Guía
de la Iglesia de San Martín de Frómista (Palencia)
Introducción
La
población de Frómista posee "la diosa
de las iglesias románicas palentinas": el templo de
San Martín de Tours.

Este
famosísima construcción es de los pocos edificios
del románico internacional pleno o dinástico en España
y muestra evidentes relaciones con otros edificios señeros
del Camino de Santiago como la Catedral de Jaca, San Isidoro de
León y la Catedral de Santiago de Compostela.

Su
origen hay que buscarlo en un monasterio benedictino fundado por
Doña Mayor, Condesa de Castilla y Reina de Navarra (viuda
de Sancho el Mayor) en 1066, aunque el templo actual debió
construirse en las dos últimas décadas del siglo XI.
Fue
declarada Monumento Nacional en 1894 y a raíz de ello, en
los últimos años del siglo XIX y primeros del XX,
fue restaurada por el arquitecto Aníbal Álvarez, siguiendo
los criterios de la época, puestos de moda por Viollet-le-Duc,
que consistía en devolver al estado original los edificios,
aunque para ello hubiera que reconstruir partes completas. Otro
de los excesos que se cometieron fue la sustitución de algunos
capiteles por copias (uno de ellos llegó a ser mutilado por
"impúdico"). Las piezas originales se encuentran
en algunos museos.
Para ser más explícitos, en estas obras se elimino
una torre campanario que se erigió sobre el cimborrio, así
como la pintoresca escalera y galería volada que servían
de acceso a la misma.
Se
acondicionaron especialmente los flancos meridional y occidental,
que eran los más afectados por las adiciones y ruinas posteriores
a la edificación románica.
Concretamente, se descegó la portada meridional y se reconstruyó
una de las torres cilíndricas que estaba desmochada.

Por
su parte, la puerta occidental es probablemente fruto de esta restauración
y se duda de si existió un acceso en esta fachada originalmente.
Arquitectura
Resulta
sorprendente la perfección de sus formas, sus volúmenes,
su exacta y perfecta construcción, su belleza arquitectónica
y su riqueza ornamental.
En lo relativo a la arquitectura es evidente la deuda que esta iglesia
tiene con la arquitectura bizantina medieval (consolidada a partir
del siglo IX por influencia armenia) y que se fusionócon
la tradición de los templos basilicales latinos hasta configurar
un mestizaje tan sobresaliente como el de Frómista.

De
planta rectangular basilical, se trata de una iglesia de tres naves,
la central más alta y de anchura doble que las laterales,
con crucero acusado sólo en alzado y una extraordinaria linterna
poligonal sobre el crucero. El hastial es flanqueado por dos torrecillas
cilíndricas.
La cabecera está formada por tres ábsides escalonados
sin presbiterio -al modo bizantino- que enlazan directamente con
el transepto. Su articulación, como en Jaca, dejará
una huella imborrable en el románico hispano posterior: columnas
entregas en los muros, cortadas horizontalmente por impostas abilletadas
más ventanales de "tipo portada" en los paños
intermedios.

En
el crucero emerge un imponente cimborrio o linterna de iluminación,
que al exterior tiene planta octogonal, mientras que en el interior
tiene una cúpula semiesférica que se apoya en los
arcos torales por intermediación de cuatro trompas.

Las
tres naves se separan mediante arcos formeros que apoyan en pilares
de sección cuadrada con semicolumnas en sus cuatro frentes.
Tanto la bóveda de la nave central como las de las laterales
son de medio cañón con arcos fajones de refuerzo.

La
iglesia de San Martín de Frómista tiene cuatro puertas:
tres repartidas en las fachadas sur, oeste y norte más otra
en el hastial sur del transepto.
La puerta norte es la que mejor se conservaba originalmente, ya
que la sur estaba tapiada y la occidental fue, posiblemente, un
invento del restaurador. Por su parte, la curiosa puerta de arco
ojival del hastial sur del transepto (siglo XII) comunicaba el templo
con una sacristía moderna y se especula que en los tiempos
medievales se abriera a alguna de las dependencias monacales hoy
desaparecidas.

La
conformación de las puertas norte y sur es de gran sencillez
y relacionable por su combinación de elementos con otras
puertas del Camino de Santiago y afines aragonesas (Jaca, San Adrián
de Sásabe, Castillo de Loarre, Santa María de Iguácel,
etc.): tres arquivoltas de medio punto, las externas con perfil
plano y aristas vivas, mientras que la intermedia es de baquetón.
Todo ello exornado por un guardapolvos de taqueado jaqués.
Escultura
Portadas,
ventanales con arquivoltas sobre columnas encapiteladas de la mejor
calidad y un total de 300 canecillos ofrecen al espectador un mareante
juego de formas.
En los canecillos abundan las cabezas de perros y otros animales,
como bóvidos. También tenemos numeroso animales de
cuerpo entero -atención merecen los abundantes monos- en
distintas posturas así como bustos humanos y personajes en
cuclillas, alguno de temática vegetal.

En
los capiteles de los ventanales de toda la iglesia, además
de temas vegetales basados en palmetas y zarcillos, son bastante
frecuentes escenas historiadas donde hombres interaccionan con leones.

Uno
de los hechos más notables de la escultura de Frómista
es que trabajó en ella el famoso "Maestro de la Orestíada"
que también se denomina "Maestro de Jaca-Frómista".
Este autor se inspiró en un sepulcro romano procedente de
la cercana población palentina de Husillos, que hoy se exhibe
en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El resultado
es que sus esculturas -de gran calidad plástica- recuperan
parcialmente el naturalismo y perfección del cuerpo humano
desnudo propios de la escultura grecorromana clásica.

Este maestro
trabajó también en la Catedral de Jaca donde dejó
el famoso capitel del Sacrificio de Isaac, en el que el hijo de
Abraham aparece desnudo con una disposición de su cuerpo
típica de este maestro: con las piernas ligeramente abiertas
en "X" sobre el collarino. Parecidas morfología
tienen algunos símbolos zodiacales en la fachada de San Isidoro
de León.
Dicho esto,
una de las cosas que hay que advertir al visitante es que varios
capiteles interiores de San Martín de Frómista son
réplicas. La mayoría de ellos -no todos- tienen una
"R" en el cimacio.

Es evidente
que además del Maestro de la Orestíada trabajaron
en el taller varios escultores con técnicas distintas, aunque
la homogeneidad del conjunto no se pierde por ello.
Podemos hacer una sencilla y quizás demasiado tópica
clasificación de la iconografía presente en el interior
de la iglesia:
