Catedral
de Cuenca
La catedral
de Cuenca es uno de los edificios más particulares de la
Edad Media española y mucho se ha escrito acerca de ella
para explicar su presencia en estas tierras ásperas de la
Castilla Meridional.
Cuenca fue conquistada por
Alfonso VIII de Castilla en el año 1177. A continuación
la Mezquita fue cristianizada como era habitual hasta que se pudieran
acometer las obras de un templo ex-novo de tipología cristiana.
Esto debió suceder entre diez o veinte años después.
En 1208 se había
consagrado el Altar Mayor por lo que la cabecera debió estar
construida completamente para esa fecha.
Tradicionalmente,
y como sucede con otros edificios un tanto exóticos y foráneos
construidos en Castilla en aquella época (por ejemplo la
fachada de Santo Domingo de Soria) se ha vinculado con la esposa
del monarca, Leonor Plantagenet.
Como tradicionalmente se
ha adscrito la Catedral de Cuenca a la corriente franconormanda,
o más acertadammente de la Īle-de-France, de la segunda mitad
del siglo XII, se piensa que la reina Leonor inducuría que
en ella participaran arquitectos del norte de Francia, que conocían
lo que se realizaba en Laon.
El caso es que se trata
de un edificio que, salvo peculiaridades y simplificaciones, se
puede incluir en la categoría de Primer Gótico francés,
es decir, perteneciente a esa corriente del siglo XII previa al
gótico clásico y que tiene sus mejores exponentes
en catedrales francesas como Laon, Soissons y París.
La iglesia original debió
tener una cabecera de cinco ábsides escalonados, siendo el
central muy desarrollado, aunque esta parte, como veremos, sufrió
una importante transformación en el siglo XV.
Esta cabecera se unía
a un transepto bastante prolongado y un cuerpo de tres naves.
En el crucero, se levantó
una bóveda octopartita que sirve de apoyo a la gran torre
del Ángel. Ésta es de base cuadrada en su primer tramo
y octogonal en el superior.
Exterior
de la catedral
No es mucho lo que se aprecia
de la catedral de Cuenca en su vertiente exterior ya que se encuentra
agobiada por distintas construcciones, además de haber sufrido
bastantes transformaciones.
Lo más notorio es
la gran fachada principal neogótica construida por Vicente
Lampérez a comienzos de siglo XX (1910). Esta fachada había
llegado a comienzos del siglo XX con elementos originales de época
gótica y otros barrocos del siglo XVIII. Sea como fuera,
en 1902 se derrumbó la torre del Giraldo y se llevó
por delante parte de esta fachada (además de algunas vidas).
Así surgió el proyecto para realizar un nuevo cerramiento
de las naves. Lampérez se ocupó de la obra que también
quedó inacabada, extremo que se aprecia en las torres inconclusas
y en una serie de motivos ornamentales no rematados completamente.
Esta espectacular fachada,
según su autor, pretendió reproducir la original.
Tiene tres puertas de arco apuntado y por encima un piso con arcos
apuntados y en medio un rosetón que imita completamente el
del hastial norte del transepto. El remate está protagonizado
por una galería porticada.
Otro elemento importante
que se aprecia es el aspecto exterior de la Torre del Ángel
que muestra en el exterior dos cuerpos superpuestos. El primero
sólo se anima con un ventanal bíforo en cada cara
con su respectivo mainel con columnilla. El piso superior muestra
cuatro arcos apuntados muy rasgados en cada una de las caras.
De las naves, lo que mejor
se puede contemplar son los muros correspondientes a los tramos
de los pies del muro norte.
Los ventanales de las naves
laterales son óculos circulares con tracerías polilobuladas.
Por su parte los vanos de la nave central también son circulares
y no tienen tracerías. Éstos últimos sólo
llevan una especia de guardapolvos de arco ojival con decoración
floran y rostros humanos en sus arranques. Entre medias se aprecia
perfectamente la estructura de arbotantes.
Interior
de la catedral de Cuenca
El interior de la catedral
es, con mucho, lo más importante e interesante del templo.
Como en tantas catedrales
españolas el coro se ubica en medio de la nave principal
lo que impide una visión de conjunto del templo desde los
pies.
La
cabecera, primera parte de la construcción, sólo conserva
de los siglos XII-XIII el ábside central, pues los laterales
fueron eliminados en el siglo XV para construir una doble girola
ya con la arquitectura y la estética propia del gótico
final (bóvedas estrelladas) pero inspirada en la girola de
la seo de Toledo.
Esta girola de dos naves
se construyó alternando tramos cuadrados y triangulares (no
trapezoidales) como sucede el catedral de Toledo. Los pilares llevan
multitud de finísimas columnillas sin apenas capitel que
se prolongan en innumerables nervios para formar la citada bóveda
estrellada.
Esta
alteración hace mucho más espacioso el templo creando
una cabecera hipertrofiada en comparación con la moderada
superficie de las naves.
Mucho más interesante
es el ábside central que se ha conservado. Tiene planta poligonal
de siete lados y muestra un alzado con un primer piso de arcos muy
apuntados (característica de toda la iglesia) con un segundo
nivel de claristorio con ventanales de medio punto. El abovedamiento
de esta capilla se lleva a cabo con sexpartitas, típica cubrición
del primer gótico.
Los apoyos de los nervios
son grandes pilares cilíndricos encapitelados y otros mucho
más estrechos fasciculados con columnillas. Esta alternancia
de apoyos y que ha extrañado a muchos es consecuencia de
que en las bóvedas sexpartitas el apoyo que recibe el arco
perpiaño soporta menos peso que los que recogen los cruceros
por lo que es normal que sean más anchos (de hecho esto se
da algunas catedrales góticas francesas como Sens o Bourges).
Las bóvedas sexpartitas
también se extienden a otros lugares del templo, como el
transepto y los dos primeros tramos de la nave central.
A partir de este punto,
las bóvedas se convierten e cuatripartitas, adquiriendo una
tipología más clásica.
Hay que citar que los arcos
empleados en la obra inicial de los siglos XII y XIII son muy apuntados
(de cuatro centros) y que llevan decoración zigzagueada típica
de la arquitectura atlántica aunque también muy presente
en el tardorrománico español. Por su parte los capiteles
son vegetales con cestas bastante limpias y crochets y cogollos
muy salientes.
Otra de las características
más curiosas y mencionadas de la catedral de Cuenca es, precisamente,
el alzado de esta nave central. El primer nivel es el de los arcos
formeros como es preceptivo. Más arriba parece que se tuvo
que improvisar la "fusión" del nivel del triforio
y el claristorio, de tal manera que si bien se abrieron óculos
circulares en el muro para dejar entrar la luz, delante se creo
una grácil estructura de doble arco trilobulado, tracería
circular envuelta por otro arco apuntado. Esta extraña estructura
parece ser una solución de compromiso entre un triforio convencional
pero que al mismo tiempo fuera piso de ventanas y ambas estructuras
no debían molestarse la una a la otra.
Otro elemento curioso es
que esta estructura tiene figuras de ángeles en la base del
parteluz. Estos ángeles aluden a distintas virtudes.