Guía de la Abadía de Saint-Jean-Baptiste
de Sorde, Francia
Introducción
La
Abadía de Saint-Jean-Baptiste de Sorde se encuentra
en el cruce entre el País Vasco y las tierras de Landes,
al suroeste de Francia.
Geográficamente, Sorde pertenece al
Departamento de Landas (Landes), dentro de la región de
Nueva Aquitania. La altitud media es de 8 metros sobre el nivel
del mar y cuenta en la actualidad con 642 habitantes.
La Abadía de Saint-Jean-Baptiste es
monumento histórico francés desde 1909 y forma parte
del Camino a Santiago en Francia por lo que está incluida
en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998.

La villa galorromana
Desde finales del siglo XIX se conoce la existencia
de una villa galorromana en el espacio ocupado por la abadía
medieval.
El descubrimiento de un mosaico en 1957, en
el patio de la casa del abad desencadenó las campañas
de excavación. Desde 1958 a 1966 el arqueólogo J.
Lauffray descubrió un gran establecimiento tardorromano
de los siglos III y IV d.C. que había sobrevivido parcialmente
hasta la Edad Media.

Esta villa contaba con magníficas termas
con baños calientes, templados y fríos, calentadas
por hipocaustos y adornadas con mosaicos. También se descubrieron
los restos de un patio rodeado por cuatro galerías que
servían de vivienda. El resto de la villa continúa
bajo los edificios conventuales y la iglesia inacabada.

La existencia de esta construcción bajoimperial
puede explicar de algún modo las irregularidades en el
plano de la abadía, incluyendo la desalineación
del brazo norte del crucero, obstaculizado por los restos del
edificio galorromano.
La abadía medieval
Este cenobio benedictino nació como
una fundación del siglo X (donación de Guillermo
Sancho Duque de Gascuña en el año 975) que eligió
como asentamiento la citada villa galorromana.
En la Edad media contó con una economía saneada
gracias a la explotación de los salmones de los ríos
cercanos.
Fue parcialmente destruido en una guerra en
1060 y de nuevo sufrió un incendio en 1569 durante las
Guerra de Religión en Francia, si bien se salvaron la iglesia,
especialmente la cabecera del siglo XII, la torre del X y el Palacio
del Abad.

La mayor parte de las dependencias monacales
fueron destruidas lo que obligó a su reconstrucción
durante el siglo XVII. En la actualidad es iglesia parroquial.
La iglesia abacial de Sorde es un templo de
cruz latina que aúna partes de estilo románico con
otros añadidos góticos. Se combinan distintos materiales
pétreos y ladrillos.

El aspecto general del edificio es un tanto caótico
y heteróclito como consecuencia de las continuas ruinas
y reconstrucciones sufridas a lo largo de los siglos por lo que
hay que fijarse en los elementos arquitectónicos individuales
más que en la armonía del conjunto.

Exterior
Exteriormente, cuenta con una cabecera de tres ábsides,
recrecidos y alterados el central y el septentrional.

Tiene un largo transepto, en cuyo brazo norte se
abre una portada tardorrománica cuyas arquivoltas estaban
muy decoradas pero que se encuentran bastante deterioradas en
la actualidad.

Interior
En el interior de la iglesia de la Abadía
de Sorde se observa como salvo la cabecera, la mayor parte del
edificio está reconstruido en el siglo XIX. De hecho hay
capiteles indicando el año exacto de esa centuría
en que fueron creados.

También en el interior de la iglesia abacial,
encontramos una bonita y voluminosa maqueta del complejo monástico
de Sorde.

En la cabecera -también muy modificada- destacan
tres capiteles románicos historiados con los pasajes bíblicos
de Daniel en el foso de los leones, la presentación del
Niño Jesús en el templo ante el anciano Simeón
y el prendimiento de Jesús que aparece atado con sogas
en el cuello y las manos.

Hay un cuarto capitel donde se esculpió a
la Virgen María con el Niño en la iconografía
conocida como Trono de la Sabiduría, rodeados por dos ángeles.

Uno de los elementos que ha hecho famosa la abadía
Saint-Jean-Baptiste de Sorde es, indudablemente, el conjunto de
mosaicos románicos de la cabecera de la iglesia. No hay
que confundir estos mosaicos con los comentados anteriormente
que pertenecen a época romana.

Se componen de teselas de 0,5 a 2 cm de lado, insertadas
en mortero de cal con ladrillo triturado. Los colores principales
son blanco, negro y diferentes tonos de rojo, verde y ocre. Algunas
de las teselas están elaboradas en terracota, mientras
las otras están talladas en piedra caliza, areniscas, etc.

Estos mosaicos medievales fueron descubiertos a finales
del siglo XIX. En 1893 se restauraron por primera vez y fueron
completados caprichosamente por un mosaico italiano. Por fortuna,
en 2007, durante algunos trabajos de mejora de la cabecera, los
postizos fueron suprimidos y sólo se restauraron los originales
mosaicos románicos devolviéndolos a su ubicación
original.

Estos mosaicos se reparten en ocho paneles donde
predominan los dibujos geométricos basados en formas circulares
de gran virtuosismo, además de temas vegetales (hojas de
vides y racimos de uvas), aunque no faltan los temas figurados
zoomorfos como felinos, águilas con alas extendidas y un
perro persiguiendo una liebre.
