Guía
monumental (arte e historia) de Mérida, Badajoz
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Mérida |
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Badajoz |
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Mérida |
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50.000 |
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250 |
Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas) de Mérida,
Badajoz.
Mérida
es una de las ciudades más importantes desde el punto de
vista arqueológico con que cuenta España. Sin duda
tan merecida fama le viene por haberse conservado un legado de arquitectura
y escultura romanas de primera magnitud en Europa.

Merida Romana
La ciudad de Mérida es el emplazamiento
con más restos romanos conservados en la Península
Ibérica. En el año 1993 su emblemático conjunto
arqueológico motivó que la Unesco la declarase ciudad
Patrimonio de la Humanidad.

La fundación de Augusta Emérita
Aunque hay discrepancia sobre la fecha de fundación
de la ciudad, tradicionalmente se ha defendido que tuvo lugar en
el año 25 a. C., bajo las órdenes del emperador Octavio
Augusto (27 a. C. - 14 d. C.), por el legado Publio Carisio (26
a. C - 22. a. C.).

Su nombre original sería el de Colonia Iulia
Augusta Emérita, y en un principio sería un asentamiento
para los soldados eméritos (retirados) de las Guerras Cántabras
(29 a. C. - 19. C.). Aproximadamente unos diez años después
de su fundación, se convirtió en la capital de la
provincia de Lusitania. Su privilegiada situación geográfica
hizo que, con el tiempo, se convirtiese en una de las ciudades más
importantes de la Hispania romana.

El Teatro
El teatro y el anfiteatro conforman un espacio de esparcimiento
situado en la zona oriental de la colonia, seguramente a extramuros
de la misma.

El teatro se comenzó a construir entre los años
15 y 16 a. C., tal y como rezan las inscripciones situadas en los
dinteles de los pasillos laterales que permiten el acceso a la orchestra,
y se terminó en época de Claudio (41-54 d. C.), y
Vespasiano (69-79 d. C.), siendo reformado por Constantino I (306-337
d. C.). Con la llegada del cristianismo fue abandonado.

Las primeras excavaciones con un carácter científico
se realizaron a partir de 1910. Sucesivas intervenciones han permitido
recuperarlo en su totalidad y, desde 1933, acoge todos los veranos
el famoso Festival de Teatro Clásico de Mérida.

El edificio aprovecha una pequeña colina, sobre
la que se sitúa la cávea (las gradas), capaz de acoger
a 6.000 espectadores. Ésta se encuentra dividida en tres
zonas: la ima en las primeras filas, para los hombres más
importantes de la ciudad, la media, reservada a los hombres de clases
intermedias, y la summa, la parte superior -que es la peor conservada
de todo el edificio- reservada a las mujeres y los niños.


En el espacio semicircular de la parte inferior se
sitúa la orchestra, donde actuaba el coro, con tres gradas
de asientos para los gobernantes y las autoridades. Detrás
está el proscaenium, el escenario, elevado sobre un muro
que alterna tramos rectangulares y circulares.

El escenario se cierra con un gran muro (frente escénico),
con dos cuerpos de columnas de orden corintio, entre las cuáles
se colocaron esculturas de dioses y emperadores. En este muro se
abren tres vanos adintaledados, tras los cuáles hay un peristilo,
utilizado como área de descanso. En el extremo norte de este
patio se sitúan las letrinas y al fondo, en el eje central,
se encuentra un aula sacra, un pequeño espacio con una mesa
de altar, en donde se encontró un busto de Augusto divinizado.
La casa del teatro
Al oeste del peristilo se pueden ver unos restos de
la conocida como Casa del Teatro. Se trata de una domus construida
en época tardía, articulada en torno a un patio porticado.
En algunas de sus salas todavía se observan restos de mosaicos
con motivos geométricos y vegetales.

El anfiteatro
Se encuentra situado al este del teatro, separado por
medio de una calzada. Era el lugar en donde se celebraban los espectáculos
más populares, como las luchas entre gladiadores y animales.
Se han encontrado inscripciones epigráficas donde se menciona
que el edificio fue construido en el siglo 8 a. C., aunque seguramente
en época del emperador Flavio se sometió a una monumentalización,
configurando el espacio actual.

Se encuentra asentado sobre la misma loma que el teatro,
por lo que, debido a su planta elíptica, la parte este se
encuentra excavada sobre la misma, y el resto se encuentra exento.
Se ha calculado que en sus gradas debió haber espacio para
15.000 espectadores, que accedían por medio de 16 puertas.
Tres de ellas serían los accesos principales, además
de la entrada monumental, situada en el oeste.

Una vez dentro, la distribución de los espectadores
en las gradas se hacía de forma similar a la del teatro,
aunque en este espacio, la cávea se encuentra mucho peor
conservada. En los dos extremos del eje longitudinal había
dos tribunas, reservadas a los gobernantes, y a los promotores del
espectáculo. La cávea estaba separada de la harena
por medio de un muro revestido de mármol, en donde había
pinturas murales.

En la harena se puede ver un gran foso alargado, en
cuyo centro se abre un espacio más amplio, de planta cuadrangular,
que se conecta con tres canales destinados al abastecimiento y la
evacuación del agua. Este foso se encontraba cubierto por
una tarima de madera.
El acueducto de San Lázaro y la Casa de
la Torre del Agua
A pocos metros del anfiteatro, pero fuera de este recinto,
se encuentra una zona arqueológica donde se localizan los
restos del acueducto de San Lázaro y su torre de distribución,
conocida como Casa de la Torre del Agua, construida en torno al
s. I d. C. Su construcción debió ser coetánea
a la del Acueducto de los Milagros, aunque el de San Lázaro
ha llegado a nosotros mucho más deteriorado. De hecho, tan
sólo se conservan tres pilares con sus correspondientes arcos.

La Casa del Anfiteatro
En esta misma zona se pueden ver también los
restos de la conocida como Casa del Anfiteatro, realizada en torno
al s. III a. C., se trata de una domus organizada en torno a un
patio porticado de planta irregular. En el extremo nororiental de
la vivienda hay restos de unas termas.

La Casa del Mitreo

La Casa del Mitreo también se encuentra situada
a extramuros de la ciudad.

Es una elegante domus edificada entre los siglos I
y II d. C., que se articula en torno a tres patios, a los cuales
se abren las diferentes habitaciones. El primero, situado en el
sector occidental, organiza una parte de la vivienda que tenía
dos pisos. En una de estas salas se encontró el impresionante
mosaico Cósmico, expuesto en el MNAR. Por medio de una pequeña
escalera se accede a otro sector de la casa, también articulado
en torno a un peristilo porticado, con un pequeño estanque.
Por último, hay una tercera parte de la casa que se estructura
en torno al último de los atrios, que se encontraba ajardinado.
En el oeste se ha conservado una cisterna, que albergaba
pinturas de temática mitológica, conservadas en el
MNAR. Hacia el este, apartado de la vivienda, hay un pequeño
recinto termal.

El Circo
A unos 400 metros del complejo de esparcimiento formado
por el teatro y el anfiteatro, se sitúa el circo, también
fuera de las murallas. Se trata de un lugar para celebrar las carreras
de caballos, un espectáculo muy popular entre los romanos.
Parece que su construcción se inició en época
de Tiberio, aunque posteriormente fue objeto de varias intervenciones.
Se trata de una estructura de planta ovalada, con el extremo oeste
formado por una línea recta que se curva en sus ángulos,
y el extremo este con forma de semicircunferencia.

La fachada monumental, que no se ha conservado, se
abría en el costado occidental, donde también se situaban
las cárceres, los recintos que daban salida a los carros.
En una de ellas apareció una inscripción que hace
alusión a la intervención realizada en el edificio
en época de Constantino I. Las gradas tenían capacidad
para 30.000 espectadores. Al igual que en el teatro y el anfiteatro,
éstos se distribuían en la ima cávea, la media
cávea y la summa cávea, en función de la clase
social.

La cávea ha llegado hasta nosotros en muy mal
estado de conservación. En medio del eje longitudinal, enfrentadas,
se encontraban dos tribunas, una destinada a los gobernantes de
la ciudad, y la otra para los jueces. En el medio de la harena se
puede ver la spina, la plataforma que divide en dos la pista de
carreras, alrededor de la cual se daba la vuelta.

El puente romano sobre el río Guadiana
Aunque no se tiene constancia de la fecha de su construcción,
lo cierto es que el puente sobre el flumen Ana, el "río
de los patos", como era conocido en época romana el
Guadiana, no debió estar muy alejado de la fecha de fundación
de la ciudad. Su construcción debió llevarse a cabo
en época de Tiberio (14 - 37 d. C.) o Claudio.

Se trata de un impresionante puente, que en época
romana contaba con 62 arcos de medio punto, distribuidos a los largo
de 755 metros. Algunos pilares se encuentran horadados con otros
arcos más pequeños, para aliviar la presión
del agua. Además, junto a algunos pilares hay grandes tajamares
curvos, que tienen el mismo fin. El núcleo del puente es
de hormigón, que se encuentra revestido con sillares de piedra.

El proyecto original consistió en la construcción
de tres puentes, que salvasen las diferentes corrientes del cauce
del río. En una segunda fase, se proyectó la unión
de los tres, y se construyó un dique en la orilla de la ciudad
así como un tajamar, que no se ha conservado, en el lugar
en el que hoy se encuentra una rampa de acceso a La Isla, para disminuir
la fuerza de la corriente.

El Acueducto de los Milagros y el Castellum aquae
El complejo hidráulico que abastecía
a la colonia se inicia en el embalse de Proserpina, situado a unos
4 km. al noroeste de la ciudad. El agua se canalizaba hacia la ciudad
por medio de un conducto de unos 10 kilómetros. Inmediatamente
antes de que el agua entrase en el acueducto, pasaba por una piscina
limaría, un desarenador, cuyos restos todavía pueden
verse, y que servía para eliminar las impurezas del agua.

El Acueducto tiene una longitud de 827 metros de largo,
y 25 de alto, que permiten salvar la depresión formada por
el valle del río Albarregas. Está construido con un
núcleo de hormigón, y revestido con hileras que alternan
piedra y ladrillo. Todos los arcos que enlazan los diferentes pilares
son de ladrillo, a excepción del que se levanta sobre el
río, que es de granito.

Con respecto a su cronología, se pueden rastrear
dos fases, aunque no todos los autores están de acuerdo con
esta teoría. La parte inferior del mismo, con los sillares
colocados en forma de soga y tizón, sería de época
augustea, y la parte superior, mucho más irregular, se corresponde
al s. III d. C. Es posible que la estructura original se arruinase
y se tuviese que volver a construir, reutilizando los materiales.

Al otro lado del acueducto se encuentran los restos
de la torre de distribución del agua, el Castellum aquae.
Es un edificio de planta cuadrangular, muy mal conservado, desde
donde se iniciaban las canalizaciones del agua para distribuirla
a la ciudad.
El pórtico del foro municipal
La colonia de Augusta Emérita contaba con dos
foros, el municipal, y el provincial. En el foro municipal de la
colonia había un pórtico con un espacio ajardinado,
el templo de Diana, unas termas, una basílica y edificios
administrativos. Los restos más significativos se corresponden
a los dos primeros.

El pórtico, realizado en el s. I d. C., se ha
conservado de forma parcial. Era muy semejante al del Foro de Augusto
de Roma. Se trataba de un jardín compuesto por un estanque
central, y dos calles que formaban una cruz, pavimentadas en mármol,
y rodeadas por el pórtico. Éste se compone de unas
columnas de orden corintio que sostienen un ático con clípeos
que albergan las cabezas de Júpiter Ammón y de Medusa,
separadas por unas metopas con altorrelieves de las cariátides.
El muro que cerraba este espacio en uno de sus lados alberga varias
hornacinas en donde se situarían estatuas propagandísticas
del emperador y su familia.

El Templo de Diana
Muy cerca del antiguo decumanus maximus se encuentra
el templo de Diana. Se trata de una construcción levantada
durante el periodo tiberiano. En realidad, aunque se conoce como
templo de Diana, lo más probable es que estuviese dedicado
al culto del emperador, como parece indicar su situación,
cercana al foro municipal, y las estatuas encontradas en las excavaciones.
Se trata de un edificio períptero, hexástilo
y de planta rectangular. En las excavaciones se han encontrado restos
de estuco en el pódium sobre el que se levanta el templo,
el arquitrabe, el friso y la cornisa, lo que indica que estas partes
estuvieron pintadas. A la cella se accedía por una escalera
situada en su frente principal, que no se han conservado. Las columnas
son de orden corintio. Sobre los capiteles hay una cornisa que concluye
en un zócalo, con una moldura similar.

Su fachada principal se corona con un sencillo frontón,
con un arco de descarga en forma de medio punto que nunca fue visible,
a pesar de que hoy se nos presente como tal. En el siglo XVI en
la cella se levantó el Palacio de los Corbos, una singular
construcción que todavía puede verse y que en parte,
evitó la degradación de las ruinas.
El Arco de Trajano
El arco de Trajano se abría a modo de acceso
monumental del otro foro de la colonia, el provincial, al final
del cardo maximus.

Técnicamente, se trata de una estructura conformada
por dos arcos de medio punto paralelos, que forman una bóveda
de cañón de unos 3 metros de longitud. Seguramente
se encontrase recubierto de placas de mármol e inscripciones
epigráficas.

Los últimos estudios arqueológicos
fechan su construcción durante la época del emperador
Tiberio.
El Museo Nacional de Arte Romano

Uno de los platos fuertes de la Mérida Romana
es, sin duda el Museo Nacional de Arte Romano donde, en sus casi
medio millar de metros cuadrados, se exponen innumerables obras
de arte procedentes de siglos de hallazgos y excavaciones.

Además del ámbito escultórico,
que es el más importante, abundan en este museo piezas arquitectónicas,
numerosos mosaicos, restos de importancia de pintura romana, cerámica,
vidrio, monedas, joyas, etc.

Más
información del Museo
Nacional de Arte Romano 
Mérida Medieval
Como ocurre
en estos lugares donde predominan los monumentos antiguos o de otras
épocas no medievales -nos viene a la memoria el caso de las
ciudades jienenses de Baeza y Úbeda, con sus maravillas renacentistas-
el patrimonio medieval pasa a un segundo plano, a pesar de la importancia
que pueda tener.

En este apartado dedicado
a la guía monumental medieval de Mérida nos ocuparemos
de tres muy interesantes monumentos. Nos referimos a la iglesia
de Santa Eulalia que es un crisol de estilos artísticos y
de las huellas de las distintas civilizaciones que han pasado por
Mérida, la concatedral de Santa María, que es un importante
templo gótico que suele pasar, si cabe, más desapercibido
y, por último, la Alcazaba musulmana.

También hay que hacer
una reseña del Museo del Arte y la Cultura Visigoda.

Iglesia
de Santa Eulalia de Mérida
La iglesia de Santa Eulalia
de Mérida es uno de los templos cristianos más interesantes
de Extremadura. En este edificio han quedado huellas de las distintas
culturas y civilizaciones que han poblado España y que han
hecho de Mérida uno de sus principales joyas.

Y es que en la iglesia de
Santa Eulalia nos encontraremos con valiosos elementos del mundo
romano (paleocristiano), visigodo, románico, gótico
y mudéjar, sin contar con añadidos posteriores.
La historia conocida de
la iglesia de Santa Eulalia comienza tras la reconquistada cristiana
del año 1230 por Alfonso IX. Sabemos
que poco después de la toma de la ciudad, los cristianos
vencedores aprovecharon las ruinas de la iglesia paleocristiana
y visigoda (construida para guardar las reliquias de Santa Eulalia)
para acometer una ampliación.
La iglesia consta de tres
naves separadas por grandes pilares con columnas adosadas cuyos
capiteles son visigodos que soportan los arcos formeros apuntados.
El ábside principal
es de planta semicircular en el interior y plano en el exterior.
Es precisamente en la cabecera
donde se encuentran los restos de la basílica paleocristiana
y visigoda, ya que el resto básicamente corresponde a la
construcción del siglo XIII en adelante.

En el muro meridional, la
iglesia de Santa Eulalia de Mérida muestra uno de las portadas
románicas más meridionales de España.

Tiene la particularidad
de que las arquivoltas no son de medio punto estricto sino que insinúan
la herradura, probablemente por influencia mudéjar. Dichas
arquivoltas -que son de gran austeridad- apoyan sobre columnas de
tipología románica y capiteles con decoración
vegetal.
El conjunto está
flanqueado por dos contrafuertes que se unen por un tejaroz con
canecillos simples.

Cripta de Santa Eulalia
Excavaciones de la última década del
siglo pasado han descubierto todo un universo arqueológico
en el subsuelo de la basílica de Santa Eulalia, que actualmente
se puede visitar, junto al Centro de Interpretación de Santa
Eulalia, pequeño museo con paneles donde se exhiben numerosas
piezas visigodas como pilastras, fragmentos de canceles, cimacios
de columnas, etc.

La Cripta muestra toda la secuencia histórica
de este emblemático lugar:
