Arte
Mudéjar en Campo de Daroca
La comarca
zaragozana de Daroca es rica en arquitectura mudéjar. No
en vano en la capital podemos apreciar el cambio de estilo de románico
a mudéjar en las iglesias de Santo Domingo y San Juan de
la Cuesta, probablemente a comienzos del siglo XIII.

No obstante,
en la comarca que nos ocupa predominan los templos del siglo XVI
adornadas con algunos de los campanarios más fastuosos de
todo el mudéjar zaragozano.
Concretamente,
en este apartado nos ocuparemos de las citadas iglesia de Daroca,
así como los templos de Villar de los Navarros, Herrera
de los Navarros, Mainar y Villarreal de Huerva.

Daroca
La
ciudad de Daroca es especialmente importante en el panorama mudéjar
aragonés pues se considera su punto de arranque, a partir
del románico que se estaba construyendo a finales del siglo
XII y comienzos del XIII.

Si
en los vecinos reinos de Castilla y León, la importante ciudad
leonesa del Camino de Santiago, Sahagún, ve cómo iglesias
iniciadas en estilo románico puro se reconvierten a mitad
de obra en mudéjares (como San Tirso y San Pedro de las Dueñas),
en la zaragozana Daroca ocurre otro tanto con las parroquias de
Santo Domingo y San Juan de la Cuesta.
Parroquia
de Santo Domingo de Daroca
En
la parroquial de Santo Domingo, el cuerpo de la iglesia original
ha sido muy transformada en diferentes épocas. La torre,
que se inició en estilo románico puro (recia sillería
pétrea y columnas en cada cara) se continuó pronto
en ladrillo y estética mudéjar.

Para
empezar, la columnas entregas citadas, que tienen sección
semicilíndrica fueron prolongadas mediante pilastras de ladrillo
de sección cuadrada.
Los
ventanales románicos con arcos de medio punto que a buen
seguro estaría proyectados se sustituyen por ajimeces con
arcos polilobulados, superados por arquerías murales tipo
sebka, todo ello de clara ascendencia musulmana.

No
obstante, aunque las transformaciones de la torre románica
en mudéjar es evidente por el material y ciertos elementos
decorativos, no cabe duda que sus constructores se vieron obligados
a mantener unos cánones de austeridad y equilibrio románicos,
el arte de los conquistadores cristianos. Esto es característico
de las primeras manifestaciones del mudéjar, como se aprecia,
por ejemplo, en la sobria y elegante torre de San Pedro de Teruel.
Más tarde, el mudéjar iría adquiriendo libertad
para desarrollar todo su potencial de barroquismo ornamental.
Parroquia
de San Juan de la Cuesta de Daroca

En
San Juan de la Cuesta, en lo alto de la ciudad, es la cabecera de
la iglesia la que sufrió la transformación románico-mudéjar
y, aunque los alarifes moriscos intentaron seguir con fidelidad
el diseño románico inicial mediante la prolongación
de las columnas con pilastras de ladrillo, introdujeron vanos polilobulados,
que se separan de lo románico para definirse inequívocamente
como moros.

Villar
de los Navarros
Situada en el
extremo oriental del Campo de Daroca, muy cerca de los límites
provinciales turolenses, la población de Villar de los Navarros
se enorgullece de conservar, en su iglesia de San Pedro Apóstol,
una de los edificios mudéjares rurales más interesantes
de todo Aragón.
Originaria del
siglo XV, sería sometida a sendas campañas de ampliación
tanto en el siglo XVI como en el XVIII, conservando de su primitiva
fábrica la torre y cuatro tramos de la nave central.

La pieza más
interesante del templo es, sin lugar a dudas, su torre-campanario,
compuesta por un sólido bloque prismático de cinco
cuerpos y remate fortificado al que adosa una estructura menor a
modo de husillo achaflanado que cumple la función de albergar
el cuerpo de escaleras.
Ambas estructuras
presentan al exterior una ornamentación típicamente
mudéjar resultado de la particular disposición del
material, distinguiéndose fórmulas zigzagueantes,
ladrillos en esquinilla, arcos mixtilíneos prolongados en
redes de sebka, paneles de rombos, composiciones geométricas
estrelladas, ménsulas en degradación, etcétera.

En el siglo
XVI la nave sería ampliada en un tramo y sobreelevada en
altura, habilitándose la tan típicamente aragonesa
galería de arcos de ventilación y acceso a las bóvedas.
Ya en una última intervención dieciochesca, le serían
añadidas las dos naves laterales y su portada barroca.
Herrera
de los Navarros
Al igual que
su vecina de Villar de los Navarros, la iglesia de San Juan Bautista
de Herrera de los Navarros es una monumental construcción
que, en la actualidad, se presenta como el resultado de varias intervenciones
que van desde el siglo XIV hasta el siglo XVII, contando también
con ampliaciones del siglo pasado debido a los daños que
sufrió durante la Guerra Civil.
De su primitiva
construcción bajomedieval ha sobrevivido el bloque principal
de la torre y la nave, siendo de factura más tardía
tanto el cuerpo de campanas (siglo XVI) como el crucero y el presbiterio,
remodelado completamente en el siglo XVII.

Responde la
fábrica al tan típicamente aragonés modelo
de iglesia fortaleza, presentando una sola nave a la que abren,
a cada uno de sus costados, varias capillas laterales de poca profundidad
situadas entre los contrafuertes y sobre las cuales, además,
queda habilitado un corredor superior o andito abierto al exterior
mediante un doble piso de vanos ligeramente apuntados.

La portada principal,
abierta en el muro sur entre dos contrafuertes de remates torreados,
presenta vano apuntado abrazado por un alfiz, dibujándose
en las enjutas sendas cruces flordelisadas.

También
a lo largo de ambas fachadas se aprecian varios rosetones de tracería
y ventanales dotados de celosías configuradas a base de yeserías
geométricas.

La torre campanario,
situada en el ángulo suroccidental del templo, consta de
dos partes claramente definidas: el cuerpo principal, del tipo de
los alminares almohades con machón central y revestido por
una segunda caja muraria, cuya construcción data del mediados
del siglo XIV; y un cuerpo alto de campanas añadido durante
una reforma en la segunda mitad del siglo XVI.

Al igual que
su vecina de Villar de los Navarros, la torre se anima al exterior
con diferentes motivos decorativos típicamente mudéjares
herederos de la tradición hispanomusulmana como ladrillos
en esquinilla o sardinel, bandas zigzagueantes, fórmulas
geométricas y arcos mixtilíneos entrecruzados que,
al proyectarse en altura, dibujan redes de sebka.
Mainar
La iglesia de
Santa Ana de Mainar es un monumental edificio mudéjar cuya
construcción, según consta perfectamente documentado,
se iniciaría a mediados del siglo XVI y sería concluida
durante la última década del mismo siglo XVI
De gran robustez
y siguiendo las pautas de las características iglesias "tipo
fortaleza" tan recurrentes en tierras aragonesas durante el
final del Gótico y el Renacimiento, consta de una única
y amplia nave de dos tramos que desembocan en una cabecera poligonal,
quedando cubierta al interior mediante elegantes bóvedas
estrelladas de terceletes.

A ambos lados
de la nave, en número de dos por tramo, abren capillas laterales
habilitadas entre los contrafuertes, las cuales, al estar unidas
entre sí, llegan a crear la sensación de pequeñas
y angostas naves laterales.

Sobre esas capillas
discurre la recurrente galería o andito de acceso a las bóvedas,
abriéndose a las fachadas laterales mediante arcos de medio
punto que, en el hastial de los pies, parte más tardía
de la construcción, se presenta en doble registo de arcos
doblados, signo inequívoco de evolución. Muy llamativa
es la banda geométrica creada mediante la particular disposición
del ladrillo que discurre por las fachadas justo bajo la galería
alta, un recurso que contribuye a suavizar la excesiva severidad
del edificio.

La torre, adosada
en el ángulo suroeste del templo, sería levantada
durante la última fase de construcción del templo,
allá por los años finales del siglo XVI. Presenta
una planta octogonal y seis cuerpos en altura reforzados en los
ángulos con pequeños contrafuertes, desplegándose
en toda su superficie diferentes motivos decorativos como ladrillos
en esquinilla, paneles de decoración geométrica y,
en su último cuerpo, paneles cerámicos en tonos blancos
y verdes.

Villarreal
de Huerva
La iglesia de
Villarreal de Huerva se emplaza junto a los restos, recientemente
restaurados, de un pequeño recinto fortificado coronado por
una torre defensiva almenada de planta cuadrangular.

La iglesia actual
es una construcción barroca que vendría sustituir,
con total probabilidad, a una construcción mudéjar
tardomedieval anterior, de la cual, tan solo fue aprovechada y conservada
su torre campanario, situada al costado sur del muro de los pies.

Presenta la
torre dos estructuras: un primer cuerpo heredero de la primitiva
construcción mudéjar, y un sobrecrecimiento barroco
con la función de cuerpo de campanas añadido probablemente
a la vez que el resto de la nave.
Dicha torre,
además, presenta la particularidad de alejarse notablemente
de la morfología típica de los campanarios mudéjares
del entorno, concebidos la mayoría según el modelo
almohade de un machón central abrazado por unas escaleras
y un revestimiento externo. En este caso, la torre dispone dos estancias
superpuestas, una cubierta con bóveda de crucería
y otra con una solución esquifada.