Baños
de Al-Andalus
Introducción
Probablemente,
uno de los legados monumentales más importantes que hemos
recibido del siglo XI musulmán en España -llamado
Periodo de los Reinos de Taifas- es el conjunto de Baños
Árabes que se han conservado en varias ciudades de la antigua
Al-Andalus. Aunque aquí hay que decir que en absoluto son
exclusivos de esta época, puesto que también se conservan
baños construidos en siglos anteriores (época califal)
y posteriores (dinastías africanas: almorávides y
almohades e, incluso, de época nazarí). También,
como veremos posteriormente, se construyeron algunos baños
de autoría cristiana bajomedieval inspirados en los musulmanes.
Los
baños en el mundo musulmán
Los musulmanes
heredaron de los romanos y de los cristianos bizantinos (como en
gran parte de su aculturación) su afición por las
termas. Los rudos habitantes de Arabia encontraron una refinada
civilización al conquistar las tierras del Imperio Bizantino
de Egipto y Siria, estableciendo la capital del Califato, precisamente,
en Damasco.
En
Al-Andalus, especialmente en el siglo XI, se pusieron en funcionamiento
numerosos baños llamados "hammám". Las ciudades
populosas contaban con varias de dichas instalaciones. Algunos se
han conservado en aceptable estado, entre los que citamos aquí
unos pocos ejemplos:
-
Baños
Califales de Córdoba: pertenecían al alcázar
califal cordobés (para uso privado del califa y su corte)
y fueron construidos en el siglo X durante el mandato del califa
Alhaken II, aunque fueron reutilizados y modificados en los siguientes
siglos de dominación musulmana.
-
Baños
de Santa María en la Judería de Córdoba:
fueron de uso público.
-
Baño
llamado del Niño en el Palacio de Villardompardo de Jaén:
se considera el más grande de los conservados en España.
Esta instalación data de comienzos del siglo XI.
-
Baños
del Ángel de Toledo: aunque en la ciudad de Toledo se conservan
varios restos de baños árabes, éste el que
se encuentra en mejor estado.
-
Bañuelo
de Granada: datado en el siglo XI (reinado del monarca zirí
Badis Ibn Habus) presume de ser uno de los mejor conservados de
España.
- Baño
Real de la Alhambra de Granada: se llamó así por el
uso privado que los Reyes Católicos hicieron de él
tras la conquista de la plaza granadina. También se conoce
como Baños del Palacio de Comares. Frecuentemente pasa desapercibido
por los visitantes al asombroso complejo de La Alhambra y, sin embargo,
es uno de los lugares más interesantes.
-
Baños
de Ronda: esta bella ciudad malagueña conserva uno de los
conjuntos mejor conservados de los construidos en Al-Andalus,
es fechable en el siglo XIII.
-
Baños
árabes de Elche.
-
Baños
árabes de Palma de Mallorca: situados en el casco antiguo
de esta ciudad balear. Probablemente son del siglo XI y en su
construcción se reutilizaron materiales de acarreo como
capiteles romanos.
-
Baños
Árabes de Ceuta: fueron construidos en dos fases: la primera
de los siglos XI o XII y la segunda del XIV.
Al igual que
en Roma, la actividad del baño no era meramente higiénica
sino que tenía otros fines. Concretamente, en el mundo islámico
utilizar estos lugares constituía una de las principales
actividades de relación social y ocio que se tenía
en la sociedad de aquellos tiempos. Además,
los baños públicos de las mezquitas recaudaban dinero
por su utilización.
Los baños
podían disfrutarse tanto por hombres como por mujeres, aunque
nunca se permitía que coincidieran juntos, por lo que se
fijaban turnos rigurosos para ambos sexos como, por ejemplo, estableciendo
días alternos.
Salas
Los baños
árabes seguían una disposición similar a las
termas romanas aunque su construcción conllevaba una monumentalidad
más modesta.
La primera sala
que encontramos en los baños árabes es el vestuario,
donde había armarios, perchas y otros enseres para que el
usuario pudiera dejar sus ropas y prepararse para la entrar en las
salas de los baños, propiamente dichas. El vestuario se completaba
con instalaciones de letrinas.
A continuación
se disponían tres salas que eran las destinadas a proporcionar
diferentes temperaturas al cuerpo con el fin de hacerlo sudar, activar
la circulación sanguínea, eliminar toxinas y tonificar:
-
Sala
de agua fría. Llamada bayt al-baryt, que era equivalente
al frigidarium romano.
-
Sala
de agua templada o bayt al-wastani, como el tepidarium romano.
-
Sala
de agua caliente o bayt al-sajun: cumplía similar función
al caldarium romano.
Junto a la sala
de agua caliente existía un horno y una caldera para calentar
el agua que circulaba bajo el suelo.
La sala principal
de cualquier baño, que ocupaba el centro de las instalaciones,
era la correspondiente al agua templada (bayt al-wastani). Es también
la estancia más grande, y donde la gente pasaba mayor cantidad de
tiempo. En esta sala central, a la que se accedía tras pasar por
las salas de masaje o sudoración, se descansaba, se bebía o se daban
los últimos retoques de maquillaje o peinado.
Arquitectura
La arquitectura
de los baños árabes fue bastante homogénea
como se comprueba al comparar los que nos han llegado en buen estado
de conservación. Las instalaciones se disponían en
salas cuadradas o rectangulares no muy extensas, que se abovedaban
con el apoyo muros verticales con arquerías -de medio punto
o de herradura- que apoyaba en columnas exentas.
El material
con que se edificaron estas estructuras casi siempre era el ladrillo
enfoscado o enlucido superficialmente, salvo las columnas que podían
ser marmóreas o de otros tipos de piedra. Es frecuente en
estos soportes o en las piezas pétreas materiales de acarreo
como capiteles de iglesias visigodas o de templos o edificios monumentales
romanos.
Estas bóvedas
(de medio cañón, cupuliformes o esquifadas) tenían
unos óculos con forma de estrella que comunicaban los baños
con el exterior para permitir el paso de luz natural y evitar las
condensaciones del vapor de agua. Por otro lado, las formas curvas
de estos abovedamientos ayudaban a que el vapor que condensaba -
a pesar de los agujero citados- no cayera en forma de goterones
al suelo sino que las gotas escurriesen lentamente por las paredes
hasta llegar al suelo.
La decoración
mural de las paredes y las bóvedas de las estancias se basaba
en motivos geométricos sencillos pero coloreados lo que,
junto a la luz tamizada y tenue que dejaban pasar los óculos
estrellados, creaban un ambiente sosegado y acogedor que invitaba
a permanecer largos ratos conversando entre los bañistas.
Extensión
de los baños al periodo cristiano
Muchos de los baños construidos en Al-Andalus
durante el Periodo Taifa y otras épocas de dominio islámico
cayeron en desuso o fueron reutilizados tras la reconquista castellana
y aragonesa
No obstante
no todos desaparecieron y algunos siguieron siendo empleados.
Más
interesante, si cabe, es la construcción de baños
netamente cristianos a imitación o inspirados en los árabes.
Tal es el caso de:
-
Los
Baños de Girona: aunque tradicionalmente se han llamado
"árabes" es una construcción realmente
románica cristiana del siglo XII aunque inspirada en termas
romanas y sus homólogos musulmanes. La sala más
conocida y fotogénica es la del frigidarium con su piscina
octogonal en el medio que soporta ocho columnas y éstas
una cúpula.
-
Convento de Santa Clara de Tordesillas (Valladolid): podría
llamar la atención de encontrar unas instalaciones como
éstas en un convento de religiosas, pero hay que recordar
que Santa Clara de Tordesillas, antes que monasterio fue palacio
de dos monarcas muy dados a la sensualidad mudéjar como
fueron Alfonso XI y Pedro I. El primero de los citados construyó
este edificio para conmemorar su victoria contra los benimerines
en la Batalla del Salado en octubre de 1340.
-
Baños
del Almirante de Valencia: construidos en los primeros años
del siglo XIV durante el reinado de Jaime II por el noble Pere
de Vilarasa.