Arte
Gótico en Navarra
El
arte gótico español tiene la suerte de contar en Navarra
con un importante patrimonio arquitectónico y escultórico
de primera calidad.
Si
Navarra presume de conservar una riqueza románica singular,
el viajero y amante del arte no debe desperdiciar poner su atención
en las obras de arte navarras de los siglos XIV y XV.
Historia
del Gótico en Navarra y sus características
Cuando
se estudia la primera fase cronológica de la la arquitectura
y el arte gótico en Navarra es inevitable hablar del llamado
"protogótico", es decir de ese estilo que se supone
de transición entre el románico y el gótico.
En
este apartado se suelen citar los monasterios cistercienses de la
Oliva, Fitero, Iranzu y la Catedral de Tudela (VER IMAGEN LATERAL)
Nosotros,
en la sección de la arquitectura gótica navarra, preferimos
centrarnos en aquellos edificios que son netamente góticos
pues consideramos los anteriores como edificios de planimetría
y esencia tardorrománica a la usanza que la Orden de Císter
desarrolla en la segunda mitad del siglo XII y comienzos del XIII,
eso
sí, con el avance que supuso la utilización de los
arcos apuntados y las bóvedas de crucería, que más
tarde va a ser claves para la construcción del verdadero
gótico.
Los siglos de oro del gótico
en Navarra son el XIV y el primer cuarto del XV, en especial desde
la llegada a la monarquía de la casa Evreux en 1328, en que
Navarra se independiza de Francia con Juana II y Felipe Evreux,
hasta 1425, año de la muerte de Carlos III el Noble.
Es
durante el largo reinado de este último rey cuando se acometen
las grandes obras de la arquitectura gótica navarra, gracias
a la prosperidad material del reino de Navarra.
La
relación con el arte gótico francés es una
constante que nos encontraremos en estos siglos en Navarra, ya que
no sólo los reyes navarros son de cultura y linaje francés,
sino también los obispos. Por otro lado, el trasiego de mercancías
y personas del otro lado de los Pirineos es constante.
Hemos
elegido en esta página dedicada al gótico navarra
la Colegita de Roncesvalles, la iglesia de Santa María la
Real de Olite, Santa María de Ujué, Santo Sepulcro
de Estella, Santa María de Viana, la catedral de Pamplona
y el castillo gótico de Olite.
Colegiata
de Roncesvalles
La Colegiata
de Santa María de Roncesvalles fue consagrada en el año
1219. Se construyó con piedra caliza y fue erigida en estilo
gótico francés muy puro, siendo uno de los primeros
edificios verdaderamente góticos de toda España. Fue
abusivamente restaurada y desfigurada entre los años 1939
y 1944.
Posiblemente
se tomó como patrón la Catedral de Notre Dame, en
París.
Tiene planta
basilical, dividida en tres naves sin crucero, con cabecera de único
ábside poligonal alineado con la nave principal. Los arcos
formeros apoyan sobre columnas. Los muros del edificio aparecen
calados por diversos rosetones que proporcionan luz, junto con las
vidrieras de la zona de la cabecera.
Más
información de la Colegiata
de Roncesvalles
Santa
María la Real de Olite
La
iglesia de Santa María la Real de Olite fue erigida junto
al castillo en estilo gótico del siglo XIV.
Aunque
para los actos religiosos privados se eligió la capilla de
San Jorge del castillo, para los grandes actos litúrgicos
se utilizó esta iglesia desde tiempos de Carlos III y sus
descendientes. Por eso, se inició la gran fachada monumental
del hastial.
En
ella, la gran portada, bajo un rosetón, se articula mediante
los arcos apuntados apoyados sobre columnas que cobijan un tímpano
que muestran a María con el Niño y diversas escenas
de la vida de Jesús: Nacimiento, Matanza de los Inocentes
(VER IMAGEN INFERIOR), Huida a Egipto y Presentación en el
Templo.
Estas
esculturas de filiación francesa, se relacionan habitualmente
con las de la portada norte de la Catedral de Notre Dame de París.
A los lados de la puerta, encontramos relieves de la vida de los
Apóstoles bajo arcos rematados por gabletes. En el interior
hay una bella talla de la Virgen y un Cristo del siglo XIII.
El
atrio porticado es elegante y sencillo y se le ha comparado con
el claustro del Convento de Agustinos de Tolouse.
No
cabe duda que Santa María la Real de Olite es una de las
más importantes obras del gótico del siglo XIV, dentro
del tipo de una sola nave, como lo es también Santa María
de Ujué.
Más
información de la Iglesia
de Santa María la Real, Olite
Santa
María de Ujué
La
iglesia de Santa María de Ujué comenzó siendo
un templo románico del siglo XII con cabecera de tres ábsides.
Tras paralizarse las obras, fueron reiniciadas por Carlos II el
Malo, gracias a su devoción por la Virgen de Ujué,
a mediados del siglo XIV.
La
construcción de la parte gótica se remata con una
sola nave y la portada que muestra multitud de arquivoltas agudas
que envuelven un tímpano con la escena de la Última
cena y la Adoración de los Magos.
De la iglesia de Ujué
también es de gran interés el pórtico y paso
de ronda, con lujoso abovedamiento y profusión de esculturas,
incluyendo un Tetramorfos en una de las esquinas.
Santo
Sepulcro de Estella
La
iglesia del Santo Sepulcro de Estella se inició en románico
y se terminó en gótico. Nos interesa aquí la
fachada septentrional, posiblemente iniciada a finales del siglo
XIII y terminada en el XIV.
Muestra
una monumental portada de doce arquivoltas apuntadas que acogen
un dintel con la Última Cena y un tímpano con escenas
de la Pasión, como las Marías y el sepulcro vacío,
el Anastasis, la aparición a la Magdalena y por último,
el Calvario.
Junto
a las enjutas hay dos grupos de arquerías que cobijan las
estatuas de los doce apóstoles.
Castillo
de Olite (Palacio Real de Olite)
El
Castillo Palacio de Olite fue mandado levantar por Carlos III el
Noble de Navarra en el apogeo de su reinado. Su proyecto fue construir
un palacio fastuoso, que incluía el exotismo de albergar
hasta animales traídos de lejanos países como jirafas,
leones, búfalos, etc. y de realizar auténticos jardines
tropicales colgantes de sus muros mediante un refinado sistema móvil
de toldos para protegerlas del frío invernal.
Además
este rey contrató toda una corte de artistas de las más
dispares procedencias para embellecer el edificio.
El
viajero alemán Münzer llegó a decir al presenciarlo
"...no hay rey que tenga un palacio ni un castillo más
hermoso, de tantas habitaciones doradas".
Sin
embargo, las guerras sufridas en los siglos XVIII y XIX en tierras
navarras arruinaron lamentablemente el edificio que fue restaurado
(mejor sería decir reconstruido) con criterios historicistas
tremendamente abusivos, por lo que es difícil interpretar
que lo que hoy vemos tenga relación directa con lo que hubo.
Santa
María de Viana
La
iglesia de Santa María de Viana es una soberbia Iglesia gótica
construida a caballo de los siglos XIV y XV, como la catedral de
Pamplona.
Tiene
planta basilical con tres altas naves cubiertas con bóveda
de crucería sencilla y capillas laterales. Los soportes de
los arcos formeros son pilares fasciculados rodeados de esbeltas
columnas.
Es
una lástima que esta iglesia de Santa María de Viana
haya sufrido tantas y tan complejas transformaciones, sobre todo
en los siglos XVII y XVIII que afectaron al precioso triforio y
a la girola.
Catedral
de Pamplona
Templo
gótico construido como consecuencia del derrumbe de la antigua
catedral románica en el año 1389.
Iniciada,
por tanto a finales del siglo XIV y finalizada en los primeros años
del XVI, su estructura guarda una gran unidad estilística.
Tiene
tres naves con capillas laterales, crucero acusado en planta y alzado,
presbiterio poligonal y extraña girola de tramos pentagonales
y hexagonales.
El
interior es armónico pero algo pesado al disponer de poco
vanos ya que no existe triforio. En el claristorio se conservan
cuatro vidrieras originales del siglo XVI de excelente colorido
y factura.
Sin
embargo, el principal aliciente es su magnífico claustro
-uno de los mejores de Europa del siglo XIV- con hermosas arquerías
apuntadas con tracerías caladas de diferente diseño
-según la época de su construcción que fue
evolucionando ligeramente- y las diferentes puertas y su rica escultura
del siglo XIV: la Puerta Preciosa, la de Nuestra Señora del
Amparo...
En
el plano escultórico hay que destacar el magnífico
Mausoleo de los Reyes de Navarra (Carlos III el noble y Leonor de
Trastamara) realizado entre 1413 y 1419 en alabastro por el escultor
flamenco Johan Lome de Tournay y donde aparecen los dos monarcas
con doseles sobre un lecho sepulcral exento, cuyos frentes presentan
28 estatuas de plorantes.
Iglesia de San Saturnino de Pamplona
Probablemente después de la catedral,
el templo de San Cernín o San Saturnino es el templo más
emblemático de la capital navarra.
En origen fue la iglesia del barrio franco
de San Cernín y sirvió para el culto y como fortín
de sus pobladores en relación a sus vecinos con los que tenían
continuos conflictos. Se piensa que hubo el solar un templo del
siglo X, luego reconstruido en el siglo XII en estilo románico.
Sin embargo, el edificio actual es una última reconstrucción
del siglo XIII en un magnífico estilo gótico vertical
y delicado.
Al exterior, apreciamos el ábside
poligonal, un pórtico con dos estatuas góticas del
obispo de Toulouse, San Saturnino, titular de la iglesia y el Apóstol
de Santiago. También podemos avistar las dos altas torres
que hasta el siglo XVII contaba con almenas defensivas.
En el muro norte se abre la puerta de
acceso. Es una portada gótica en cuyo tímpano aparece
la escena de la Parusía con Cristo como Varón de Dolores,
rodeado por ángeles que sujetan los instrumentos de la Pasión
y la habitual pareja de la Virgen y San Juan Evangelista rogando
a Jesús. También aparece un personaje descabezado
anónimo junto a San Juan.
El dintel está ocupado por relieves
cuya temática aluden al Juicio Final. Los muertos salen de
sus sepulcros y a la derecha aparecen bienaventurados y condenados.
Interesantes son también los capiteles
que muestran, a la izquierda del espectador, el Ciclo de la Natividad,
y a la derecha el de la Pasión.
En el interior, contemplamos un gran templo
de una sola nave con una preciosa cabecera pentagonal con tres capillas
muy altas y abovedadas con crucería.
El cuerpo de la nave es ancho y diáfano.
Tiene la peculiaridad de estar cubierto por bóvedas de crucería
sexpartita, propias del gótico temprano francés y
que iría siendo sustituida en la mayoría de las edificaciones
góticas europeas por la crucería cuatripartita.