Colegiata
de Santa María de Valladolid
La colegiata de Santa María
de Valladolid se erigió a finales del siglo XI dentro del
románico pleno propio de las fechas en que se funda la ciudad
de Valladolid. Se especula sobre si sería una notable construcción
de tres naves al estilo de Frómista, San Isidoro de León
y otras nobles construcciones del Camino. Más bien parece
que pudiera ser una típica iglesia de una nave como la de
El Salvador de Sepúlveda, también contemporánea.

El caso es que a comienzos
del XIII se decidió reconstruir la iglesia con tres naves
separadas por pilares cruciformes y cabecera de tres ábsides
semicirculares. Extrañamente, se califica este segundo templo
como gótico, atendiendo a la fecha de construcción,
cuando la planta es todavía típica del románico.
Vestigios
de la primera colegiata del siglo XI
De
la primitiva fábrica románica del siglo XI sólo
nos queda parte de la torre. A la vista se aprecia que es de perfecta
sillería y tiene dos cuerpos. El inferior es liso, mientras
que el superior tiene, en cada cara, un vano ajimezado con dos arcos
lisos que apoyan en columnas laterales y en otra común o
mainel. Tanto la imposta de separación de los cuerpos como
la prolongación de los cimacios son de un noble ajedrezado.
Las esquinas debieron llevan columnas adosadas, pues todavía
se aprecian fragmentos de ellas.
Por lo que queda de esta
torre, podemos sacar algunas conclusiones. Por un lado, se trata
-dadas sus proporciones y estructura compacta- de un campanario
construido sabiamente según los cánones del románico
pleno difundido por el Camino de Santiago y obviamente relacionada
con la de Simancas.

Por otro, podemos suponer
que esta torre influyese en los majestuosos campanarios tardorrománicos
de Santa María de la Antigua y San Martín, al menos,
un siglo posteriores.
Vestigios
de la segunda colegiata del siglo XIII y Museo Diocesano Catedralicio
No mucha mejor suerte que
la primera corrió la segunda iglesia del XIII, pues de ella
se conservan restos parciales. Del templo sólo queda parte
de los muros perimetrales norte y oeste, además de la silueta
de su planta, observable más por imágenes aéreas
que in situ, ya que hay plantados árboles en el lugar que
ocupaban los pilares y también el contorno de los muros se
han dejado señalados por arbustos.

Adosadas al lado occidental,
se construyeron en el siglo XIV una serie de capillas, ya góticas,
que han sido reconvertidas, desde 1965, en el Museo Diocesano y
Catedralicio de Valladolid, del que nos ocuparemos posteriormente.
Lo más interesante,
desde el punto de vista románico es la esquina del claustro
y la portada que, dentro ya del citado museo, comunicaba aquél
con la nave de la Epístola de la colegiata.

Tiene esta preciosa puerta
las características de buena parte de las existentes de comienzos
del siglo XIII, donde las arquivoltas - por influencia de los monasterios
cistercienses y premostratenses que se construyen en España-
pierden el trazado semicircular convirtiéndose en apuntadas
y la decoración se basa en un geometrismo basado en el zigzag
(seguramente influencia del románico atlántico, francés
e inglés) y las puntas de clavo o diamante.

Una de las particularidad de esta puerta es que a diferencia de
lo que es habitual en estas puertas tardorrománicas donde
prevalecen lo motivos vegetales, aquí los capiteles son historiados
en base a una colección de bien esculpidos animales, donde
son protagonistas las aves.
Además de esta portada,
una vuelta tranquila por estas capillas funerarias acondicionadas
como museo nos permitirá conocer un buen número de
importantes obras de arte medievales y modernas provenientes de
diversas iglesias de la diócesis. En el plano medieval destacan
dos sepulcros del siglo XIII (provenientes del vallisoletano monasterio
de Palazuelos), varios cristos góticos en madera y otras
tallas como Santa Ana y la Piedad, retablos, etc.
Por último, diremos
que tras varios intentos más o menos frustrados se erigió
en el siglo XVI la actual catedral herreriana (no terminada completamente)
adosada a nuestra colegiata medieval. Mientras que el templo románico
gótico se orientó canónicamente hacia el este,
la iglesia renacentista oriento su cabecera hacia el noreste.

Más
información del Museo
Diocesano y Catedralicio de Valladolid
