La
Música Profana en la Edad Media
La música culta litúrgica es la única que
ha quedado plasmada en los códices, como hemos visto.
Lamentablemente la música
medieval profana y popular, la que divertía y disfrutaba
el pueblo prácticamente se ha perdido pues nunca se perpetuó
por escrito. Sabemos que en la Edad Media era habitual el canto
y el baile entre la población, en muchos casos como herencia
del mundo pagano. Lo conocemos por numerosas fuentes eclesiásticas
que los condenaban o criticaban.
Tanta insistencia en el
ataque a estas prácticas pone de manifiesto la habitualidad
con la que se producían.
La música profana
de los nobles: troveros y trovadores
A
partir del siglo XII, surge el movimiento trovadoresco. Nacen
los llamados trovadores, troveros y minnesänger. Son compositores
y poetas que en ocasiones eran también cantores de su propia
obra. En sus obras se emplean
lenguas romances autóctonas: dialectos franceses, alemán,
portugués, etc.
No hay que confundir la
figura del trovador con la del juglar. Los trovadores formaban
un estamento entre los que se encontraban gentes de la más
alta nobleza, mientras que los juglares solían pertenecer
a las clases más populares.
La música medieval
profana se centra en los intereses humanos, sobre todo en el amor,
la guerra y la naturaleza.
A
diferencia del canto litúrgico, en las obras de los trovadores
se empleaban instrumentos musicales como acompañamiento.
Trovadores ilustres fueron
Guillermo IX, duque de Aquitania, Rimbaut de Vaqueiras, Marcabrúy
Adam de Halle.
Entre los Minnesänger
destacaron: Rudolf von Fenis, Raimar el Viejo y Walter von der
Vogelweide.
En España tenemos
las importantes figuras de Martín de Codax, Guillermo de
Berguedá y Berenguer de Palou y Alfonso X El Sabio, con
sus famosas Cantigas.
Las Cantigas de Alfonso
X El Sabio son 432 melodías no compuestas en su totalidad
por el propio rey, de singular importancia por las circunstancias
culturales y sociales de la época que manifiestan.
La cantigas recogen diversas
tendencias musicales de la época: melodías gregorianas
aplicadas a textos en lengua vulgar, melodías de motetes
polifónicos en latín o francés, tonadas de
canciones épicas y cantares de gesta basadas en música
castellana, gallega, portuguesa, judía y árabe,
etc.
La música profana
popular: los juglares
Los
juglares eran infatigables andariegos ambulantes que recorrían
las villas y aldeas de la Europa medieval.
Su profesión consistía
en amenizar la vida de las gentes de la época a cambio
de dinero, comida y otros bienes.
No sólo se centraban
en la música, sino que entretenían al público
ejerciendo de saltimbanquis, contorsionistas, lanzadores de cuchillos,
equilibristas, domadores, además de llevar en numerosas
ocasiones exóticos animales para sus espectáculos,
como monos.
En su actividad musical,
lo normal es que se limitaran a ser los intérpretes del
canto y tocar instrumentos, pero no eran compositores, como sí
fueron los trovadores.
Frecuentemente sus canciones
abordarían temas obscenos y el baile de las danzarinas
sería deliberadamente voluptuoso.
Una iconografía
muy repetida en la escultura románica y que obedece al
hecho histórico es la escena en que un trovador emplea
un instrumento musical de cuerda o viento mientras una juglaresa
danzarina baila con los brazos levantados o sobre su cintura,
contorsionándose y dejando caer su cabellera. En ocasiones
la bailarina en cuestión puede acompañárse
con intrumentos musicales sencillos como algunos tipos de castañuelas.
Los instrumentos musicales
en el mundo medieval
Uno de
los aspectos más interesantes de la música medieval
fueron los instrumentos musicales empleados en la época.
Gracias
a su representación en esculturas románicas y góticas
y a los códices, en que son destacables las Cantigas de
Alfonso X, se han podido reproducir y actualmente existen fabricantes
especializados. Mediante su sonido, podemos acercarnos mejor a
lo que fue la música popular medieval.
Algunos de los instrumentos
más utilizados en la Edad Media fueron:
Dulzaina.
Se trata un instrumento de viento de madera de forma cónica
y doble lengüeta.
Arpa. Es uno de
los instrumentos más antiguos de la humanidad y que más
aparece representado.
Los que aparecen en la
iconografía española están relacionados con
los modelos irlandeses.
En la iconografía
del románico es muy frecuente representar no sólo
hombres con arpa sino incluso animales.
Salterio, una cítara
pulsada, con un cuerpo que puede adoptar diferentes formas: trapezoidal,
cuadrada, triangular o de hocico de cerdo.
Organistrum.
Es un instrumento de gran tamaño de cuerda frotada. Se
caracteriza porque las cuerdas están en el interior y son
frotadas por una rueda de madera impregnada de resina accionada
por una manivela del extremo opuesto al clavijero.
Las cuerdas se seleccionan
gracias a unas teclas o clavijas. Dado su tamaño, era necesaria
la intervención de dos músicos, que lo sujetaban
sobre sus piernas.
Rabel.
Instrumento medieval cordófono de tres cuerdas, tocado
con arco.
Su caja de resonancia
tiene forma de pera y en ocasiones alargada. El mástil
es corto y el clavijero, a veces estaba inclinado hacia la derecha,
hasta adoptar finalmente forma de hoz.
Se introdujo en Europa
durante el siglo X desde el mundo árabe.
Dulzimer. Era
un instrumento similar
al salterio, cuyas cuerdas solían aparecer en órdenes
de dos a cuatro. Se tocaba percutiendo las cuerdas con unos macillos
de madera.
Fídula.
Instrumento medieval de cuerda frotada con cuerpo oval o elíptico,
tapa armónica plana y clavijeros normalmente en forma de
disco.
La
Polifonía
El tercer fenómeno musical de importancia vital durante
la Edad Media es el nacimiento de la polifonía.
La Polifonía se
define como el conjunto de sonidos simultáneos en que cada
uno expresa su idea musical, pero formando con los demás
un todo armónico.
Comienza
a tener importancia en el siglo IX, aunque probablemente existiese
desde antes. No es una música lineal (monódica),
sino que varias voces suenan simultáneamente.
Dentro de la Polifonía
medieval se distinguen tres grandes períodos: el nacimiento
de la Polifonía, el Ars Antiqua y el Ars Nova.
Nacimiento de la Polifonía
Este período se extiende desde el siglo IX a los comienzos
del XII. Se dan los primeros inventos polifónicos: el Organum
y el Discantus.
El Organum consistía
en añadir a una melodía gregoriana llamada Cantus
Firmus, una segunda voz a distancia de cuarta o quinta, llamada
Voz Organalis. El Discantus eran dos voces que seguían
movimientos contrarios.
Ars Antiqua
Es el período de la música medieval que comprende
los siglos XII y XIII, en el que se da la famosa Escuela de París.
De esta escuela surgirán dos músicos de enorme relevancia:
Leonin y Perotin. Con ellos nace un nuevo sistema polifónico
que llamamos Conductus (la melodía principal no es gregoriana,
sino inventada por el compositor y tenía un ritmo más
o menos procesional.
La gran invención
de esta escuela es el Motete: con dos o tres voces, de carácter
contrapuntístico, con la característica de que las
voces cantan cada una una letra diferente y tienen un ritmo también
diferente, por lo que resulta una música muy vivaz y contrastada.
Ars Nova
La polifonía se perfecciona con el Ars Nova, período
que se extiende desde comienzos del siglo XIV al Renacimiento.
El Ars Nova supone una importante revolución en lo que
hasta entonces había sido el canto gregoriano
Es la expresión
perfecta del hombre gótico: el efecto puramente sonoro
y la evolución y enriquecimiento de los ritmos y las armonías.
El Ars Nova permite fijar las notas y admite acordes.
Destacan Guillermo de
Machaut con su Misa de Notre Dame, en Italia Landini, Bolonia
y Ciconia y en España tenemos una obra que resume nuestras
aportaciones, el Libre Vermell de Montserrat.