Albarracín
es uno de los pueblos más pintorescos de España,
declarado Conjunto Histórico Artístico.
El lugar es único
por su entramado de serpenteantes y empinadas calles medievales,
su hermoso entorno, sus vistas asombrosas
No en vano se
encuentra a 1.171 metros de altitud y es una ciudad construida
sobre la misma montaña a la que rodea el río Guadalaviar.
La catedral de Albarracín
original debió construirse en estilo románico o
mudéjar a finales del siglo XII tras su reconquista.
Sin embargo la actual catedral (Monumento Nacional desde el 22
de junio de 1961) es de pleno siglo XVI. Aunque muestra severas
formas renacentistas exteriores, el abovedamiento es tardogótico
a base de crucería estrellada que se atribuye al arquitecto
francés Pierres Vedel. En Esta iglesia también trabajó
el arquitecto Martín de Castañeda.
El
templo es de una sola y amplia nave con capillas entre los contrafuertes.
A través del claustro se pasa al Palacio Episcopal.
La torre campanario es
el elemento más tardío. Es obra de 1595. Tiene cuatro
cuerpos, siendo los tres inferiores de planta cuadrada y el remate
final de planta octogonal.
La nave y su claustro
fueron posteriormente redecorados a comienzos del siglo XVIII
con apariencia barroca.
En su interior, destacan
la Capilla del Pilar y el retablo del Altar Mayor y el de la Capilla
de San Pedro.
También hay que
visitar el Palacio Episcopal que alberga el Museo Diocesano, con
buena colección de orfebrería, tapices y otras obras
de arte.
No obstante, la visita
a la catedral de Albarracín es un excusa más para
visitar una de las localidades con más encanto de la península,
además de ser el principal punto de partida para visitar
la magnífica Sierra de Albarracín.