Guía
monumental medieval y renacentista de Baeza, Jaén
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Baeza |
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Jaén |
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La
Loma y las Villas |
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16.000 |
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752 |
Introducción
a la historia y el conjunto monumental de Baeza (Jaén)
Úbeda
y Baeza (Jaén) son dos ciudades hermanadas por su proximidad
geográfica, historia y riqueza de arte y monumentos.
Ambas
localidades fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO el 3 de julio de 2003. Ello se debe a su impresionante
patrimonio monumental, especialmente el correspondiente al periodo
renacentista.
Por eso, el
turismo cultural que visita Baeza, suele ser atraído especialmente
por el mareante despliegue de iglesias y palacios del Renacimiento
andaluz y pierde de vista su alternativo patrimonio medieval.
Efectivamente,
tanto Úbeda como Baeza (ésta última, especialmente),
cuentan con numerosos monumentos medievales de los siglos XIII al
XV, y como veremos, varios de ellos son iglesias o restos parciales
tardorrománicos.
Introducción al patrimonio
románico de Baeza
Para comprender
la sorprendente presencia del románico en estas latitudes
tan meridionales de España, en el corazón de Andalucía,
hay que conocer algo de esta preciosa villa de Jaén.
Baeza fue,
durante la dominación árabe, una importante ciudad
musulmana. Tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, el poder
almohade queda doblegado y Baeza se erige en capital de un efímero
reino taifa que comprendía un amplio territorio de Jaén
y Córdoba. Su "emir" Allâh-al-Bayyâsi
fue vasallo de Fernando III, apoyándole en campañas
contra otros emires árabes. Allâh-al-Bayyâsi
murió asesinado a traición en Almodóvar del
Río y el 30 de noviembre de 1227 Fernando III el Santo, conquistó
Baeza.
Es
entonces cuando Fernando III concede a Baeza el progresista Fuero
de Cuenca y se sabe que este monarca promueve la repoblación
cristiana baezana con pobladores conquenses.
No es extraño,
por tanto, que la arquitectura tardorrománica de Baeza tenga
una directa relación con la conquense y la del sur de Guadalajara.
Como veremos,
las iglesias de Santa Cruz, San Pedro, San
Juan y la portada de San Salvador, pueden datarse a partir
de la tercera o cuarta década del siglo XIII. Se trata obviamente
de fechas tardías, pero hay que tener en cuenta que la primera
mitad del siglo XIII es la época de la gran popularización
del tardorrománico en amplios territorios españoles.
Guía de la Baeza medieval
Imágenes
de gran formato de Baeza (Jaén)
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Ventanal
gótico. Catedral de Baeza. Jaén |
Baeza. Palacio renacentista |
Torre.
catedral de Baeza |
Interior
de la iglesia del Salvador. Baeza |
Iglesia
de Santa Cruz de Baeza
Sin duda, la
iglesia de Santa Cruz es el templo románico mejor conservada
en Baeza y toda Andalucía.
Recomendamos
al visitante un recorrido tranquilo, pues encontrará en esta
iglesia muchos e interesantes detalles que le harán entender
el verdadero valor histórico de uno de los más primitivos
edificios cristianos de Baeza y de todo Jaén y Andalucía.
Santa Cruz
tiene tres naves. Las laterales rematan en muro recto y el principal
en ábside de tambor.
El interior
presenta arcos apuntados sobre columnas románicas y el vestigio
de un arco visigótico, lo que puede suponer la existencia
de un templo cristiano anterior usado por los mozárabes durante
el dominio musulmán.
El ábside
conserva restos de pinturas murales del siglo XIII.
Al exterior,
tiene tres portadas románicas con arquivoltas abocinadas
de medio punto sobre columnas, abiertas en sendos cuerpos avanzados.
La puerta meridional
es original de esta iglesia mientras que la occidental fue añadida
procedente de las ruinas también románicas de San
Juan.
Hay una tercera
puerta románica en el costado septentrional que pasa desapercibida
y sólo es visible desde el interior, al estar tapada por
una capilla gótica posterior.
Hay que fijarse
en algunos canecillos de la portada meridional y del alero también
del costado sur pues presentan tallas de gran sabor románico
y buena calidad artística.
Cabecera
de la Iglesia de San Pedro
La antigua
iglesia de San Pedro, erigida al suroeste de la catedral fue convertida
en vivienda particular. Probablemente por ello, ha pasado prácticamente
desapercibida e indocumentada para muchos estudiosos del arte.
Aunque con
importantes deterioros, permanece en aceptable estado la cabecera.
Es la de más calidad de las tres cabeceras románicas
de Baeza y la que mejor manifiesta las formas románicas heredadas
del norte. Tiene planta semicircular, fábrica de perfecta
sillería, dos semicolumnas que lo dividen en tres paños
y corona de canecillos soportando el alero.
Lamentablemente, el ventanal del paño central ha sido muy
modificado.
Los
capiteles de las columnas adosadas tienen capiteles vegetales de
puntiagudos crochets, muy similares a los que encontramos en la
puerta norte de la iglesia de Alcocer de Guadalajara o en la catedral
de Cuenca, así como en distintos monasterios castellanos
-sobre todo, cistercienses- de comienzos del siglo XIII (Las Huelgas,
Oña, etc.)
Los canecillos
son geométricos, la mayoría de rollos de diversa morfología,
y de múltiple nacela superpuesta.
También
quedan resos de una portada en el muro norte, oculta por la vivienda.
Se aprecia
en lo arquitectónico y escultórico de esta cabecera
un tratamiento noble de la piedra, que merecería mejor suerte,
es decir su restauración y puesta en valor.
Ruinas
de la iglesia de San Juan
La iglesia
de San Juan, próxima a la catedral debió ser la más
ambiciosa de las iglesias románicas baezanas, ya que tuvo
tres naves rematadas en cabecera de triple ábside.
Actualmente es una ruina de la que quedan parte de la cabecera,
el muro norte y unas columnas.
La fábrica
es de sillería y los ábsides, presentan muros lisos
con vanos de medio punto sin moldurar.
Portada
de la iglesia de El Savador
La de El Salvador
es la más tardía de las portadas del siglo XIII conservadas
en Baeza. Tal hecho se aprecia en el apuntamiento ligero de los
arcos y especialmente en la escultura francamente gótica
de capiteles y arquivoltas.
Pero conserva
aires románicos en su estructura general, como el arimez
en que se abre, la articulación de sus arquivoltas y las
morfología de las columnas con robustos fustes.
Tiene cuatro
arquivoltas. La interior es plana, la segunda tiene una ancha escocia
con bustos de personajes y palmetas y las dos externas de baquetón
y escocia alternantes.
El guardapolvos
presenta decoración vegetal trabajada con el trépano
a base de hojas rodeadas por un tallo ondulante.
Los seis capiteles llevan idéntica decoración de flora
vegetal gótica.
Parece que
esta portada fue añadida al templo posteriormente, aunque
se ignora su procedencia original.
Catedral
de Baeza
La Catedral
de Baeza es un edificio básicamente renacentista, aunque
quedan algunas partes medievales que serán en las que nos
centraremos.
El
origen religioso de este lugar se remonta a tiempos romanos donde
debió existir un templo pagano y luego cristiano. Sobre él,
los musulmanes edificaron una mezquita que llegó a ser convertida
en templo cristiano efímeramente en 1147 en tiempos de Alfonso
VII, cuando Baeza fue conquistada, hasta su pérdida poco
después por el empuje almohade.
Tras la conquista
definitiva por Fernando III, esta mezquita aljama de Baeza fue consagrada
al culto cristiano.
No mucho después,
en alguna fecha indeterminada de finales del siglo XIII o comienzos
del XIV se construyó sobre esta mezquita un templo de estilo
alfonsí (es decir, de una arquitectura que combina elementos
inerciales tardorrománicos, góticos y mudéjares),
seguramente como otros construidos en Córdoba.
De
esta época es la portada occidental mudéjar, de arco
de herradura apuntado y polilobulado, con alfiz y el rosetón
superior de traza cisterciense y decorado con puntas de diamante
pero con tracerías mudéjares.
Este rosetón
ha de admirarse con cuidado pues lleva bustos de personajes en una
de las molduras concéntricas.
También
se aprecia en la fachada septentrional el guardapolvos apuntado
y decorado con puntas de diamante de la primitiva portada de esta
iglesia medieval que se halla cegada.
Sin embargo,
la catedral de Baeza va a sufrir una radical transformación
en el siglo XVI, convirtiéndose, prácticamente en
su totalidad, en una catedral renacentista.
En el extremo noroeste se levanta la torre
de planta cuadrada de origen árabe y reformas de los siglos
XIV, XVI y XIX.
El claustro está situado al lado
sur y puede que ocupe el espacio del patio de abluciones de la mezquita
primitiva. Es de planta rectangular con sus cuatro pandas cubiertas
con techumbre de madera y abiertas al patio central mediante sobrios
arcos apuntados reforzados por contrafuertes.
Una interesante particularidad son
las cinco capillas que se abren a la panda sur, cuatro mudéjares
con arcos túmidos como entradas y una gótica.
Iglesia de San Pablo
Situada al noroeste del casco antiguo y en una
zona de ensanche de especial predilección para la nobleza
urbana baezana entre los siglos XVI y XVII, la iglesia de San Pablo
es, como San Andrés, otra de las parroquias de la ciudad
bien conocidas para los habitantes de Baeza al acoger además
varias cofradías de la Semana Santa, pero que suele pasar
desapercibida para el turismo al situarse algo distante de los monumentos
más visitados de la ciudad.
San Pablo es también un templo que puede resultar
engañoso ya que al exterior, tan solo una humilde espadaña
y una portada barroca coronada con la imagen del santo titular parecen
reclamar la atención; sin embargo, una vez sobrepasado el
umbral de la puerta es posible admirar una armoniosa estructura
de tres naves separadas por arcos de medio punto y cubiertas con
bóvedas de crucería plenamente góticas.
Conserva también varios bienes muebles
de interés, destacando un órgano barroco, varias tallas
procesionales de notable valor, una custodia en plata del siglo
XVII y un magnífico tríptico de la Adoración.
Murallas
de Baeza
Baeza
conserva parte de los lienzos de la muralla medieval, aunque
sufrió la destrucción parcial encargada por la Reina
Isabel la Católica en 1477 para evitar enfrentamientos nobiliarios.
Quizás
la parte más vistosa es la Torre de Alitares que es un antiguo
torreón de la muralla árabe. Se situaba cerca de la
puerta de Cañuelo.
Otros restos
de la muralla de Baeza son las puertas de Úbeda, de Baeza
(Arco de Barbudo), de Jaén y el Arco de Villalar (construido
en el siglo XVI para conmemorar la victoria de Carlos V sobre los
comuneros de Castilla)
Palacio
de Jabalquinto
No podemos
olvidarnos, en nuetro recorrido medieval por Baeza, del Palacio
de Jabalquinto, del siglo XV, con su magnífica fachada principal,
una de las joyas del gótico isabelino, donde destacan sus
bellos ventanales y las puntas de diamante en resalte de sus muros.
La transición
del gótico final a la nueva estética renacentista
se aprecie en el patio del palacio que muestra dos pisos de arquerías
de medio punto sobre esbeltas columnas.
Más
información relacionada con el patrimonio medieval de Baeza
Para profundizar en algunos
monumentos concretos (la catedral y el palacio de Jabalquinto) o
conocer el contexto histórico de la primera arquitectura
medieval baezana, pinche en los siguientes enlaces:
Catedral
de Baeza
Arquitectura
Alfonsí de Córdoba
Palacio
de Jabalquinto en Baeza
Guía de la Baeza renacentista
Seminario de San Felipe Neri
El seminario conciliar de San Felipe Neri fue
una fundación del obispo Fernando de Andrade y Castro, que
decidió crear en el año 1660 esta institución
siguiendo el canon que se había establecido tras el concilio
de Trento, tras varios intentos fracasados de crear un colegio para
la formación de sacerdotes por parte de diferentes obispos
de la diócesis de Jaén. Comenzó a funcionar
desde el mismo momento de su fundación, en una casa provisional
mientras se construía la sede definitiva. El nuevo edificio
se situó enfrente de la Catedral, y fue construido bajo la
dirección de Eufrasio López de Rojas.
Las obras se terminaron en 1672
y un año después se aprobaban los primeros estatutos.
Pronto las nuevas instalaciones se quedaron pequeñas, y en
1720 se amplió el edificio incorporando el Palacio de Jabalquinto,
una interesante construcción de estética tardogótica.
Los dos edificios, a pesar de haber sufrido muchas intervenciones,
continúan funcionando como una institución académica,
pues desde el año 1990 son la sede de la Universidad Internacional
de Andalucía.
El exterior del edificio es sobrio,
y el único elemento que rompe la monotonía del muro
es la portada de acceso, formada por un vano de medio punto enmarcado
por dos pilastras, y con un frontón quebrado a cuyos lados
se sitúa la heráldica del fundador. La fachada lateral
presenta características similares, con una portada herreriana,
sobre la cual se sitúa una estatua de San Felipe. El interior
se encuentra estructurado en torno a tres patios rodeados de columnas.
Fuente de Santa María
La fuente de Santa María se sitúa
en la plaza homónima, entre el seminario de San Felipe Neri
y la Catedral. Es una de las fuentes públicas más
monumentales de la ciudad. Fue construida por un maestro de obras
local llamado Ginés Martín de Aranda, en la década
de los 60 del siglo XVI.
La obras de canalización que permitieron
la llegada del agua a Baeza se habían producido pocos años
antes de la mano de este mismo arquitecto, gracias a la excavación
de una galería en la cercana meseta de los Llanos, conocida
en esta época como Celadilla, al noroeste de la ciudad, de
donde se extraía el agua y se almacenaba en un depósito
situado a las afueras. Desde allí, el agua circulaba a las
tres fuentes municipales: la de la Puerta de Toledo, la situada
junto a la Puerta de Úbeda, y esta de Santa María.
La fuente está formada por un pretil
que rodea un arco monumental, compuesto por tres vanos, adintelados
los laterales y de medio punto el central, sostenidos por columnas.
Sobre el central se levanta un segundo cuerpo con el escudo municipal
en uno de sus frentes, y la heráldica de Felipe II en el
contrario, enmarcados por atlantes, y rematado por un frontón
clásico.
Casas Consistoriales Altas
Las Casas Consistoriales Altas se sitúan
en la misma plaza de Santa María, junto a la catedral y enfrente
del seminario de San Felipe Neri. Fueron la sede del Concejo desde
finales del siglo XV o los primeros años del XVI hasta 1838.
La ciudad de Baeza en un principio se
rigió por un sistema asambleario que se celebraba en esta
misma plaza. Pero a finales del siglo XV se sustituyó por
un concejo municipal bajo el control de un corregidor. La familia
de los Cabrera cedió su casa, que comprendía una parte
del edificio actual, para efectuar las reuniones.
En algún momento indeterminado,
antes de 1511, el concejo adquirió esta propiedad, y entre
ese año y 1526 se acometieron unas ambiciosas obras, que
dieron lugar al edificio actual.
Es un edificio monumental, con una fachada de dos alturas, separadas
por una imposta, y dividido en cuatro cuerpos por medio de tres
pequeñas torrecillas cilíndricas adosadas a la fachada
con una función ornamental. Los arcos conopiales y las tracerías
flamígeras propias del tardogótico que pueden verse
en los vanos del piso superior revelan la cronología de esta
parte del edificio.
La parte occidental está
ocupada por un pequeño torreón que sobresale en altura
del resto del edificio. Pero lo más llamativo es la profusión
heráldica, entre la cual puede verse el escudo de la ciudad,
o las armas de Juana I y Felipe el Hermoso, entre otros emblemas.
El escudo de la casa de Borbón indica que esta construcción
fue objeto de reformas en el siglo XVIII. El edificio ha sufrido
numerosas reformas, y en la actualidad se encuentra sin uso, siendo
imposible visitar su interior.
Antigua Universidad
La Universidad fue la institución que dotó
de fuerza y poder económico a la ciudad de Baeza en el siglo
XVI, junto al poder que progresivamente adquirió la catedral.
Fue fundada por el clérigo Rodrigo López en 1538 por
una bula del Papa Pablo III como un Colegio de Primeras Letras.
En 1542 obtuvo la licencia para funcionar como universidad, gracias
a san Juan de Ávila. Estuvo en funcionamiento hasta 1824,
aunque en la actualidad el edificio sigue desempeñando una
función docente, ya que funciona como instituto de educación
secundaria.
El edificio actual se construyó
en la segunda mitad del siglo XVI, sin que se sepa con seguridad
el nombre del maestro de obras. La construcción primitiva
era un palacio propiedad de los Acuña que el rey había
incautado a raíz de la guerra de los Comuneros de Castilla.
El edificio se estructura en torno a un patio cuadrangular
de dos alturas con arcos en sus cuatro pandas y una escalera de
doble tiro.
La fachada principal tiene tres pisos separados por
pequeñas cornisas. Sobre la monumental portada puede verse
un medallón del siglo XVIII con la representación
de la Santísima Trinidad. En su interior, además del
patio, destaca el paraninfo, una estancia de planta cuadrangular
cubierto con una armadura de madera.
Capilla de San Juan Evangelista
La capilla de San Juan Evangelista fue levantada hacia
finales del siglo XVI entre el edificio de la Universidad anejo
a la panda oeste de su claustro y el Arco del Barbudo, también
llamado de las Escuelas o Postigo de San León. Su estructura
se acomoda sobre el propio trazado de la primitiva muralla medieval.
Se trata de un edificio de una sola nave dividida en
tres tramos cubiertos con bóveda de cañón que,
a la altura del falso crucero, se corona mediante una cúpula
sobre pechinas. En el presbiterio, hoy desnudo, se situaba un retablo
desaparecido durante la Guerra Civil.
Conserva sus dos portadas originales, una abierta al
costado occidental a considerable altura respecto a la línea
de calle debido a que hubo de ser adaptada al primitivo cinturón
defensivo; y su ingreso principal, habilitado al lado sur y que
presenta un arco de medio punto entre columnas de fuste estriado,
motivos heráldicos y un frontón semicircular abierto
mediante óculos, todo ello de inspiración vandelviriana.
En el ángulo suroccidental se yergue la torre
campanario, conformada por tres cuerpos de planta prismática
coronados por un remate octogonal aparentemente influido en su concepción
por la torre de la catedral.
La Plaza del Pópulo y su entorno
Fuente de los Leones
Situada en el centro de la Plaza del Pópulo,
conocida tradicionalmente como de los Leones por la propia fuente
que nos ocupa y epicentro turístico de la ciudad, la Fuente
de los Leones fue trasladada desde su emplazamiento original en
la ciudad íbero-romana de Cástulo en el siglo XVI
como símbolo del traslado del poder político y de
la sede obispal a la cada vez más pujante ciudad de Baeza.
Presenta una taza en forma mixtilínea, ocupando
el cuerpo central orientados a cada uno de sus cuatro lados bueyes
y leones esculpidos por manos íberas de cuyas bocas mana
el agua procedente de la conocida como Meseta de los Llanos.
En el centro de la misma y sobre una columna recompuesta
se yergue una figura femenina que, para muchos historiadores, vendría
a representar a princesa íbera Himilce, hija del rey Mucro
de Cástulo y esposa del general cartaginés Aníbal
Barca. La figura perdió su cabeza original durante la Guerra
Civil, habiendo sido sustituida por otra de factura reciente obra
del escultor local Gálvez Mata.
Puerta de Jaén
La Puerta de Jaén y el Arco de Villalar se sitúan
en la plaza de los Leones, haciendo esquina con las Audiencias y
las Escribanías Públicas. Su imponente estructura
evidencia una época en la que la ciudad se encontraba amurallada.
Su nombre deriva de que se encuentra en el camino natural
hacia Jaén.
La estructura original se demolió en el año
1476 cuando por mandato de la reina Isabel se derribaron los lienzos
de la muralla, sus accesos y las torres, pero en el año 1526
se volvió a construir, para conmemorar a entrada a la ciudad
de Carlos I.
Se trata de una estructura formada por un arco apuntado
con dos torrecillas a ambos lados, y sobre el cuál puede
verse, bajo una moldura con tres arcos ciegos, el escudo imperial,
el del corregidor y el de la ciudad. Se remata con almenas, comunicándose
por medio de un balcón con el edificio de las Audiencias
y las Escribanías Públicas.
Arco de Villalar
El arco de Villalar, situado a continuación,
es un monumento que el Concejo mandó construir para conmemorar
la derrota que sufrieron en 1521 los Comuneros de Castilla en Villalar
(Valladolid). Se trata de una sencilla estructura formada por un
arco apuntado de gran luz que remata en almenas.
Nunca fue uno de los accesos a la ciudad, siempre
tuvo una función simbólica. Esto puede chocar con
el hecho de que la familia de los Benavides, uno de los linajes
que se disputaron el poder de la ciudad, auspició a que Baeza
apoyara la rebelión de las Comunidades y se levantara contra
de la política imperial. Sin embargo, una vez que sus rivales,
los Carvajales, recuperaron el poder, mandaron levantar el arco
para mostrar su apoyo a Carlos I, aunque en realidad lo que pretendían
era demostrar su rechazo al bando contrario.
Las Audiencias y Escribanías públicas
El edificio de las Audiencia Civil y las Escribanías
Públicas, también conocido como Casa del Pópulo,
se sitúa al sur de la Plaza del Pópulo (conocida como
Plaza de los Leones), junto a la puerta de Jaén. Antiguamente
sobre uno de sus balcones había una escultura de la Virgen
del Pópulo, de ahí el segundo nombre. Su origen data
del año 1511, cuando el Concejo municipal autorizó
una Casa de Audiencias. La construcción comenzó unos
años más tarde, en la década de los 30 o los
40 del siglo XVI, y para llevar a cabo la obra fue necesario derribar
una parte de la muralla musulmana, aunque se conservó un
pequeño oratorio que se encontraba en este lugar. Se desconoce
la fecha en la que se terminó el edificio, pero debió
de ser antes de 1558, cuando se reformó todo el piso bajo
con el objeto de instalar allí las Escribanías Públicas.
Se trata de una construcción de dos alturas
realizada en sillería. En el inferior, en la fachada que
da a la plaza, hay seis vanos adintelados enmarcados por columnas
y en cuya clave puede verse la heráldica de la ciudad, que
se corresponden con cada una de las seis escribanías que
hubo en Baeza. En el piso superior, donde se situaba la Audiencia,
y a la que se accedía por la parte trasera del edificio,
hay cinco ventanas adinteladas rodeadas por columnas abalaustradas,
sobre las cuáles se abre un frontón con decoración
de elementos vegetales, pináculos y otros motivos decorativos
propios de nuestro primer renacimiento. La sexta ventana presenta
una sencilla estructura adintelada sin decoración, y permite
acceder al balcón en esquina que hay junto a la puerta de
Jaén.
En el centro de la fachada se encuentra el escudo
imperial de Carlos I, y entre las dos ventanas inmediatas, la heráldica
municipal y la del corregidor Guevara. Una cornisa marca una imposta
entre los dos pisos, sobre la cuál se encuentran unos leones
que descansan sobre los capiteles de las columnas y, sobre la misma,
unos medallones, bajo las ventanas con las inscripciones de Marco
Marcelo, Medea, Muscio Escevolo y Octoviano en alusión a
los personajes representados, careciendo el último de leyenda.
El edificio se remata con una cornisa decorada con canecillos, rosetones,
y gárgolas.
Antiguas carnicerías
La casa de la Carnicería fue construida en el
año 1547. El edificio se construyó en la calle Atarazanas,
muy cerca de la puerta de Jaén, y estuvo en funcionamiento
desde 1550 hasta 1962. Pero el emplazamiento en el que se ubicaba
se había ido deteriorando con el paso de los años,
hasta que acabó rodeado de casas deshabitadas y abandonadas,
y la propia construcción se encontraba muy deteriorada.
Por este motivo entre 1962 y 1963, bajo el auspicio
de la antigua Dirección General de Arquitectura del Ministerio
de la Gobernación, se desmontó piedra a piedra y se
trasladó a su emplazamiento actual, en la plaza de los Leones.
Puesto que el solar no tenía las mismas dimensiones, fue
necesario adaptar la fachada replegándola hacia los laterales.
En la actualidad es la sede de los juzgados de la ciudad.
Es un edificio de dos alturas. En el piso inferior, en la fachada
que se abre a la plaza, hay tres ventanas adinteladas protegidas
por rejas, en un extremo la puerta, y a ambos lados dos escudos.
Una línea de imposta marcada por una cornisa doble con decoración
de rosetas separa las dos alturas del edificio.
En este segundo piso pueden verse ocho gruesos pilares
que dividen verticalmente el espacio en siete cuerpos, en seis de
los cuáles se abren unos pequeños vanos que sirven
para la ventilación y, sobre los mismos, grandes ventanas
que asoman a la plaza.
En el cuerpo central puede verse un escudo imperial
de grandes dimensiones. Sobre los pilares hay unas zapatas de madera
que se colocaron en los años 60, cuando el edificio cambió
de ubicación.
Ayuntamiento
El edificio que desde 1867 ocupa el Ayuntamiento parece
que se concibió originalmente como el Palacio de Justicia
y la Cárcel de la ciudad. En 1502 los Reyes Católicos
ya dotaron una provisión de fondos para la cárcel
de Baeza, y en 1520 Carlos I volvió a realizar otra dotación,
siendo esta última la fecha que tradicionalmente se ha considerado
para el comienzo de las obras de este edificio. No se conoce el
nombre del arquitecto que lo diseñó, aunque algunos
autores lo sitúan en el círculo de Andrés de
Vandelvira. Dada su estructura, se ha planteado la posibilidad de
que quedase inacabado, llegándose a construir tan sólo
una crujía, puesto que ni siquiera se estructura en torno
a un patio, como era lo habitual en la época.
Se trata de un edificio de dos pisos de planta cuadrangular,
que remata en una cornisa volada. La doble función del edificio
se traduce en dos portadas de acceso en la parte inferior.
La más sencilla, situada al suroeste, era la
entrada de la cárcel. Se estructura por medio de un sencillo
arco de medio punto rodeado de dos cariátides que personifican
la caridad y la justicia. En el en el extremo contrario se sitúa
el acceso al Palacio de Justicia, formado por un arco rebajado rodeado
de columnas exentas y pilastras, sobre el que puede verse decoración
de candielieri.
En el piso superior hay cuatro vanos en forma de serliana,
entre los cuáles se encuentran los emblemas heráldicos
de Felipe II, el corregidor de la ciudad, y el escudo del municipio.
En el extremo occidental se abre una quinta ventana en forma de
arco de medio punto que obedece a una reforma posterior.
Del interior merece la pena destacarse la armadura
de madera que cubre el salón de sesiones, y que fue trasladado
aquí durante la Guerra Civil, siendo su emplazamiento original
el convento de San Antonio.
Iglesia de la Purísima Concepción
La iglesia de la Purísima Concepción,
también conocida como de los Padres Carmelitas, se sitúa
aneja a lo que queda del Hospital de la Concepción, complejo
asistencial para la sanación de enfermedades no infecciosas
que estuvo en funcionamiento desde 1529 hasta mediados del siglo
XX, en que fue convertido en colegio menor y después en hotel.
Un siglo después de su puesta en funcionamiento,
concretamente en 1625, el Cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval mandó
ampliar el complejo, añadiendo en dicha intervención
la iglesia bajo la advocación de la Purísima Concepción.
Se trata de un templo de una sola nave cubierta con
bóveda de cañón con lunetos y coronada por
una cúpula de media naranja en el presbiterio. Ya en el siglo
XX, fue ampliada hasta conferirle su actual planta en forma de "L".
Conserva la iglesia sus dos puertas de ingreso; una
lateral protegida por un pórtico, y la principal, conformada
por un gran arco de medio punto entre pilastras que abraza el arco
de ingreso (también flanqueado por pilastras) y un segundo
cuerpo presidido por un relieve de la Inmaculada entre los blasones
de la ciudad y del propio Cardenal Moscoso.
Capilla de Benavides y Convento de San Francisco
En la manzana contigua al Hospital e Iglesia de la
Concepción se levantan las majestuosas ruinas consolidadas
de lo que fue el Convento de San Francisco, fundado por Don Diego
Valencia de Benavides y su esposa Leonor de Guzmán y Mendoza
en el año 1538.
Este convento fue, además, el lugar elegido
como panteón de la Familia Benavides, uno de los linajes
más poderosos de la Baeza del siglo XVI; para lo cual, contaron
para tal empresa constructiva con el arquitecto más importante
del momento, Andrés de Vandelvira.
Lamentablemente, el conjunto de San Francisco sufrió
numerosos problemas de estabilidad desde el mismo momento de su
construcción, padeciendo después las consecuencias
del Terremoto de Lisboa, el saqueo napoleónico y la propia
Desamortización de Mendizábal, permaneciendo desde
entonces ruinoso, abandonado y expuesto a los elementos meteorológicos
y humanos hasta su restauración en 1988.
La Capilla de Benavides se disponía en el presbiterio
de la iglesia conventual, la cual fue planteada a semejanza de la
Sacra Capilla del Salvador de Úbeda, apreciándose
en la actualidad gracias a las estructuras de cemento y acero añadidas
en el siglo XX las enormes proporciones de la bóveda vaída
que cubría el espacio.
En la actualidad conserva tan solo las tres capillas
cubiertas con bóvedas de casetones que servían de
sustento al altar mayor en el muro del testero, y el hastial norte
cubierto por un maravilloso retablo pétreo considerado por
la mayoría de especialistas como una de las obras cumbre
de Andrés de Vandelvira y del renacimiento baezano.
Flanqueado por dos estrechas calles laterales animadas
con tres registros de hornacinas y enormes columnas corintias, la
calle principal del retablo se enmarca dentro de un arco acasetonado
que abraza en su parte superior tres ventanales muy vandelvirianos
y, en el cuerpo principal, planteado casi como un arco de triunfo,
tres hornacinas (mayor la central) con relieves de la Adoración
de los Magos y los Pastores, todo ello coronado por el escudo de
la familia sostenido por dos tenantes ataviados a la manera de legionarios
romanos.
Iglesia de San Andrés
Levantada en el ensanche norte de la ciudad, la iglesia
de San Andrés es una de las parroquias históricas
de Baeza, hasta el punto de que entre los siglos XVIII y XIX fue
distinguida con el rango de colegiata heredera de la desaparecida
de Santa María del Alcázar.
Construida a principios del siglo XVI por iniciativa
del mitrado de Jaén Alonso Suárez de la Fuente del
Sauce, conocido con el apelativo de "el obispo constructor",
es una de las obras más representativas del estilo plateresco
baezano, si bien resulta hoy en día una gran desconocida
al emplazarse algo apartada de los principales recorridos turísticos
de la ciudad.
Consta de una nave principal dividida en tramos mediante
arcos diafragmas apuntados a la que abre a su lado norte una segunda
nave auxiliar conformada a base de capillas laterales. Conserva
también parte de su techumbre original.
Uno de sus rasgos más característicos
de este templo son los escudos que decoran el arco triunfal de acceso
al presbiterio, cada uno de ellos alusivo a los infanzones que se
beneficiaron del reparto de tierras de la ciudad una vez ésta
cayó en manos cristianas en el siglo XIII. También
al interior custodia una interesante Virgen gótica en su
retablo y en la sacristía una valiosa colección de
tablas de la misma época procedentes ambas de la colegiata
desaparecida.
Al exterior destaca su airosa torre culminada
con decoración de crestería que le confiere un cierto
aire fortificado y, por supuesto, su portada meridional, configurada
al más puro estilo plateresco por un arco de medio punto
flanqueado por sendas columnas cuajadas de ornamentación
clasicista y sobre la cual, tras un friso enriquecido con motivos
vegetales y heráldicos, se alza un segundo cuerpo en la que
entre los escudos del Obispo Suárez preside la fachada una
imagen del santo titular del templo dentro de una hornacina.
(Autores del texto del artículo
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente, José
Manuel Tomé y David de la Garma)