Guía de la Catedral de Braga, Portugal
Introducción a la historia de la ciudad
de Braga
El
monumental casco antiguo de La ciudad de Braga se localiza al
norte de Portugal. Se trata de una urbe con más de dos
mil años. Bajo el nombre de Bracara Augusta en época
romana, fue capital de la provincia romana de Gallaecia durante
el mandato de Diocleciano.
A partir de entonces, la ciudad experimentó
un gran florecimiento como ciudad administrativa y, posteriormente,
como sede episcopal. A lo largo de la Antigüedad, la topografía
urbana sufrió muchos cambios, no solo por la construcción
de la muralla, sino también de la instrucción del
Cristianismo en la topografía, que llevó a la construcción
de nuevos edificios.

Durante la Antigüedad tardía la ciudad
mantuvo su carácter administrativo y religioso, además
de una activa vida económica de la que dan muestra las
importaciones documentadas en las excavaciones arqueológicas,
que evidencian un comercio evidente con el Mediterráneo.
Bracara se localiza en un cruce de rutas naturales que la convertían
en un enclave muy bien ubicado y comunicado.
Brraga es una de las ciudades más antiguas
del país luso y con una fuerte tradición cristiana,
siendo también conocida con el nombre de Ciudad de los
Arzobispos o la Roma portuguesa. Además, los diversos conflictos
políticos que se dieron a lo largo de los siglos en la
ciudad conllevaron la construcción de varias murallas de
diferentes periodos, como son el romano, altomedieval y bajomedieval.
Del periodo visigodo nos ha llegado la joya de San Fructuoso de
Montelios.

Hay que señalar que actualmente Braga es una
urbe con un gran dinamismo estudiantil, al ser ciudad universitaria,
pero a lo largo de los siglos ha tenido muchas remodelaciones
que la han llevado a contar con un gran número de monumentos
desde época romana pasado por lo medieval hasta la actualidad,
si bien el periodo barroco es el más representado.

Casco histórico de Braga
En el casco histórico, son la Rua do Souto
y la Rua Dom Diogo, las calles que cruzan el centro de la ciudad.
Estas conectan con los puntos más emblemáticos del
casco antiguo, como la Catedral, el lugar más significativo
del centro histórico de la urbe. Además, en el casco
antiguo podemos visitar la Casa do Raio, una casa-palacio de estilo
rococó construida a mediados del siglo XVIII; en su fachada,
recubierta posteriormente con azulejos, se puede apreciar una
interesante mezcla entre los azulejos y la decoración barroca
de sus ventanas de origen.

Otros de los espacios interesantes del casco histórico
es el Jardín de Santa Bárbara, ubicado junto al
conocido como Palacio Episcopal de Braga, datados en el siglo
XVII, y en los que se puede disfrutar de sus paseos empedrados
y de un gran número de plantas y flores. Además,
no podemos olvidarnos de un gran número de edificios religiosos
barrocos en varias de sus calles (como, por ejemplo, la iglesia
de la Santa Cruz o la basílica de los Congregados), así
como otros edificios significativos como la Cámara Municipal.

Conjunto catedralicio de Braga
Introducción
La Catedral o Sé de Braga fue construida sobre
otra construcción religiosa que, probablemente, fue la
anterior catedral. Tenemos que tener presente que la diócesis
de Braga está confirmada históricamente desde el
siglo V d.C.
Un nuevo templo comenzó a edificarse a finales
del siglo XI, concretamente en el año 1070, siendo la primera
catedral del país luso. Fue consagrada en el año
1089 por el obispo D. Pedro. De este edificio no nos ha llegado
nada.

En 1128 se reconstruyó el templo anterior
por iniciativa de Paio Mendes. Para algunos autores, el proyecto
era faraónico, con cinco naves, transepto de tres y una
gran cabecera. Quizás por el terremoto de 1135 o por falta
de medios, el templo catedralicio de Braga terminó por
acometerse de manera mucho más modesta.

No fue éste el único avatar de la catedral
bracarense porque otras obras se extendieron a lo largo de una
centuria y posteriormente sufrieron remodelaciones y modificaciones
a lo largo de muchos siglos.

Por ello, el templo es una mezcla de estilos artísticos,
ya que desde su edificación ha sufrido diversas remodelaciones.
Así, podemos resumir que su estructura es básicamente
de estilo románico, su recubrimiento es de estilo manuelino
(desarrollado en Portugal en el siglo XVI) y gran parte de la
decoración barroca.

La catedral también se conoce bajo la denominación
de Catedral de Santa María de Braga, haciendo alusión
a su advocación.

Arquitectura
El edificio actual, de planta de cruz latina, presenta
tres naves de seis tramos y transepto, además de dos torres
(muy reformadas en los siglos siguientes).
Época románica
De época románica se conservan la llamada
"Puerta del Sol" construida en la fachada meridional,
parte de la gran portada occidental, las naves y un absidiolo
en el claustro de Santo Amaro. Sin embargo, la cabecera fue casi
completamente rehecha en siglos posteriores.

Las naves están cubiertas al interior con
techumbre de madera a dos aguas soportada por una estructura de
arcos diafragma que nacen de los pilares compuestos de donde también
surgen los formeros que dividen el cuerpo en tres naves.

La cabecera está compuesta por de cinco capillas
(el Alta mayor y dos capillas laterales a cada lado). El conjunto
es bastante austero y sigue los esquemas de las iglesias benedictinas.
Hay que tener presente que dos de sus principales promotores,
San Geraldo y Don Mauricio Brudino eran parte de dicho movimiento
religioso.

Los capiteles, de manera general, están decorados
con temas vegetales y animales. Tiene una fuerte inspiración
en la arquitectura románica francesa del Languedoc y Auvernia.

La portada románica occidental era de grandes
dimensiones aunque se encuentran mutiladas algunas arquivoltas
al incrustarse bajo ella una nueva puerta gótica con arco
conopial.

Conserva en dos de sus arquivoltas una gran colección
de relieves con temática zoomorfa: cuadrúpedos que
capturan otros animales, leones, aves, una sirena pez, etc. Otro
de los relieves muestra a un músico con su fídula.
El guardapolvos es taqueado.

Por su parte la Puerta del Sol del costado sur dispone
de tres arquivoltas, dos de ellas decoradas con elementos vegetales
y símbolos solares. El guardapolvos también tiene
copiosa y menuda decoración. Los soportes son dos pares
de columnas que junto a las jambas interiores soportan un interesante
tímpano donde aparece un óculo calado con una cruz
patada en el centro.

Siglo XV
En el siglo XV, el gótico cobró importancia
en Europa, y este edificio también sufrió remodelaciones
en ese momento. Así, durante este periodo se edificó
el pórtico occidental de la entrada del templo, cuya construcción
se terminó durante la centuria siguiente. Además,
en la fachada exterior de este pórtico o exonártex,
en la parte superior, se localizan siete hornacinas con imágenes
de los santos Pedro y Pablo, de los arzobispos de Braga y una
imagen del Ángel de la Guarda de Braga en el centro empuñando
una espada y sosteniendo el escudo de la ciudad.

En el siglo XVI, el pórtico fue cerrado con
una reja de forja encargada por el arzobispo D. Diogo de Sousa,
lo que llevó a la destrucción de dos arquivoltas.
También es de este momento la capilla mayor.
En dicha capilla Mayor destaca la imagen de Santa
María de Braga, del siglo XV.
Siglo XVI
Durante la centuria siguiente, es decir, en el reinado
de D. Manuel, se añadieron al templo algunos elementos
como la preciosa pila bautismal o un nicho con la estatua de Nossa
Senhora do Leite (su construcción se atribuye a N. Charentenne).

Siglos XVII y XVIII
Ya en época barroca se abren grandes ventanales,
además de transformarse los altares donde destaca su decoración
interior en madera dorada. Los muros interiores se cubrieron de
estuco y pinturas. Además, en la fachada se colocó
el gran escudo de armas del arzobispo D. Rodrigo de Moura Teles,
el edículo y el coronamiento de las torres, fechados en
las primeras décadas del siglo XVIII. Salvo la capilla
mayor, el resto de las capillas de la cabecera del templo se mantuvieron
hasta mediados del siglo XX tal y como se modificaron en el XVIII.
De esta época -siglo XVIII- La catedral tiene
en su interior dos espectaculares órganos de tubo, uno
de 1737, el órgano del Evangelio, y otro de 1739, el órgano
de la Epístola, ambos obra del organero gallego Simón
Fontanes y decorados en talla por Marceliano de Araújo.

Mención aparte merece el conjunto de las campanas
de la catedral. El primer carillón fue inaugurado en el
siglo XVII. Los diferentes arzobispos de Braga fueron añadiendo
campanas, hasta convertirlo en uno de los mayores de Portugal.
Se han contado más de 200 campanas a lo largo del periodo
de vida de la catedral, reunidas en el museo de la Catedral. Precisamente,
la catedral cuenta con un museo de arte sacro donde se conservan
reliquias diversas.
Siglo XVII
En cuanto al claustro, data de principios del siglo
XIX y reemplazó a otro de época gótica que
estaba en ruinas. Aquí se exponene un buen número
de capiteles románicos descontextualizados.

El conjunto de capillas exteriores
En la catedral de Braga encontramos una serie
de capillas adosadas al templo catedralicio por su costado septentrional
cuyo aspecto es el de iglesias independientes. Se puede tener
una visión de conjunto desde este espacio norte conocido
como Claustro de San Amaro.
Capilla de San Geraldo
De todas ellas, destaca la capilla de San Geraldo.
De la primitiva obra apenas quedan restos. Fue mandada construir
por el arzobispo Geraldo de Moissac en honor de San Nicolás.
Tras la muerte del arzobispo y de su canonización, el arzobispo
Fernando da Guerra, en el siglo XV, dedicó la capilla a
San Geraldo.
La capilla conserva su estructura similar a un templo
gótico que se ubica al norte de la cabecera catedralicia.
Su imafronte tiene una puerta de finas arquivoltas apuntadas y
sobre ella hay un ventanal bíforo.

El interior conserva una abigarrada decoracón
barroca, atribuyéndose los azulejos que la ornamentan a
Antonio de Oliveira (siglo XVI-XVII). En esta capilla está
enterrado, además, Rodrigo de Moura Tales, arzobispo de
la ciudad (siglo XVIII).
Entre esta capilla y el brazo norte del transepto
del templo catedralicio existe un ábside románico
abierto que debió pertenecer a un proyecto abortado. Su
arco triunfal es semicircular peraltado y bajo él hay dos
gruesas columnas. En el hemiciclo y en la bóveda de cuarto
de esfera se conservan algunas pinturas varios siglos posteriores.

Capilla de la Gloria
Otra de las capillas reseñables es la de Nuestra
Señora de la Gloria. Está anexa a la de San Geraldo
por su costado norte, siendo más pequeña que ésta.
Su construcción fue encargada por el arzobipo
Gonzalo Pereira en el siglo XIV para albergar su monumento funerario.
Así, el Papa Juan XXII le concedió una bula que
permitió gastar 6000 florines de oro de las rentas para
la construcción de la capilla. La tumba, también
de estilo gótico, fue realizada por los escultores Maestre
Pere y Telo Garcia, y es similar a la tumba de la Reina Santa
Isabel que se localiza en Coimbra.
Exteriormente, también presenta aspecto gótico
muy austero con sus cornisas repletas de almenas. Adosada a su
fachada norte encontramos una torre de aspecto militar.

Capilla de los Reyes
Otra de las capillas que merece la pena mencionar
es la de Los Reyes. De estilo gótico, en ella se encuentran
las tumbas de Enrique de Borgoña y Teresa de León,
padres de Alfonso I de Portugal, así como la tumba del
arzobispo de Braga Lorenzo Vicente.
