Guía
monumental de Ucero, Soria
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Ucero |
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Soria |
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Burgo
de Osma |
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Introducción
a la guía de arte y monumentos de Ucero, Soria y sus proximidades
En
los últimos años, la villa de Ucero ha recobrado una
cierta pujanza y vitalidad gracias al "descubrimiento"
por parte del turismo de la belleza del parque Natural del Cañón
del Río Lobos.
Pero Ucero, además
de ser la puerta al Parque, fue una villa importante en la Edad
Media de Soria y en su comarca han quedado numerosos testigos de
aquellos tiempos. Como no podría ser de otra manera, en este
patrimonio monumental destacan el románico rural disperso
en las aldeas cercanas.
Castillo
de Ucero
El Castillo de Ucero se
encuentra encaramado sobre un altozano que domina la localidad en
dirección al este.
Su aspecto monumental y
la posibilidad de ser divisado desde diferentes carreteras circundantes
lo convierte en uno de los más espectaculares y fotogénicos
de la provincia. ¡Es una verdadera lástima el estado
de abandono y ruina en que se encuentra!
Para llegar hasta esta fortaleza
se parte desde la localidad de Ucero a través de una calle
asfaltada y empinada junto al puente. Una vez en el monte, hemos
de subir siguiendo una vaguada desde la que pronto empezamos a divisar
el remate de la torre del homenaje y algunos de los muros periféricos.
Una vez alcanzada nuestra
meta, y por breves instantes, nuestra atención se olvida
del castillo para centrarse en los espléndidos paisajes que
se divisan desde este mirador. A unos centenares de metros se puede
contemplar a la perfección la entrada al Cañón
del Río Lobos.
Esta fortificación
medieval parece ser obra del siglo XIII con reformas posteriores,
especialmente del XVI.
Tradicionalmente se le ha
asociado a los templarios (al igual que la ermita de San Bartolomé
del Cañón del Río Lobos) de la que no está
muy alejada.
Consta de dos recintos exteriores
maltrechos y los del propio castillo donde sobresale su espigada
torre del homenaje.
Al parecer existe un pasadizo
que comunica el castillo con el río Chico próximo
cuya finalidad era la de la obtención de agua en caso de
asedio.
Como iremos viendo, lo mejor
conservado es, con diferencia, la torre del homenaje que todavía
conserva ventanales ajimezados del siglo XIII con arcos decorados
con puntas de diamante y cabecitas humanas, además de capiteles
y mensulitas con los típicos crochets góticos de esa
época.
También
son bellas las ménsulas trilobuladas que soportaban los matacanes
desaparecidos. Con todo, lo más atrayente y ciertamente misterioso
es el conjunto formado por una gárgola con cuerpo de águila
-cuya cabeza muestra orejas prominentes- que sujeta una pareja de
serpientes con sus patas- y una ménsula donde aparece un
personaje de largo pelo y túnica que porta un objeto en sus
manos (se ha interpretado como un Evangelio, una filacteria, un
instrumento musical e, incluso, un jarrón).
Visitar el interior de dicha
torre del homenaje conlleva un cierto riesgo dado el estado de deterioro
de la misma. De hecho hay que entrar en ella por un hueco abierto
en medio de una de las paredes. No obstante, entrar en ella es sumamente
interesante, puesto que se encuentra todavía abovedada en
su piso superior (debió tener otros pisos acotados con suelos
de madera). La citada bóveda es de crucería sencilla.
Los nervios cruceros tiene como clave un Agnus Dei.
Las cuatro ménsulas
de apoyo de los nervios está esculpidas con misteriosos personajes,
dos de ellas con grupos de tres haciendo gestos con los brazos.
Lo que en otro lugar podría ser interpretado
como simples esculturas sin mayor trascendencia, en este lugar y
dadas su asociación a los templarios, se antojan figuras
que podrían estar significando algo misterioso que se escapa
a la mentalidad del hombre del siglo XXI.
La contemplación
del patio de armas deprime a cualquier amante de nuestro patrimonio.
Los muros están carcomidos y desmochados; el terreno es irregular
y la maleza hace casi inviable adentrarse en él.
El Castillo de Ucero es
actualmente una ruina progresiva por lo que es muy necesario acometer
urgentemente obras de consolidación y restauración
que aseguren su supervivencia, dado su interés histórico,
paisajístico y monumental.
Las ruinas
de la iglesia románica
También
hay que mencionar que, a unas decenas de metros del castillo, hay
una iglesia románica en ruinas, de fábrica de mampostería.
Para quienes defienden la autoría templaria, pertenecería
al convento de esta orden.
Otros piensan
que la antigua población de Ucero estaba encaramada a este
cerro y se trata de la iglesia parroquial.
Ermita
de San Bartolomé de Río de Lobos
La iglesia parroquial de
Ucero, dedicada a San Juan Bautista es moderna, aunque no exenta
de algunos restos románicos, por lo que nos centraremos especialmente
en la magnífica ermita de San Bartolomé, ubicada en
un bello paraje del Cañón del Río Lobos.
Este lugar pertenece al
Comunero y Comunidad de San Bartolomé, regido por Herrera de Soria,
Nafría de Ucero y Ucero.
Un
paseo por el Cañón del Río Lobos
En la carretera que se adentra
por el Cañón del Río Lobos hay dos aparcamientos
para turismos y autocares. Desde cualquiera de ellos nos podremos
dar un agradabilísimo paseo a la vera de este pequeño
río que se encuentra lleno de vida. Las estaciones más
adecuadas para visitar este Parque son la primavera (especialmente
a partir de mitad de mayo) y el las primeras semanas de otoño
(aunque sin apurar mucho porque en estas altas tierras el invierno
llega muy pronto).
El croar de las ranas, los
peces y otros animales acuáticos, además de los nenúfares,
dan vida a este pequeño río. Si es al cielo donde
miramos, serán los buitres leonados los que nos acompañen
en el trayecto.
A pocos más de un
kilómetro desde el Parking de Valdecea -el más próximo
a la ermita- nos encontramos con un estrechamiento del cañón
que queda prácticamente de farallones calizos horadados por
numerosas cuevas. En este lugar privilegiado se construyó
hace ocho siglos la Ermita de San Bartolomé.
¿Origen templario?
Tradicionalmente se viene
repitiendo que originalmente este edificio fue la iglesia del convento
templario de San Juan de Otero, aunque tal extremo no está
del todo claro.
Para los templaristas, el
primitivo convento de esta orden militar estaría en el cerro
del castillo, durante el siglo XII, para luego mudarse hasta este
lugar apartado en el Cañón del Río Lobos, en
el siglo XIII, construyendo este templo.
Tras la supresión
de la Orden del Temple sería confiscada y convertida en abadía
(Ya en época bajomedieval, aparece algún documento
en que se le aplica el término "abadía"),
pasando posteriormente a ser administrada por la villa de Ucero.
Para quienes niegan la autoría
de la Orden del Temple, se trataría de una abadía
surgida -como tantas otras- en un lugar de tradición eremítica
y por tanto ideal para una comunidad de monjes o canónigos.
Hay que recordar que numerosos monasterios surgieron en lugares
donde ancestralmente ermitaños buscaron la ascesis de la
vida retirada en cuevas apartadas, como ocurre en el lugar que nos
ocupa.
Ciertamente, ambas teorías
encajan con el lugar en que se encuentra la ermita, de extrema y
misteriosa belleza, que fue usado por grupos humanos desde la Edad
del Bronce y por eremitas en época visigoda.
Por tanto, sería
ideal para la vida ascética, ya fueran canónigos,
monjes o caballeros templarios.
Aspectos artísticos
Al margen de su controvertida
y romántica historia, hay que decir que este edificio, situado
en un estrecho valle surcado por el río Lobos y rodeado por
cuevas y farallones calizos de caprichosa silueta forma una de las
más bellas estampas que podamos encontrar en Soria.
La notable iglesia fue construida
en las primeras décadas del siglo XIII, en estilo románico
muy tardío y sobrio, al gusto cisterciense, y con una bella
impronta oriental. Para Teodoro Ramírez los canteros constructores
pudieron provenir de la región francesa de Aquitania.
Se trata de un espacioso
edificio de perfecta sillería casi isódoma. Posee
planta de cruz latina con crucero más bajo que la nave y
cabecera con tramo recto presbiterial y ábside semicircular.
El citado ábside
es muy sobrio con dos pilastras a modo de columnas y ventanales
de arco de medio punto rodeado por guardapolvos con puntas de diamante.
También tiene estas pilastras en la unión con el presbiterio.
Los hastiales del crucero llevan sendos óculos circulares
con tres roscas y celosías de atractivo gusto oriental. A
pesar de su trazado sencillo, las formas geométricas trazadas
son diversas. Cinco corazones entrelazados dibujan interiormente
una estrella de cinco puntas invertida cuyo corazón es un
pentágono.
La puerta meridional tiene
seis arquivoltas apuntadas con decoración de baquetones,
puntas de diamante y rosetas, además de seis columnas cuyos
capiteles tiene cabecillas humanas entre flores y hojas.
Los canecillos de la cabecera
de la iglesia son figurados, mostrando objetos simbólicos
como el sol, la luna, crismones, parejas de personajes en diferentes
actitudes, cabezas humanas, etc. Contrasta sobremanera la diferencia
de calidad plástica de las tallas, de factura poco refinada,
con relación a la monumentalidad arquitectónica del
edificio.
En el interior, apreciamos
mejor las amplias dimensiones del templo. Todo destila sobriedad,
por ejemplo en los capiteles, todos vegetales, menos alguno que
muestra pequeñas cabecitas humanas en las esquinas.
La nave tiene bóveda
de medio cañón muy apuntado. Más original es
la de la cabecera que, aunque exteriormente se nos muestra como
netamente románica, al interior se nos ofrece como una estructura
gótica, con bóveda de crucería cuyos nervios
apoyan en columnas adosadas al tambor absidal.
Los hastiales de la nave
perpendicular muestran sus hermosos óculos donde se puede
apreciar la gran anchura de los muros.
Otro detalle
de este transepto son sus arcosolios con arquería sobre columnas.
Otros
monumentos y lugares interesantes en los alrededores de Ucero: el
románico rural
Rejas de Ucero
En la cercana población
de Rejas de Ucero, la iglesia parroquial tiene una buena portada
románica que se abre sobre un cuerpo resaltado con pilastras
en sus extremos.
Tiene tres arquivoltas con
las aristas aboceladas que gravitan sobre dos pares de columnas
con capiteles vegetales de escaso relieve.
Iglesia de San Martín
de Tours de Berzosa
Berzosa es un pueblecito
situado a tan sólo 14 Km. Al suroeste, en la carretera que
une Ucero con San Esteban de Gormaz.
La iglesia parroquial de
San Martín de Tours de Berzosa, aunque rehecha como la mayoría,
es una de las iglesias más importantes del románico
rural soriano.
Destaca la galería
porticada, posiblemente posterior a la construcción de la
iglesia, de siete arcos iguales de medio punto sobre columnas de
fuste cuádruple, con capiteles de esquemática talla
vegetal y animal, donde aparecen caballos y leones.
La puerta es un prodigio
de armonía y elegancia. Es de tan buena arquitectura que
parece que está tallada sobre un único bloque inmenso
de piedra. Abierta en un cuerpo resaltado con tejaroz y canecillos
historiados, tiene cuatro arquivoltas con arista abocelada con decoración
de entrelazos y ajedrezado.
El apoyo lo constituyen
tres pares de columnas con capiteles rudos pero expresivos. Uno
de ellos lleva dos personajes unidos por sus manos que quieren representar
el combate entre dos infantes. En otro el autor parece tallar a
un ángel conduciendo a un caballero. Los cimacios se impostan
con un billeteado.
Para algunos autores, los
motivos ornamentales y estructura general de esta iglesia indican
un origen especialmente antiguo, cercano a las primitivas iglesias
de San Esteban
La portada, en efecto, sí
parece bastante antigua, acaso de la primera mitad del siglo XII.
Otra cosa es la galería.
La estructura columnaria de la galería y la decoración
vegetal del pórtico nos sugieren fechas más bien tardías,
posiblemente de finales del siglo XII o comienzos del XIII.
En cualquier caso, quien
se acerque a Berzosa no se sentirá defraudado por la serena
armonía de este buen románico soriano.
Más
información de la Iglesia
de Berzosa
Fuentearmegil
En el templo parroquial
de San Andrés de Fuentearmegil sólo quedan los muros
occidental y meridional, con canecillos historiados, de los que
destaca uno con forma de diablo cornudo.