La
iglesia de San Esteban y el Museo del Retablo que se alberga
en ella conforman un espléndido conjunto monumental y
museístico, siendo una de las muchas joyas escondidas
que guarda la ciudad de Burgos y que suele pasar desapercibida
para el turismo ocasional que visita la ciudad, eligiendo otros
lugares más céntricos y emblemáticos para
visitar.

Prueba
de ello es que sólo abre sus puertas durante los meses
de verano, desde el 1 de julio al 15 de septiembre y con un
horario bastante reducido: de 11 a 14 hs. y de 17 a 20 hs.

La
iglesia de San Esteban
La iglesia
de San Esteban se encuentra en el barrio al que da nombre, sobre
la ladera de subida al castillo de Burgos. Es un templo gótico,
de los más antiguos de los burgaleses, que reemplazó,
a su vez, una iglesia románica anterior.

Su
construcción siguió, en algunas partes, la estela
de la catedral pero con hechuras más modestas y conservadoras.
Se inició a finales del siglo XIII y las obras se desarrollaron
durante las primeras décadas de la siguiente centuria.
Se trata
de un edificio de tres naves, rematadas en ábsides poligonales
que conserva, bastante modificado, un claustro en su costado
meridional con pandas cubiertas con bóvedas de crucería.

Interior
Las naves
están separadas por arcos formeros apuntados que caen
sobre pilares fasciculados. El alzado de la nave central es
de sólo dos niveles y la bóveda es de crucería
sencilla con nervio espinazo copiado de la seo burgalesa. Las
dos naves laterales están cubiertas también con
crucería pero, en este caso, sin espinazo. Se pueden
observar algunos añadidos tardogóticos y renacentistas
llevados a cabo tras algunos desperfectos sufridos en la Guerra
de Sucesión Castellana del siglo XV.

Puertas
Antes de
adentrarnos en la descripción de la puerta principal
de la fachada occidental, recabamos la atención para
una pequeña puerta situada en el muro norte y que parece
más primitiva y con unas formas y esculturas que parecen
tardorrománicas. Tiene esta puerta cuatro amplias arquivoltas
apuntadas sobre jambas redondeadas a modo de columnas, cuyos
capiteles muestran figuras de vegetales y animales muy deterioradas.
La arquivolta central muestra en la clave el busto de Cristo,
reconocible por su nimbo crucífero y una serie de estatuas
de personajes que pudieran ser los apóstoles. Con todo,
lo más interesante es el conjunto de relieves de la arquivolta
interior, de inspiración claramente románica,
con una colección de animales típicos como dragones,
un grifo, una cabra, una serpiente, y un perro persiguiendo
una liebre.

Volviendo
a la fachada principal, reluce espléndida en los atardeceres
soleados y eso que su estampa es poco habitual porque se aleja
completamente del concepto de "fachada armónica"
con torres en los extremos (como la catedral). En el caso de
la iglesia de San Esteban sólo tenemos una única
torre campanario sobre el último tramo de la nave central.
Este campanario se eleva sobre un muro horadado por un espectacular
rosetón del siglo XV. La propia torre se divide en varios
cuerpos con un ventanal y dos troneras en la parte superior.

La portada
propiamente dicha es un puro ejemplar gótico influido
por la cercana catedral. Tiene tres amplias arquivoltas muy
apuntadas, todas con esculturas de santos, mártires,
etc. El tímpano tiene la clásica escena del Juicio
Final con la Déesis donde la Virgen María y San
Juan Evangelista ruegan por la humanidad que va ser juzgada,
flanqueados por dos ángeles.

La escena
está bien tallada, con un Cristo solemne y entronizado
cuyo poder sobre el tiempo es resaltado por el sol y la luna
que se hallan encima de su cabeza. Iconográficamente,
este tímpano se ha relacionado con el de la Puerta de
la Coronería de la catedral, aunque bien es cierto que
ésta es la escena más habitual de las portadas
góticas.

El registro
inferior del tímpano, muestra el juicio y lapidación
del titular de la iglesia: San Esteban, el primer cristiano
que dio la vida por su fe.
Las jambas
están ocupadas por apóstoles y santos, algunos
de ellos sin la cabeza. En este sentido hay que recordar aquí
que las cabezas de San Pedro y San Lorenzo fueron robadas en
el año 2011, aunque poco después fue detenido
el ladrón y recuperadas dichas piezas. Sin embargo, en
la fecha de redacción de este texto -agosto de 2012-
no han sido recolocadas.
Museo
del Retablo
El interior
de la iglesia de San Esteban alberga el Museo del Retablo de
Burgos con una colección de interesante piezas procedentes
de iglesias burgalesas. Como es lógico, las más
importantes obras expuestas son retablos, fechados entre los
siglos XVI y XVIII, pero no faltan muestras de arte funerario
medieval, pilas bautismales, pintura mural, imaginería
y orfebrería.

Los retablos
En total,
son 18 los retablos expuestos en este museo. Cinco de ellos
son originarios de la propia iglesia de San Esteban, mientras
que los restantes son de pequeños pueblos como Castrillo
Matajudíos, Carrias, Bárcena de Bureba, Huidobro,
Pesquera de Ebro, etc.

Pilas
bautismales
En la nave
central también se exhiben dos buenas pilas bautismales.
La mejor es la perteneciente a la iglesia de Albacastro. Es
de tipo cuba, no cáliz, con una decoración figurada
donde una serie de personajes -probablemente apóstoles-
aparecen en postura frontal bajo una especie de arquería.

La del pueblo
de Eterna es más austera, de tipo caliciforme, cuya copa
se halla decorada con gallones torsionados, al igual que las
estrías del pie de la misma.

Sepulcros
Son tres
los sepulcros que se exhiben en este museo, todos ellos procedentes
del monasterio cisterciense de Santa María la Real de
Vileña. Dos de ellos son de piedra y el restante de madera.

Sepulcro
de Urraca López de Haro, del segundo cuarto del siglo
XIII.

El más
bellos de los tres corresponde a Doña Urraca López
de Haro, esposa consorte del rey leonés Fernando II,
que al final de su vida fundó el citado Monasterio de
Vileña donde se retiró poco antes de morir y allí
fue enterrada.
La estatua
de la difunta yace serena -incluso levemente sonriente- en la
parte superior, mientras en los costados se narran los principales
episodios del Ciclo de la Natividad y, en el otro, momentos
del entierro de Doña Urraca con monjes, monjas y plañideras
lamentándose por su fallecimiento.
Imaginería
Entre las
esculturas de madera medievales que podemos ver en el Museo
del Retablo tenemos un interesante grupo formado por Santa Ana
que cobija en su regazo a la Virgen María y ésta
al Niño Jesús.

Otra pieza
importante es un Cristo gótico de tres clavos colocado
sobre el muro interior de la nave de la Epístola.

Pintura
mural
Se conserva
en este mismo muro un fragmento de pintura mural con forma semicircular
algo apuntado (procedente de un tímpano o arco) con una
Déesis

Orfebrería
Sobre el
coro del templo se aprecia una espectacular estampa de la iglesia
de San Esteban y, además, en él podemos visitar
la sección de orfebrería de este museo donde se
exponen, en sus respectivas vitrinas, una espectacular colección
de cruces, cálices, custodias, etc.

Desde el
punto de vista del interés medieval, las piezas más
valiosas son las siguientes:
Cruz
de altar mozárabe del siglo X procedente de Villorobe.
Tiene forma de cruz griega patada con el extremo de los brazos
ligeramente cóncavos. El núcleo central de unión
de los brazos es de forma circular y el centro está decorado
con un cabujón redondo.
Crucifijo
de aplique románico (siglo XII). Hecho de cobre dorado,
grabado y esmaltado, procedente de Terrazas. Posiblemente, fue
fabricado en Limoges.

El pequeño crucifijo de marfil originario del Monasterio
de San Juan de Ortega. A pesar de su pequeño tamaño
(mide tan solo 13 cm. de alto por 2,5 de ancho y, además,
ha perdido los brazos) es una notabilísima obra de eboraria
y orfebrería románica del siglo XII. Además
del marfil del cuerpo de Cristo, la corona es de plata dorada
con piedras preciosas.

Voluminosa
cruz procesional gótica (siglo XIV) originaria de Urruez.
Es de cobre dorado y placas esmaltadas, que muestran a los dos
ladrones y el texto de INRI.
Cruz
procesional gótica del siglo XIII procedente de Villanueva
de Carazo. Es de cobre dorado con placas de esmalte.

