Catedral
de Castellón (Concatedral de Santa María de la Asunción
de Castellón)
Es incorrecto llamarla catedral
de Castellón pues realmente es concatedral, ya que comparte
con la de Segorbe la sede del Obispado Segorbe-Castellón,
desde 1960. Hasta esa fecha, Castellón perteneció
a la Diócesis de Tortosa.
La historia de la concatedral
de Castellón está repleta de avatares. Inicialmente
se construyó una iglesia gótica a finales del siglo
XIII. Tras un incendio, fue reconstruida en el XV para ser finalizada
en 1549.
De nuevo fue demolida en
la Guerra Civil Española y reconstruida a partir de 1939
por los arquitectos de la familia Traver como un edificio nuevo
con formas neogóticas que, afortunadamente, aprovechó
las antiguas portadas originales góticas que se salvaron.
La fachada occidental muestra
tres portadas góticas, más una pareja de ventanales
agudos y un óculo central.
Más
interés tienen las puertas laterales que son las originales.
La meridional parece más antigua. Tiene arquivoltas apuntadas
y hay que fijarse en la filigrana de la imposta corrida sobre la
que apean las arquivoltas.
La septentrional es similar
pero lleva un tímpano sobre arco carpanel con la figura de
la Virgen y el Niño.
También tiene buena
escultura -aunque desgastada- que muestra ángeles cabecitas
de personajes humanos y hojarasca gótica (hojas de parra,
especialmente)
Otro
de los atractivos de la catedral de Castellón es su torre
campanario llamado el "Campanar de la Vila", auténtico
emblema de la ciudad, aunque popularmente se llama El Fadrí,
(el soltero), al estar exenta.
El Fadrí es una austera
torre de planta octogonal construida entre 1594 y 1604.
Su gran altura contrasta
con su gran simplicidad decorativa, pues sólo se anima con
impostas que la anillan y definen sus sucesivos cuerpos y las troneras
con arco de medio punto ubicadas en el piso superior.