Guía
monumental (arte e historia) de Tábara, Zamora
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Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas) de Puebla de Tábara,
Zamora.
A
unos cuarenta kilómetros al norte de Zamora capital, no lejos
de la ribera del Esla y junto a las últimas estribaciones
más orientales de la Sierra de la Culebra, se emplaza la
insigne e histórica población de Tábara.
Con
su casi un millar de habitantes, se considera a Tábara la
capital de la comarca de su mismo nombre, aunque hay quiénes
prefieren adscribirla a las Tierras de Aliste o de Alba.
Una
aproximación histórica
Pese a que se
sospecha de su existencia durante los siglos de la dominación
romana, las primeras referencias fehacientes de la existencia de
Tábara han de remontarse a finales del siglo VII, cuando
en el contexto del XI Concilio de Toledo, aparece mencionado su
topónimo dentro del Reino Astur Leonés.
Fue
sin embargo durante la segunda mitad del siglo VIII cuando Tábara
alcanzó notable relevancia al ser erigido en sus pagos, por
mandato del Rey Alfonso III y de manos del posteriormente Obispo
de León San Froilán, un importante monasterio que,
según las crónicas, llegó a acoger en primera
instancia nada menos que a 600 religiosos entre frailes y monjas.
Contemporáneamente,
muy cerca del primer cenobio y quizás para solventar los
problemas de masificación, el propio San Froilán,
en compañía de San Atilano, fundarían un segundo
monasterio en la vecina localidad de Moreruela de Tábara.
Alcanzaría
el cenobio tabarense un enorme prestigio cultural durante sus años
de vida gracias a la instauración en él de un "scriptorium"
especializado en la elaboración de códices iluminados,
algunos de los cuales, han llegado hasta nuestros días, permitiendo
que dicho monasterio haya pasado a la posteridad pese a su casi
total ausencia de vestigios.
Sin
embargo, todo ese esplendor quedó truncado cuando, a finales
del siglo X y posiblemente debido a una de las devastadoras incursiones
de Almanzor, tanto San Salvador de Tábara como su vecino
de Moreruela quedarían notablemente dañados hasta
el punto de que no volvieron a ser reconstruidos como tales.
Durante los
siglos XII y XIII, Tábara y su tierra pertenecieron a la
Orden del Temple, circunstancia que generó no pocos conflictos
con el cercano obispado de Astorga hasta la disolución de
la orden militar durante los primeros años de la decimocuarta
centuria.
Ya en el siglo
XVI y por dictado del monarca Carlos V, se estableció en
esta localidad zamorana la sede de un importante Marquesado, cuyos
señores llegaron a poseer extensísimos pagos por toda
la comarca.
Tábara
puede también enorgullecerse de ser la cuna del famoso poeta
León Felipe, una de las personalidades más relevantes
de la Generación del 27 y a quien le fue dedicado un monumento
en una plaza de la localidad.
El
Monasterio de San Salvador y su "scriptorium"
El antiguo monasterio
de San Salvador de Tábara se erigía sobre el mismo
solar en que hoy se levanta la iglesia parroquial de Santa María,
para cuya construcción, a juzgar por distintos vestigios
allí aparecidos, debieron ser empleados materiales procedentes
del ruinoso cenobio.
Los orígenes
del monasterio habría que remontarlos a la segunda mitad
del siglo IX cuando los monjes San Froilán y San Atilano
(a la postre obispos de León y de Zamora respectivamente),
deciden fundar una abadía poco después de la victoria
cristiana contra el enemigo musulmán en la Batalla de la
Polvoraria.
Tanto el Monasterio
de San Salvador, como su vecino de Moreruela de Tábara, se
convertirían rápidamente en influyentes centros de
poder y cultura, acogiendo, según reza la tradición,
nada menos que 600 religiosos de ambos sexos, por lo que, fiable
o no el dato, debió ser un edificio de considerable relieve.
No
dejaría de ser San Salvador de Tábara uno más
de los numerosos y casi ignorados cenobios altomedievales extintos
de no ser por el importante scriptorium especializado en la manufactura
de códices iluminados que allí se instaló.
Coinciden en señalar los especialistas que de él saldrían
obras miniadas de la relevancia del Beato Morgan, del conocido como
Beato de Tábara, o el Beato de Gerona.
En ellos trabajarían
maestros como Magius y su discípulo aventajado Emeterio,
con puntuales aportaciones de la monja miniaturista Ende y de un
monje copista de nombre Senior. Muy conocido es, precisamente, el
que ha sido bautizado como Beato de Tábara ya que en él,
concretamente en su primera lámina, fue representado de manera
muy gráfica el scriptorium del Monasterio de San Salvador,
siendo reconocibles dos copistas o iluminadores trabajando en un
manuscrito junto a una torre campanario con arcos de herradura que
algunos han querido comparar con la actual torre de la parroquia,
de factura algo posterior.
Lamentablemente,
la vida del monasterio de San Salvador, al igual que la de varios
del entorno, fue significativamente corta ya que, como antes señalábamos,
fueron pasto de la destrucción en el contexto de las arrasadoras
campañas o razias de Almanzor por tierras zamoranas y leonesas
en su camino hacia Compostela.
Iglesia
parroquial de Santa María
La actual Iglesia
de Santa María de Tábara se yergue sobre el antiguo
solar en el que se ubicaría el influyente Monasterio de San
Salvador, que, tras la extinción de la comunidad monacal
a consecuencia de las aludidas campañas de Almanzor, nunca
llegó a ser reconstruido, siendo aprovechado el terreno y
parte del material disperso para dotar a la población de
un centro de culto.
De la actual
fábrica, sólo el cuerpo inferior de la torre podría
ser heredero de la primitiva construcción monacal, siendo
el grueso del templo actual de factura románica, pudiendo
ser fechada su consagración en 1137 gracias a una inscripción
conservada junto al ingreso habilitado bajo el porche lateral.
La iglesia fue
profundamente reformada durante el siglo XVIII, conservándose
de su primitiva fábrica románica la torre y dos de
sus portadas.
La torre-campanario,
sobre la que hay quien ha querido ver una cierta evocación
de la representada sobre el célebre Beato de Tábara,
se eleva a los pies del templo en tres cuerpos de campanas separados
mediante listeles horizontales y abiertos en arcos de medio punto
doblados.
De sus dos portadas,
la sur despliega dos arquivoltas de medio punto cobijadas por un
elegante guardapolvo ajedrezado, habiéndose conservado tan
sólo una de las dos columnas sobre las que reposaban. La
norte, hoy cegada y bastante alterada, presenta una disposición
similar, llamando la atención la arquivolta central a base
billetes de considerable tamaño.
Además
de la lápida fundacional, se han conservado en el templo
varias inscripciones y una lauda prerrománica, habiendo sido
recientemente descubiertos en distintas campañas de excavaciones
numerosas piezas románicas hasta conformar un interesante
lapidario hoy expuesto en un pequeño museo habilitado en
el propio templo.
La
Iglesia de la Asunción o "El Convento"
Completa el
patrimonio religioso de Tábara un edificio en la Plaza Mayor
de la localidad conocido popularmente como "El Convento"
ya que, a lo largo de su vida, acogió a monjes tanto Jeróminos
como Dominicos.
La historia
del templo, construido a mediados del siglo XVI, discurre en paralelo
al contiguo palacio de los Marqueses de Tábara, quienes lo
emplearon como panteón familiar hasta que, en a principios
del siglo XX, fue convertida en iglesia parroquial.
Durante los
últimos años de la centuria pasada fue descubierta
bajo ella una curiosa cripta que vendría a acoger las sepulturas
de los Marqueses y sus familiares más próximos.
Alrededores
de Tábara
Moreruela
de Tábara
A escasos kilómetros
al este de Tábara se encuentra la pequeña localidad
de Moreruela de Tábara, donde consta igualmente la existencia
de un monasterio contemporáneo al de San Salvador y fundado
también por los los santos Froilán y Atilano.
Dicho cenobio
correría la misma suerte que su vecino tabarés, sufriendo
las acometidas del caudillo árabe Almanzor sin que fuera
posteriormente reconstruido ya que, la comunidad monacal, se trasladaría
a una nueva fundación al otro lado del río Esla y
de la que se conservan unas insignes ruinas que a continuación
abordaremos.
La iglesia parroquial
de San Miguel Arcángel de Moreruela de Tábara es una
construcción románica de tres naves que sufriría
importantes reformas durante el siglo XVIII. Conserva de su obra
primitiva la distribución interior original a base de arcos
apuntados sobre pilares rematados en capiteles; su portada norte
de tres arquivoltas apuntadas; y varias piezas fragmentarias entre
las que destacan un rosetón empotrado en la cabecera, y una
preciosa celosía prerrománica.
Monasterio
de Santa María de Moreruela
Junto a la fértil
ribera del Esla y muy cerca de la pequeña localidad de Granja
de Moreruela, se emplazan los suntuosos restos del que fue importantísimo
monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela.
Los orígenes
del cenobio podrían remontarse al siglo IX, siendo por lo
tanto de fundación contemporánea a los monasterios
de San Salvador de Tábara y Moreruela de Tábara, quedando,
al igual que ellos, destruidos tras las incursiones de Almanzor.
Sin embargo, mientras que aquellos nunca recuperarían su
rango abacial y serían sólo reconstruidos como iglesias
parroquiales, el de Santa María acogería a los monjes
de la zona hasta que, a mediados del siglo XII, pasaría a
manos del Císter, siendo beneficiario de generosas donaciones
por parte de monarcas como Alfonso VII y Fernando II.
En el siglo
XIX, la invasión francesa primero, y la Desamortización
de Mendizabal después, acabaron por extinguir la comunidad
morerolense, quedando sus equipamientos abandonados hasta que, en
la década de los sesenta del siglo XX, fueron consolidadas
y puestas en valor sus nobilísimas ruinas.
De todo el conjunto
monacal, el edificio más importante es la iglesia, la cual
se estructuraba en tres naves que desembocaban en un marcadísimo
crucero que, a su vez, abría a la cabecera, quedando ésta
rodeada por una girola a la cual, abren siete pequeñas absidiolas
de planta semicircular.
Al exterior, es precisamente la zona de la cabecera la mejor conservada,
presentándose como un armónico bloque estructurado
en tres niveles; el superior semicircular correspondiente al presbiterio,
el intermedio poligonal coincidente con la girola que lo abrazaba,
y el inferior con las mencionadas siete absidiolas radiales.
Conserva también
la iglesia monasterial varias de sus puertas, caracterizadas todas
ellas por la prototípica austeridad que pregonaba la orden
cisterciense.
Faramontanos
de Tábara
La iglesia de
San Martín Obispo de Faramontanos de Tábara es un
edificio de fábrica post medieval que conserva, empotrada
junto a la puerta sur, la lápida fundacional de su primitiva
iglesia tardorrománica, datable a mediados del siglo XIII
y consagrada por el Obispo Pedro de Astorga.
Santa
Eulalia de Tábara
Heredera de
una primitiva construcción románica es la sencilla
portada principal de la iglesia parroquial de Santo Tomás,
en Santa Eulalia de Tábara. Consta de un sencillo arco de
medio punto doblado que reposa sobre pilares rematados en cimacios
decorados con motivos vegetales muy erosionados. El resto de la
fábrica, es de factura más moderna.