en toda ella se aprecia
manos expertas que esparcen por todo el conjunto infinidad de
esculturas de exquisita finura.
El
visitante puede perderse entre tanta riqueza por lo que es recomendable
una ojeada detenida y aislando los elementos escultóricos
uno a uno, que por la recombinación posterior citada
no tienen necesariamente que tener que ligazón con las
tallas próximas.
Las otras dos puertas de la iglesia
Además de la Porta Speciosa, la iglesia
del Monasterio de San Salvador de Leyre cuenta con otros dos
ingresos en los flancos sur y norte.
La del norte es similar a la puerta de la cripta,
de gran rudeza, aunque ya incorpora una pareja de columnas con
capiteles de sumaria labra como vegetal.
La puerta sur que actualmente queda cobijada bajo
una capilla gótica es más moderna y elegante.
Dispone de tres arquivoltas de grueso bocel sobre tres parejas
de columnas. El tímpano está protagonizado por
un Crismón.