Beatos
mozárabes. Códices iluminados de los Comentarios al
Apocalipsis
Beato o Beatus
fue un célebre monje del Monasterio de San Martín
de Turieno (actualmente denominado Santo Toribio) en el Valle de
Liébana, uno de los hermosos y profundos valles cántabros
poblados por los cristianos refugiados tras la invasión musulmana,
a los pies de los Picos de Europa. Vivió a finales del siglo
VIII.
Beato fue un personaje importante
de esta época. Mediante diversas cartas y su libro "Apologético"
combatió la herejía adopcionista del arzobispo Elipando
de Toledo, Metropolitano de España (también apoyada
por Félix de Urgell) que defendía que Cristo, en cuanto
hombre, era hijo de Dios, no por naturaleza, sino por adopción.
En
esta disputa existía un trasfondo no sólo religioso
sino político. Elipando (obispo cristiano de una ciudad gobernada
por musulmanes), con su teoría del Adopcionismo conseguía
conciliar posturas con las creencias islámicas que consideraban
a Jesucristo como un profeta.
Por su parte, Beato defendía
la independencia, ortodoxia y pureza de los dogmas cristianos (hay
que pensar que se encontraba en una tierra liberada de musulmanes)
y se apoyaba en el poder del Papa de Roma y el emperador Carlomagno
para resaltar el nuevo poder cristiano de Asturias en contra del
"rival toledano" al que llegó a calificar de hereje
("testículo de Anticristo")
La importancia de este erudito
monje, Beato, en la historia de España, es aún mayor
ya que es el primer español que cita a Santiago como patrón
de España en su primera redacción del Comentario al
Apocalipsis, aceptando la versión del Breviarium, y escribe
el himno O Dei Verbum en honor al apóstol Santiago a quien
devotamente canta como "caput refulgens aureum Ispaniae",
"áurea cabeza refulgente de España".
La difusión de este
himno abonó el campo para el descubrimiento en el año
814 de la tumba de Santiago en Compostela.
Pero por lo que es más
conocido Beato de Liébana es, sin duda, por su libro llamado
"Comentarios al Apocalipsis de San Juan", basado en los
textos de dos padres africanos: Primario y Ticonio, y otros de Apringio
de Beja (siglos V y VI). Este libro debió ser terminado alrededor
del año 786.
Las explicaciones sobre
las revelaciones de San Juan calmaban la inquietud espiritual de
los creyentes, preocupados por los males de su tiempo, el cercano
"fin del mundo", y la muerte. Tales catástrofes
se veían personificadas en España por la invasión
islámica y el fin del reino cristiano visigodo.
A
partir de esta fecha se copiaron múltiples ejemplares de
este libro original. Lo importante no es el texto en sí,
sino las miniaturas que lo acompañan.
A todas las copias del códice
"Comentario al Apocalipsis de San Juan" se les denomina
de manera simplificada "beatos".
No cabe duda que los beatos
son los manuscritos medievales más valorados y estudiados.
Se han publicado diversas obras sobre ellos (y en diversos idiomas),
se han publicado láminas reproduciéndolos, facsímiles
de impecable calidad, etc. A ello ha contribuido la enigmática
belleza de su arte y por qué no decirlo, lo "misterioso
y turbador" (en palabras de Joaquín Yarza) del texto
del Apocalipsis.
El exótico y misterioso
expresionismo de las miniaturas de los beatos del periodo prerrománico
se ha atribuido a una conjunción de influencias artísticas
que van desde lo tardorromano y bizantino, lo visigótico,
lo carolingio y, por supuesto, lo musulmán de Al-Andalus.
Los
Beatos "Mozárabes" del siglo X
Los beatos conservados son
27 y de ellos 24 conservan miniaturas. Son libros que van del siglo
X al XIII. Los más antiguos se consideran prerrománicos
por haberse realizado en los siglos X y XI y posteriormente su estilo
evoluciona al románico pleno (siglos XII y XIII).
Concretamente hay:
Antes
de seguir, hemos de aclarar que respetamos la denominación
"mozárabe" por tradición y porque así
se encuentra en la mayoría de las fuentes, pero como indica
el Profesor Yarza es completamente falso que los beatos fueran obras
de artistas mozárabes, sino que están realizados en
los monasterios del reino leonés (León, Zamora, Palencia...)
eso sí, en el periodo del arte prerrománico que se
suele denominar mozárabe (siglos X y XI hasta la llegada
del románico) desde que apareciera tal denominación
artística en los estudios y publicaciones de Manuel Gómez
Moreno.
Las miniaturas de todos
los beatos hacen referencia al propio Apocalipsis, no a los Comentarios,
por lo que se cree que se copiaron en los beatos a partir de un
libro visigodo del texto juanino. Éste sería el prototipo
de los que los demás descienden. Después son varias
las ramas estilísticas, pero no iconográficas, en
que ese primer prototipo se halla diversificado.
Aunque en cada copia de
beato se manifiesta la genialidad de su artífice y las modas
de cada época, su iconografía permanece rígidamente
invariable. Esta repetición hubiera sido imposible sin la
sujeción a un solo prototipo. En frase de J. Camón
Aznar:
Estas ilustraciones
nos describen momentos únicos caprichosamente compuestos,
uniendo temas que no están juntos en el texto y que a veces
sólo por aventuradas y vagas referencias es posible unirlos
en la misma ilustración. Y, sin embargo, los miniaturistas
no se permiten ninguna alteración ni ninguna libertad que
modifique la iconografía inconmovible.
Esa unidad iconográfica
permite afirmar que, en el siglo X, ninguno de los Beatos que
conocemos -frente a la tesis de Gómez Moreno, que coloca
como inicial al de Magius- pudo ser utilizado como prototipo.
Es difícil determinar la época del original. Desde
luego puede afirmarse que es cercano al siglo VIII, o al IX, y
quizá formado por iconografías procedentes de diversas
fuentes.
La peculiar y misteriosa
estética de estas miniaturas mozárabes siempre ha
magnetizado a quienes las han visualizado. Lo fundamental de estas
miniaturas es la expresividad del dibujo mediante una alineación
firme, con rayas que llevan en sí una intención expresiva.
Su desarrollo es plano, hierático, carente de claroscuros
y perspectivas espaciales, de intenso color, etc. Todo ello colabora
en generar una gran expresividad y dramatismo.
Las figuras se colocan escalonadamente.
La figura humana queda supeditada a los ropajes y son resaltados
(como ocurrirá en el románico) los ojos y manos para
intensificar la tensión espiritual
Los fondos son de gran
intensidad cromática representando paisajes idílicos
o dividido en varias fajas de diferentes colores, fuertes y llamaeantes.
Algunas de las escenas
que recogen los diferentes beatos son: el Arca de Noé, Noé
con su familia y la paloma que le trae la rama de olivo, las siete
Iglesias de Asia, la aparición del Cordero a los Justos,
escenas de los Apóstoles, el Cordero rodeado por el Tetramorfos
y la Jerusalén celestial con sus 12 puertas de arcos de herradura.
El
Beato Magio o de San Miguel de Escalada o Morgan
El Beato Magio o Morgan
es el más antiguo conocido pues data del año 926 (para
Camón Aznar: 958) y lo realizó el monje Magio o Magius
en el monasterio mozárabe leonés de San Miguel de
Escalada, de ahí que se conozca como el "Beato Magio".
Este Beato se encuentra
actualmente en la Biblioteca Morgan de Nueva York.
El
Beato Primero de la Biblioteca Nacional
Beato escrito en el Monasterio
de San Millán en la primera mitad del siglo X. Conserva tan
solo 27 miniaturas con fuerte influencia musulmana.
Beato
del Escorial
El
Beato de El Escorial se encuentra en la Biblioteca del Monasterio
de El Escorial. Se cree escrito en el Monasterio de San Millán.
Fue realizado en la segunda
mitad del siglo X. Conserva 52 ilustraciones.
El
Beato de Tábara
El Beato de Tábara
(año 970) es un códice de 168 folios y sólo
nueve miniaturas del centenar que poseía. Actualmente se
encuentra en el Archivo Nacional de Madrid.
Se cree que se le añadieron
dos folios procedentes de otro Beato: el del Monasterio de San Salvador
de Tábara de donde toma su nombre.
Destaca el dibujo de la
Torre de Tábara en la que están representados el scriptorium
del Monasterio de San Salvador, los calígrafos y los miniaturistas
(Senior, Emeterio y un ayudante).
Comenzó la obra el maestro Magius, pero al fallecer éste,
se hizo cargo de ella su discípulo Emeterio y la monja Eude.
El
Beato de Girona
El
famosísimo Beato de Gerona (970) fue realizado por el monje
Emeterio y la monja Eude en el siglo X. Tiene 568 folios escritos
a dos columnas y 114 miniaturas (algunas de ellas a toda una página
e incluso doble página).
Por tanto, es el beato con
más ilustraciones conservado.
Fue donado a la Catedral
de Gerona en 1078. Se cree que su origen es leonés y que
posiblemente se llevó a cabo en el Monasterio de Tábara,
en la provincia de Zamora.
Beato
de Valcavado
Beato conservado en la Biblioteca
del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid. Fue compuesto,
a instancia del abad Sempronio del monasterio de Santa María
de Valcavado (Palencia), por un monje llamado Oveco en el año
970.
El manuscrito consta en
la actualidad de 230 folios (han desaparecido 14 folios y es muy
probable que sean suyos los cinco folios con las genealogías
conservados en la Biblioteca Nacional de Madrid).
La escritura es la redonda
visigótica. En la actualidad consta de 87 miniaturas, algunas
en doble folio y otras a folio completo. Pertenecen al estilo de
la escuela leonesa iniciada por Magio.
Beato
de Seo de Urgell
Beato guardado en Museo
Diocesano de Urgell de origen leonés (Monasterio de San Salvador
de Tábara).
El códice está
compuesto en la actualidad por 239 folios, siete folios numerados
en romano y 232 en árabe, y miden 398 x 270 mm. La escritura
que emplea es la llamada visigótica redonda en dos columnas.
Es obra de Senior terminado en el año 975. Tiene 114 miniaturas,
algunas ocupando dos folios.
Los
Beatos "Mozárabes" del siglo XI
La miniatura española
del siglo XI se apega a la tradición prerrománica
nacional o mozárabe del siglo anterior, llegando incluso
a la plenitud de su expresionismo.
Es a partir de la segunda
mitad del siglo XI cuando comienza a combinarse la tradición
castiza española con los nuevos aires románicos, produciéndose
las miniaturas de más intensa expresividad del románico
europeo.
Beato
de Fernando I o "Segundo de la Biblioteca Nacional"
El
más bello y completo de todos los beatos. Es obra del mitad
del siglo XI (1047) y fue escrito y miniado por Facundo.
Cuenta con 624 páginas
a 2 columnas y 35 líneas de escritura visigótica.
Sus dimensiones son 380x295 mm. Está encuadernado en piel.
Lo más importante
es que cuenta con 98 excelentes miniaturas que, aunque continua
con la tradición de los beatos prerrománicos hispanos,
empieza a apuntar ya mayores influencias europeas.
Se conservó en la
Colegiata de San Isidoro de León, hasta que Felipe V, en
la Guerra de Sucesión, lo requisó y envió a
la Biblioteca Real. Actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional
de Madrid.
Beato
de San Millán de la Cogolla
El Beato de San Millán
de la Cogolla, hoy en la Real Academia de la Historia tiene el gran
interés de que intervinieron dos artistas de cronología
y concepción artística diferente (se comenzó
en la primera mitad del siglo XI y se terminó en la segunda
mitad de esa centuria).
El primer artista sigue
apegado a la tradición mozárabe de los beatos del
siglo X, mientras que el segundo crea sus miniaturas básicamente
en estilo románico. En total tiene 49 ilustraciones.
Beato
de Silos
El Beato del Monasterio
de Santo Domingo de Silos fue copiado por los monjes Domingo y Munio
e iluminado con 106 miniaturas por el prior Pedro entre 1091-1109.
Se conserva en la British Library de Londres. Permanece en él
la tradición mozárabe, aunque se considera que existe
una yuxtaposición de estilos con el románico, representado
en su famosa miniatura del Infierno y el Peso de las Almas de San
Miguel.