Guía
monumental (arte e historia) de Talavera de la Reina, Toledo
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Talavera
de la Reina |
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Toledo |
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Introducción a la guía de arte
(monumentos y rutas) de Talavera de la Reina, Toledo.
El municipio de Talavera de la Reina se encuentra
en la provincia de Toledo, a unos 90 km. de esta ciudad. La ciudad
se encuentra regada por las aguas del Tajo, en un hermoso paraje
de la meseta toledana.
Talavera de la Reina, conocida internacionalmente
por su cerámica, es una ciudad fundamentalmente mudéjar,
aunque existen monumentos góticos y de otros estilos como
renacentistas y barrocos.
Y
es que el origen de de Talavera de la Reina como población
es muy antiguo y hay referencias de ella en el mundo romano, visigodo
y árabe, siendo conquistada por el rey cristiano Alfonso
VI a finales del siglo XI y alcanzando prosperidad durante siglos,
como veremos a continuación. Fruto de su dilatada historia,
Talavera ofrece al visitante un rico patrimonio monumental, testigo
de los importantes acontecimientos que se desarrollaron en esta
ciudad a lo largo de la Edad Media y Moderna.
Orígenes e Historia
El
origen del nombre de Talavera es árabe, pero la ciudad
comenzó a adquirir importancia desde la antigüedad.
Los romanos la bautizaron como Caesarobriga, si bien parece que
anteriormente ya existía aquí un núcleo de
población celtibérico. De esta época se han
encontrado restos de un foro y algunos restos de edificios monumentales.
Tras la ocupación de la ciudad por los visigodos,
en el 712 fue tomada por los musulmanes, quienes dejaron una importante
huella. Entre otras construcciones, realizaron una nueva muralla
y un alcázar.
Tras un breve periodo en el que se convirtió
en una taifa, en el 1083 fue conquistada por Alfonso VI "El
Bravo" (1072-1109). Tras un breve periodo en el que volvió
a ser tomada por los almorávides, en el siglo XIII la ciudad
adquirió una gran prosperidad económica. En 1328
la ciudad fue el escenario de la boda de Alfonso XI de Castilla
"El Justiciero (1311-1350) con María de Portugal,
y fue en este momento cuando, al parecer, se la bautizó
con el sobrenombre de "La Reina", dado que la ciudad
fue entregada a su mujer como parte de la dote.
En la Edad Moderna Talavera continuó viviendo
tiempos de bonanza económica. En el siglo XIX se construyó
una de las primeras estaciones de ferrocarril de España,
lo que produjo un gran aumento de la industria y de la población,
dando lugar al próspero municipio que ha llegado hasta
nuestros días.
El Puente Viejo
La ciudad de Talavera está regada por las
caudalosas aguas del Tajo. Cuatro son los puentes que atraviesan
el río, siendo el Puente Viejo, o puente de Santa Catalina,
el más antiguo de todos los que se han conservado, y durante
siglos, el único que tuvo la ciudad. Su origen es posible
que se remonte a la época en la que Talavera era ocupada
por los romanos, pero la construcción, tal y como ha llegado
hasta nuestros días, es una obra de la segunda mitad del
siglo XV. Sabemos que fue realizada por fray Pedro de los Molinos,
un monje jerónimo del que no se tienen demasiados datos.
El puente anterior había sido destruido en 1450 en una
revuelta contra el condestable Álvaro de Luna, valido de
Juan II (1406-1454).
En 1483 el cardenal Pedro González de Mendoza
autorizó su reconstrucción. Parece que el puente
anterior tenía un trazado recto, pero fray Pedro de los
Molinos lo dotó con una curva muy característica.
Con este quiebro se protegía la construcción frente
a una posible crecida del río. A lo largo de su historia
se añadieron nuevos tramos y se restauraron otros, pues
a pesar de la ingeniosa solución con la que se protegió
de las crecidas del agua, no ha estado exento de desperfectos.
La última restauración se acometió en el
año 2002, cuando el puente se peatonalizó.
Las murallas
Talavera de la Reina contó con hasta tres
recintos amurallados, que fueron levantándose alrededor
de la alcazaba musulmana según se iba ocupando el espacio
intramuros. Los restos que se han conservado se corresponden,
en su mayor parte, al primero de estos tres recintos, y en menor
medida, al segundo.
Los vestigios más antiguos, correspondientes
a la primera de las murallas, datan de los siglos IX-X, y fueron
mandadas construir por Abderramán III, aunque es muy posible
que siguieran el mismo trazado de la muralla romana. Al tratarse
de construcciones sin otro uso práctico más allá
de la defensa de la ciudad, cuando perdieron esta función
se deterioraron, y lo que podemos ver en la actualidad es fruto
de numerosas restauraciones y reconstrucciones. A pesar de ello
la muralla de Talavera conserva un indudable interés. Esta
realizada con gruesos sillares de piedra, muchos de los cuáles
son materiales reaprovechados de época romana y visigoda,
y cuenta con un número considerable de torres cuadradas
y semicirculares. También hay algunas torres albarranas,
la mayoría añadidas en la baja Edad Media, así
como varias puertas con las que contó, aunque otras han
sucumbido al paso del tiempo.
Del segundo recinto amurallado los restos que se
han conservado son menos abundantes. Fueron construidos entre
los siglos XII y XIII con tapial. La parte que mejor se ha conservado
se corresponde a la segunda muralla, y se encuentra en la puerta
de Sevilla, que data del siglo XVI. También pertenecen
a esta muralla el campanario de la iglesia de San Miguel, que
era originalmente una torre que se reutilizó al construir
el templo.
De
la tercera muralla no se ha conservado prácticamente ningún
resto significativo.
Colegiata
de Talavera de la Reina
La iglesia parroquial
de Santa María la Mayor fue elevada a la categoría
de colegiata en 1211 por el Arzobispo Jiménez de Rada pocoa
antes de disputarse la famosa batalla de las Navas de Tolosa.
Sin embargo, la mayor
parte del edifico actual es fruto de las grandes reformas realizadas
durante el siglo XV, dentro de lo que podríamos llamar
gótico con algunas influencias mudéjares.
El exterior del edificio
está bastante constreñido por edificaciones periféricas
que no permiten contemplar desde fuera sus dimensiones casi catedralicias.
Sin embargo, es cuando penetramos en su interior cuando apreciamos
su magnitud.
Tiene tres amplias y largas
naves de seis tramos separadas por pilares con ocho columnas adosadas
que sirven de apoyo a las bóvedas de crucería. los
capiteles son figurados con imágenes de hombres y ángeles.
No faltan algunos animales del bestiario fantástico como
centauros o arpías.
En tiempos del arzobispo
de Toledo Cisneros fue necesario colocar arcos rebajados (conocidos
como "arcos del miedo") para unir los pilares de la
nave central con el fin de evitar el desplome de las bóvedas.
En la Colegiata de Talavera
de la Reina hay interesantes capillas como la de Santa Ana o de
los Reyes, la de Santa María del Pópulo, etc.
Su claustro, es completamente
gótico. Fue construido en el siglo XV.
Exteriormente,
lo más espectacular es el hastial occidental con portada
de arquivoltas agudas y por encima un gran rosetón gótico-flamígero
con clara influencia mudéjar. Está construido de
ladrillo y recubierto por estuco. Este bello
rosetón es muy
semejante e influido por el del no muy lejano monasterio extremeño
de Guadalupe.
A comienzos del siglo
XVIII fueron elevados los dos cuerpos superiores de la torre.
La Colegiata
es el monumento más emblemático de Talavera, pero
no el único importante donde ha quedado la huella mudéjar.
Iglesia
de Santiago o "Santiago el Nuevo". Talavera de la Reina
Dentro
del panorama del mudéjar medieval de Talavera de la Reina,
hay que destacar, sin duda, la iglesia de Santiago
Es obra de comienzos del
siglo XIV. Tiene tres naves, separadas por pilares y arcos túmidos,
que rematan en cabecera de testero plano.
Posiblemente, lo más
bonito de la iglesia de Santiago es su bella fachada occidental,
formada por un rosetón cuyas tracerías están
realizadas con ladrillo y un frontal inferior de vanos de iluminación
rodeados de arcos de herradura apuntados y polilobulados.
A pesar de lo tardío
de su construcción, la iglesia de Santiago el Nuevo de
Talavera de la Reina ha conservado plenamente su tradición
románica mudejarizada, como se puede apreciar en la austera
torre emparentada con las de Ávila o Segovia, las puertas
norte y sur de arquivoltas de ladrillo ligeramente apuntadas que
imitan las puertas del románico tardío e incluso
los canecillos de nacela de piedra que soportan los aleros.
En el interior el espacio
basilical se divide entres naves -más una serie de capillas
al norte- separadas mediante arcos formeros apuntados de granito.
Más
información de la Iglesia
de Santiago El Nuevo de Talavera de la Reina
Iglesia
del Salvador. Talavera de la Reina
No
muy lejos de la iglesia de Santiago aparece otro de los importantes
monumentos medievales de Talavera de la Reina: la iglesia parroquial
de El Salvador.
Es obra de finales del
siglo XII o comienzos del XIII y ya es citada en el año
1204.
Tiene una perfecta cabecera
románico-mudéjar constituida por presbiterio plano
y ábside de tambor, con tres pisos. Tiene tres cuerpos.
El más bajo de mampostería, el superior de arcos
túmidos trasdosados por otros polilobulados y el tercero
de arcos de medio punto entrecruzados al estilo toledano.
La diferencia entre el
tramo presbiterial y el absidal estriba en que en el primero,
el piso de arcos lobulados están recuadrados por falsos
alfices.
En el año 2013
aparecieron fragmentos de pinturas tardorrománicas en el
cascarón del ábside y actualmente se proyecta un
vídeo explicando su iconografía.
Iglesia
del Santiago el Viejo o "Santiaguito". Talavera de la
Reina
La iglesia de Santiago
el Viejo es otro de los edificios mudéjares de Talavera.
Fue fundada en 1226. La preciosa cabecera se articula mediante
tres pisos. El primero de mampostería con hiladas de ladrillo.
El segundo lleva arcos de medio punto doblados y el tercero arcos
túmidos rodeados por polilobulados.
Esta iglesia perteneció
a la Orden de Santiago y luego fue convertida en templo parroquial.
Iglesia
del Convento de Santo Domingo. Talavera de la Reina
La iglesia del antiguo
convento de Santo Domingo es un edificio tardogótico (1536)
de una sola nave. Su cabecera es de gran monumentalidad.
En el interior son destacables
las bóvedas de crucería estrelladas.
La Basílica de Nuestra Señora del
Prado
La Basílica de Nuestra Señora del Prado
se encuentra consagrada a la Virgen homónima, patrona de
la ciudad.
Su origen parece encontrarse en una ermita de origen
visigodo, asentada quizás sobre un antiguo templo romano,
si bien el edificio actual es una construcción de los siglos
XVI y XVII realizada en estilo renacentista y barroco.
La iglesia tiene planta de cruz latina, y tres naves
separadas por arcos de medio punto. Las naves se cubren con una
techumbre de madera, mientras que en los brazos laterales hay
una bóveda de medio cañón. En la intercesión,
sobre un tambor octogonal, se levanta una cúpula que remata
en una linterna.
El aspecto más significativo de la basílica
de Nuestra Señora del Prado es la magnífica colección
de azulejos de Talavera del siglo XVI. En ellos pueden verse representadas
numerosas escenas del ciclo de la Pasión y del Nuevo Testamento,
así como representaciones de la Virgen del Prado y varias
imágenes de santos. Otra pieza muy interesante es una lápida
funeraria de época visigoda.
Pero la pieza más destacada es el retablo
de azulejos de San Antonio que se encuentra en el crucero. El
retablo mayor es de factura neoclásica, y fue realizado
en 1854. En el centro se encuentra la talla de la patrona de la
ciudad, en un camarín al que se puede acceder desde la
sacristía, en donde hay una cúpula pintada por Juan
Ruiz de Luna en 1913.
La iglesia de San Prudencio en el monasterio
de Santa Catalina
La iglesia de San Prudencio es el templo del antiguo
monasterio jerónimo de Santa Catalina. El cenobio fue fundado
por el arzobispo de Toledo Pedro Tenorio en el año 1372.
En el siglo XIX, durante un breve periodo de tiempo, fue habitado
también por una comunidad de jesuitas, como atestiguan
algunas de las pinturas que se han conservado en el interior.
El monasterio se vio afectado por el proceso desamortizador, y
en 1831 fue adquirido por un terrateniente local. En el siglo
XX, durante unos años, se convirtió en un orfanato.
En la actualidad, una parte del edificio es ocupado por el Museo
Etnográfico, que puede visitarse junto a la iglesia y el
claustro.
De la primitiva iglesia medieval prácticamente
no se ha conservado nada, y el edificio que vemos en la actualidad
responde, en esencia, a la estética renacentista y barroca.
Está documentada la dirección de Juan de Herrera
en la cabecera del edificio. La parte más antigua es la
conocida como Puerta del Serafín, que en origen comunicaba
el templo con el claustro.
La iglesia de San Andrés
La iglesia de San Andrés es un edificio del
siglo XVI, aunque previamente, al menos desde el siglo XIII, en
este lugar ya había un templo que solo conocemos por referencias
documentales.
El edificio tiene una planta rectangular con una
sola nave y cubierta a dos aguas. La cabecera es un cuerpo más
estrecho que, en el interior, se separa del cuerpo de la nave
mediante un arco del triunfo realizado en ladrillo. Destaca en
su interior el artesonado de la cabecera, así como el altar
mayor, y las pinturas de la nave, que imitan paños de damasco
y brocados. Fueron realizadas en el siglo XVIII, a raíz
de la vinculación de esta iglesia con la Real Fábrica
de Seda, Oro y Plata de Talavera. También debe señalarse
el coro de los pies, con un balaustre de madera que imita un encaje
textil.
Historia y características de la cerámica
de Talavera
La ciudad de Talavera de la Reina ha adquirido una
fama universal por su tradición ceramista. Es tal la importancia
que tiene la producción alfarera de la ciudad, que en 2019
la UNESCO declaró a la cerámica de Talavera Patrimonio
Cultural de la Humanidad.
El origen de la cerámica de Talavera hay que
buscarlo en los tiempos en los que la ciudad fue ocupada por los
árabes, aunque cuando realmente adquirió importancia
fue en el siglo XVI, cuando la producción alcanzó
cotas industriales, y se difundió por toda España,
en constante rivalidad con la cerámica sevillana. Su fama
se refleja en muchas obras de la literatura del Siglo de Oro,
y un buen exponente de la aceptación que tuvo en la Corte
y las élites religiosas son los azulejos del Monasterio
de El Escorial, o la Botica del Palacio Real. No obstante, en
Europa la cerámica de Talavera nunca llegó a alcanzar
la fama que tuvieron otros grandes centros productores como Sèvres
o Delft.
Desde la segunda mitad del siglo XVIII la cerámica
de Talavera sufrió una grave crisis, debido a que no supo
adaptarse a las nuevas corrientes estéticas del rococó,
y a la destrucción de la mayor parte de las fábricas
durante los tiempos de la ocupación francesa. Pero desde
la segunda mitad del siglo XIX, y las primeras décadas
de la pasada centuria se constata una voluntad de determinados
personajes por recuperar la tradición ceramista. Juan Niveiro
fundó la fábrica de El Carmen, y más tarde
Juan Ruiz de Luna creó la fábrica de la Virgen del
Prado.
La producción cerámica de Talavera
es demasiado compleja y dilatada en el tiempo como para poder
establecer unas características generales. Por eso, para
facilitar su estudio, los especialistas la han catalogado en diferentes
series.
En términos generales, podemos diferenciar
una cerámica más refinada, dirigida a las élites
dirigentes y los poderosos, que tuvo su mayor auge durante los
siglos XVI y XVII, y una cerámica más popular, en
los siglos XVIII y XIX. En las primeras son frecuentes las representaciones
cortesanas, y escenas de caza, muchas de ellas con un contenido
alegórico.
La cerámica popular se caracteriza por el
uso de motivos geométricos, figurativos o animales, con
trazos gruesos. Este último tipo de cerámica ha
evolucionado poco, y por eso en ocasiones resulta difícil
la datación de las piezas.
El Museo de Cerámica Ruiz de Luna
Juan Ruiz de Luna (1863-1945) fue uno de los
más importantes ceramistas de Talavera de la Reina. El
Museo que lleva su nombre se ubica en el antiguo convento de San
Agustín, aunque en su origen se situaba en el taller del
artista.
La obra se expone en el interior de la iglesia,
y en las dependencias monásticas.
El Museo expone una parte importante del legado
de este artista, junto a numerosas piezas cerámicas que
abarcan desde la época romana hasta el siglo XIX, aunque
las obras más importantes son las obras de los siglos XVI
y XVII.
También se exponen algunas piezas arqueológicas
que fueron recuperadas durante la restauración del edificio.
Entre las piezas más destacadas hay que señalar
el Retablo de Santiago, que fue realizado por Ruiz de Luna en
1917 o la fachada de la tienda de la Fábrica "Montemayor"
de 1921
Imágenes
de Talavera de la Reina
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Portada.
Iglesia de Santiago. Talavera de la Reina |
Portada
de la Colegiata de Talavera de la Reina |
Rosetón
mudéjar de la Colegiata de Talavera de la Reina |
Cabecera.
Iglesia de Santiago. Talavera de la Reina |
(Autores del texto del artículo
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente y David de la Garma)