Colegiata
de Torrijos
Torrijos es
una de las principales localidades de la provincia de Toledo, siendo
una ciudad grande y moderna, a sólo 28 kilómetros
al noroeste de la capital.

Su
principal monumento es su colegiata conocida como del Santísimo
Sacramento. Se trata de un enorme y monumental edificio de comienzos
del siglo XVI, considerado como de lo mejor de la arquitectura histórica
de la provincia de Toledo. En lo estilístico combina, como
veremos a continuación, varios estilos arquitectónicos.
Se dice que
está construida sobre el solar de una mezquita musulmana
aunque probablemente existiera algún modesto edificio mudéjar
entre estas dos etapas.

El edificio
actual fue mandado edificar por Doña Teresa Enríquez para
servir de sede a la cofradía del Santísimo Sacramento, entre los
años 1509 y 1518. El conjunto arquitectónico se atribuye
a Antón Egas con la participación de Alonso de Covarrubias, aunque
no se han conservado documentos que lo acrediten.

Descripción
de la colegiata

Interior
La Colegiata
de Torrijos tiene una planta rectangular de tres naves de ocho tramos
cada uno más cuatro capillas laterales. La nave central es
bastante más alta que las colaterales, lo que permitió
su iluminación directa mediante grandes ventanales de arcos
apuntados que cobijan otros menores de medio punto y tracería
ya renacentista.

Todos los arcos
son apuntados, mientras que las bóvedas de la nave central
son de crucería con terceletes salvo los de la cabecera y
los tramos próximos que son estrelladas. Por su parte, el
abovedamiento de las naves laterales es de crucería sencilla.
Los pilares de sustentación son fasciculados con finísimas
columnillas adosadas de estilo gótico.

La piedra empleada
-de color rosáceo claro- junto a los muros que fueron enfoscados
de color blanco, el suelo marmóreo y los ventanales citados
hacen de este edificio -básicamente tardogótico- un
espacio enormemente diáfano e iluminado. Esto permite la
esmerada contemplación de los detalles arquitectónicos,
así como sus obras de arte: retablos, cuadros, imaginería,
etc.

En
el interior, también son muy importantes algunos elementos
muebles, sobre todo el retablo de la cabecera, atribuido a Juan
Correa de Vivar. Consta de doce tablas pintadas que relatan la vida
de Jesús, flanqueadas por estatuas de personajes sagrados
con sus respectivos atributos. Protagonizando dicho retablo encontramos
dos grupos escultóricos de gran realismo y sentido de la
perspectiva, con las escenas de la Última Cena y la Crucifixión.

Otros
puntos de interés son la Sacristía, la Capilla de
San Gil, el coro y el sepulcro de Gutierre de Cárdenas y su esposa
Teresa Enríquez.
Hay
que recordar aquí que Gutierre de Cárdenas fue uno
de esos personajes que adquirieron fama y fortuna gracias al servicio
prestado a los Reyes Católicos en la conquista del Reino
de Granada. Posteriormente serviría a estos monarcas en delicados
asuntos de alta política.

Exterior

En
el exterior se aprecian perfectamente los arbotantes empleados para
consolidar el equilibrio de las bóvedas de crucería.
Este artificio arquitectónico -de clara identidad gótica-
se combina con la estética renacentista gracias a los pináculos
que muestran ya decoración clasicista.

Como
clasicistas son las dos puertas principales, tanto la occidental
como la del muro meridional.
En
efecto, estas portadas de estilo plateresco, son de extraordinaria
importancia y su probable autor sería Alonso de Covarrubias.
La
del muro meridional es la más sencilla. Se organiza mediante
un arco semicircular rodeado por piastras y decoración superior,
rematada por el relieve de un cáliz con una sagrada forma,
pues no olvidemos que esta iglesia está dedicada, como ya
apuntamos, al Santísimo Sacramento.

La
fachada occidental es la más importante y en ella parece
que el citado autor ensaya -un tanto caóticamente- formas
aprendidas indirectamente del mundo renaciente italiano.
El
conjunto está retranqueado tras un gran arco de medio punto
muy decorado. La estructura asemeja a un gran arco de triunfo romano
(típico del momento renacentista en que se construyó).
El vano de entrada tiene arco semicircular flanqueado por columnas.
En el cuerpo superior son protagonistas las hornacinas con cupulillas
aveneradas La hornacina central muestra, de nuevo, la sagrada forma
encima de un cáliz.
Por
encima aparece el frontón triangular también repleto
de huecos y rematado por todo tipo de elementos renacientes.

Una
de las curiosidades de esta portada es la colocación de algunos
capiteles califales "de avispero" propios del siglo X
y que aquí se emplearon como basas para las columnas.

En
la cornisa de esta fachada podemos observar, a pesar de su altura,
un par de gárgolas con la anatomía de dragones o bestias
aladas con plumaje y fauces abiertas con temibles colmillos.

El
ancho y alto campanario -alcanza los cuarenta metros- se sitúa
en la esquina noroeste del templo. Es de gran volumen aunque de
formas enormemente austeras.

