Villacantid es una población al oeste
de Reinosa cuya iglesia sufrió importantes reconstrucciones
posmedievales hasta el punto de que su puerta de ingreso -que
se encontraría en el muro sur- se trasladó hasta
el muro oriental de una de las nuevas naves que se construyeron,
lo que provoca la inusitada estampa de poder contemplar, en el
mismo plano, el ábside y la citada portada románica.
Este notable ábside, pequeño pero perfectamente
construido, cuenta con dos dobles columnas que alcanzan el alero
y un gran ventanal en el paño central.
Son apreciables de las columnas entregas donde aparecen
Sansón desquijarando el león y dos escenas que aparentemente
tratana de caza y de combate guerrero. Los capiteles de las columnas
del ventanal absidal abordan temas zoomorfos: leones y grifos.
En cuanto a la puerta, hay que decir que debió
construirse en el muro meridional del templo románico primitivo,
pero cuando se acometió el ensanche del edificio se desmontó
y se volvió a construir en el muro de cierre del este de
la nave sur. Al menos este apreciable elemento tardorrománico
no se perdió irremisiblemente. Cuenta con arquivoltas apuntadas
y una pareja de columnas.
El interior se ha aprovechado para instalar el Centro
de Interpretación del Románico desde el año
2005, lo que permite visitar este antiguo templo románico
con un horario preestablecido y disfrutar de su musealización.
Desde el punto de vista arquitectónico e histórico
podemos apreciar como la iglesia de Santa María la Mayor
era en origen -probablemente de finales del siglo XII- un templo
parroquial de una sola nave. Poco después, en el siglo
XIII se ampliaría para hacer una pequeña nave norte
con su respectivo altar.
Sin embargo, la intervención más radical
que sufrió la iglesia de Santa María la Mayor de
Villacantid se desencadenaría a comienzos del siglo XVII.
En estas fechas se derribó la mayor parte del cuerpo del
templo para establecer tres naves mediante grandes arcos de medio
punto sobre pilares. Del mismo modo se construyó el actual
campanario de los pies y lo que es más significativo y
enigmático: se traslado la pequeña puertecita tardorrománica
al muro oriental de cierre de la nave sur.
En
el interior, además de la cuidada cabecera hay que fijarse
en una serie de capiteles supervivientes. En uno de ellos encontramos
grifos afrontados que se encuentran en combate con sendas anfisbenas,
mientras que en otro se esculpió un combate entre dos caballeros
que es frenado por la intermediación de una dama que sujeta
con sus manos los corceles. Es lo que suele conocerse como Paz
de Dios, o intervención de la Iglesia para pacificar conflictos
bélicos. Tal iconografía no es rara en el románico
y la encontramos -mucho más fina de ejecución- en
la no muy lejana iglesia de Retortillo, junto a Julióbriga.
También hay otros capiteles mucho más
rudos en la nave norte. Uno de ellos muestra animales con larguísimas
patas de difícil identificación y una cesta vegetal.
Otros aspectos interesantes de la iglesia, aunque
ya no pertenezcan al periodo románico son el conjunto de
pinturas murales y la pila bautismal. Las primeras se reparten
entre el cascaron del ábside y el muro de cierre de la
capilla septentrional. Las primeras son de los siglos XVI o XVII
y en ellas se representa la Asunción de la Virgen
Algo más primitivas parecen ser las de la
capilla del Evangelio, de tradición gótica.
Por su parte, la pila bautismal la encontramos a
los pies de la nave norte. Parece un ejemplar bajomedival o, incluso,
renacentista. Es de forma caliciforme con bolas rematando la copa
y varios relieves entre los que encontramos a dos personas sosteniendo
una flor de lis.
En cuanto al Centro de Interpretación propiamente
dicho, podemos visualizar en él dos vídeos de unos
diez minutos de duración cada uno. El primero trata sobre
el proceso constructivo de la iglesia y las reformas realizadas
en él mediante técnicas de infografía 3D.
Son especialmente interesantes los primeros mitades donde se explican
alunas técnicas de la cantería románica.
El segundo vídeo abarca el románico
de la mitad meridional de Cantabria, en las comarcas de Campoo
y Valderredible, especialmente las colegiatas de San Martín
de Elines y San Pedro de Cervatos.
Además, hay numeroso paneles explicativos
sobre los orígenes poblacionales de la comarca, las iglesias
rupestres de la zona, los principales monumentos románicos,
etc.
También podemos ver numerosas herramientas
de cantería medieval para que el visitante se haga una
idea de la dificultad que suponía el corte y pulido de
la piedra desde la cantera hasta su definitiva ubicación
en los muros así como la importancia de los albañiles
en la elaboración del mortero. Se puede jugar con las dovelas
de un arco de medio punto para probar su estabilidad.