Monasterio
de Santo Domingo de Silos (Burgos)
El
Claustro Románico
El monasterio
benedictino de Santo Domingo de Silos, ubicado en las estribaciones
de la Sierra de la Demanda de Burgos es el gran protagonista de
este artículo que lo abarca de manera monográfica.
Y es que,
en concreto la parte románica conservada, representa una
de las obras más grandiosas del arte medieval europeo.
Es un lugar
de altas vibraciones espirituales donde la paz y la serenidad alcanzan
profundidades inusuales.
Además
de los motivos puramente artísticos de primer orden -arquitectónicos
y escultóricos- el visitante del Monasterio de Silos se ve
envuelto en una esfera de transcendencia que nunca olvida.
El monasterio
de Silos tiene antecedentes visigóticos, del siglo VII. En
el año 1088 el abad Fortunio consagra un templo románico
que desapareció casi completamente hacia 1751 debido a la
reedificación y sustitución por un templo neoclásico
con planos de Ventura Rodríguez. Afortunadamente nos quedó
el claustro, de finales del siglo XI y todo el XII.
Consta
de planta cuadrada irregular y dos pisos de esbeltas arquerías
sobre columnas pareadas.
Además
de la cuidada conjunción de pilares, bancos, arcos y columnas,
lo más destacable es la calidad en arte y simbolismo de los
64 capiteles del claustro bajo, con una colección delirante
de encestados, zarcillos, acantos, sirenas y grifos, leones, centauros,
dragones y aves fabulosas.
Una de las
mayores originalidades del Claustro de Silos lo constituyen los
grandes relieves que adornan las esquinas.
Son portentosas
escenas sobre la vida de Cristo: La Ascensión, Pentecostés,
Muerte y Resurrección, Descendimiento de la Cruz, Discípulos
de Emaús, Duda de Santo Tomás, Asunción y Coronación
de María y el árbol de Jessé.
Aunque las
evidentes diferencias estilísticas de unas esculturas y otras
indican diversas manos en su ejecución, se acepta tradicionalmente
la intervención de dos maestros con sus respectivos talleres.
El primero
debió trabajar a finales del siglo XI o más probablemente
a comienzos del XII. Las figuras de los animales de sus capiteles
son planas y muy hieráticas e influidas por la eboraria musulmana.
Otra característica secundaria es la ejecución de
las columnas con fustes muy separados y pronunciado éntasis
o abultamiento central.
El segundo
taller haría su trabajo a mitad del siglo XII y continúa
con el mismo bestiario, pero adquiere mayor volumen y naturalismo.
Este segundo
taller influyó mucho sobre la escultura románica de
grandes comarcas castellanas, sobre todo de Burgos y Soria.
El claustro
alto de Silos es de finales del siglo XII y se acusa una popularización
de su arte.
El carácter
simbólico de los maestros precedentes desaparece y se cae
frecuentemente en el anecdotismo, amén de perder calidad
y finura en su talla.
Otros aspectos
destacables del Monasterio de Santo Domingo de Silos son la portada
de las Vírgenes y el sepulcro del santo.
Beato
de Silos
El Beato del Monasterio
de Santo Domingo de Silos fue copiado por los monjes Domingo y Munio
e iluminado con 106 miniaturas por el prior Pedro entre 1091-1109.
Se conserva en la British Library de Londres.
Permanece en él la
tradición mozárabe, aunque se considera que existe
una yuxtaposición de estilos con el románico, representado
en su famosa miniatura del Infierno y el Peso de las Almas de San
Miguel.
Tesoro
de Orfebrería del Monasterio de Silos
Desde que
Hildburgh identificó por primera vez a algunas piezas como
españolas, se ha discutido mucho sobre el tema y se tiende
a creer en la existencia de talleres en España sobre todo
relacionados con Silos. En el Museo de la Abadía se conservan,
entre otras obras de arte de gran valor de orfebrería y esmaltes,
las siguientes:
Arqueta
Relicario
Magnífica Arqueta esmaltada rectangular con cubierta a dos
vertientes, coronada por una crestería de motivos calados
con arcos de herradura. Incorpora las escenas de la Crucifixión
y a Cristo en Majestad en la Mandorla, además de santos o
apóstoles bajo arcos de medio punto. Parece ser obra de Limoges.
Otras piezas que el visitante puede admirar "in situ"
en el museo del monasterio son: la cruz gemada (S. XIII), donación
del rey Alfonso VIII, hecha en bronce y filigrana, el Báculo
Abacial y la Paloma Eucarística.
Frontal
de la urna de Santo Domingo
Sin duda, el frontal de la urna que rodeaba el sepulcro de Santo
Domingo de Silos (actualmente en el Museo de Burgos) es una
de las obras cumbres de la orfebrería y esmaltería
medieval española.
Es obra de
1165-1170 y se trasladó desde el claustro a la iglesia para
facilita su veneración a los peregrinos.
Se representa
a Cristo en Majestad rodeado del símbolo del Tetramorfos
y los doce apóstoles bajo arquerías de medio punto
sobre la cual se ven edificios de la Jerusalén Celestial.
En esta obra trabajaron excelentes esmaltistas y maestros del metal
capaces de labrar las delicadas cabezas de Cristo y los apóstoles,
o los fustes y capiteles de las columnas que lo adornan y tras dibujar
las superficies a esmaltar con trazo seguro.
Cáliz
mozárabe
Se cree
obra del segundo tercio del siglo XI, mandado realizar en vida del
propio Santo Domingo y dedicado al anterior patrono del Monasterio
(San Sebastián).
Está
hecho en plata dorada, formado por dos medias esferas unidas por
una caña a la que corta un nudo, también esférico.
La decoración está compuesta por columnas que soportan
arcos de herradura formando arquerías aderezadas por diversos
motivos ornamentales que rellenan los espacios. En la base existe
la siguiente inscripción: IN NOMINE DOMINI OB HONOREM SCI
SABASTIANI DOMINICO ABBAS FECIT.