(Mayo
2005) El reino
de los cielos', dirigida por Sir Ridley Scott, recrea Las Cruzadas
con 30.000 extras, localizaciones en España y Marruecos
y la ayuda de mil herreros, guarnicioneros
Saladino y Balduino IV,
el rey leproso. El papa Urbano II y miles de guerreros. Guerreros
cristianos. Guerreros musulmanes. La Cristiandad y el Islam. La
conquista de Jerusalén, la Ciudad Santa de las tres religiones
de El libro: judíos, cristianos, musulmanes. "¿Cuánto
vale Jerusalén?", le pregunta Orlando Bloom, el Orlando
Bloom de la trilogía de El Señor de los Anillos
y de Troya, al propio Saladino, rey de los sarracenos, amante
que dicen que fuera de Ricardo Corazón de León,
un Saladino interpretado por el actor y profesor universitario
sirio Ghassan Massoud. "¿Cuánto vale Jerusalén?"
y Saladino responde: "Nada". Sin embargo, la Cristiandad
porfió por reconquistar los Santos Lugares por más
de 100 años. Ocho expediciones de guerreros con el corazón
henchido por la proclama "¿Dios lo quiere!".
Nueve millones de muertos entre los años 1099 y 1280. Muertos
que antes de caer tal vez pensaron lo que grita Tiberias, interpretado
por Jeremy Irons: "Creía que estábamos luchando
por Dios. Pero en realidad, estamos luchando por riqueza y tierras"
El reino de los cielos
recrea episodios de esa guerra considerada santa. Conquista y
defensa de esa ciudad que nada vale pero por la que, por los siglos
de los siglos, todas las naciones se han batido.
130 millones de dólares
de presupuesto más 40 en gastos de publicidad y marketing.
Rodada en el castillo de Loarre, Huesca. En el pinar segoviano
de Valsaín. En la catedral románica de Ávila.
En el Palacio de los Portocarrero cordobés. En la Casa
de Pilatos y El Alcázar de Sevilla. En Timdrissit y Essaouira,
Marruecos.
28.000 metros cuadrados
de muros. 6.000 toneladas de escayola. 530 artistas y artesanos
comandados por la escenógrafa Sonja Klaus. Herreros que
enseñaron al protagonista a manejar la fragua como se hacía
hace 1000 años. Cocineras madrileñas conocedoras
de las recetas de la época de las Cruzadas. Guarnicioneros,
alfareros, carpinteros, cesteros.... 350 albañiles en Marruecos.
Albañiles y canteros rifeños, croatas, italianos,
españoles, ingleses. La película, antes de ser 145
minutos de celuloide fue 1.000 dibujos. 1.000 dibujos trazados
en Roma por el departamento artístico de la Fox para dar
textura, volumen, color, forma, a lo que durante mucho tiempo
fue sólo un sueño. El sueño no cumplido de
directores como Paul Verhoeven: rodar un film sobre Las Cruzadas.
Crusade se hubiese titulado el que, de haberse hecho realidad,
habría interpretado Schwarzenegger y se habría rodado
en Aragón.
El
caballero de Alien
Al final ha sido Ridley
Scott, el autor de Alien, Blade Runner y Gladiator, recientemente
nombrado 'Sir' por Su Graciosa Majestad Británica, quien
ha podido filmar Las Cruzadas, periodo histórico que le
fascina e inquieta porque ve en él "todos los matices
posibles de la conducta humana. La gente no ha cambiado tanto,
¿verdad?. Han variado los ropajes y las armas. Una ametralladora
es un arma de destrucción masiva si la comparas con una
espada. Pero la gente se comporta igual que antes. Y eso es lo
verdaderamente descorazonador, que no ha cambiado".
El reino de los cielos
o la conquista de Jerusalén. El reino de los cielos o el
retrato de unos personajes que creían que su causa era
justa. El reino de los cielos o la polémica inventada.
Portavoces de comités contra la discriminación americano-árabe,
profesores californianos de Ley Islámica, y otras gentes
han proclamado que la película enfrentará, de nuevo,
al Islam contra la Cristiandad mientras su protagonista sirio
sentencia: "No se trata de una película sobre la guerra.
Es sobre el diálogo, la paz y la búsqueda de la
verdad".
El reino de los cielos.
En internet la saludan como una de las superproducciones más
arriesgadas jamás filmadas. En 2006 saldrá su DVD,
un DVD que durará lo que Scott soñó que debía
durar: tres horas 40 minutos. El reino de los cielos y su mensaje:
"¿A quién pertenece Jerusalén?"
pregunta Orlando a las masas. "Al mundo", responde,
sabia, la multitud.