Guía del Convento de Cristo de Tomar,
Portugal
Introducción
El
Castillo Templario y Convento de los Caballeros de Cristo de
Tomar es un sobresaliente conjunto arquitectónico medieval
que ofrece muchos alicientes a quien lo visita. Ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
Como en otras fortalezas cercanas, el castillo de
tomar jugó un importante papel militar para el Reino de
Portugal durante el siglo XII, momento en que esta zona era tierra
de frontera con los musulmanes en la línea de río
Tajo.

Esta fortificación perteneció a la
Orden del Temple desde 1160 hasta su definitiva disolución
en 1312. El rey de Portugal Dinis I supo absorber las tropas y
el patrimonio de los templarios reconvirtiéndolos en una
nueva orden militar fundada para tal efecto: la Milicia de los
Caballeros de Cristo (Orden de Cristo) en 1319.

Los templarios encontraron así en Portugal
una continuidad a su consagrada misión de caballería.
Exteriormente, la cruz de la Orden de Cristo, pasó a tener
los brazos derechos rematados por segmentos perpendiculares.
Como curiosidad añadida, hay que indicar que
la Orden de Cristo terminaría por jugar un decisivo papel
en los descubrimientos portugueses del siglo XV, con el Infante
D. Henrique el Navegante como protagonista, que fue el Gran Maestre
de la Orden de Cristo en aquella época.

En el siglo XVI, durante el reinado de Manuel I se
acometieron importantes modificaciones y construcciones de nueva
planta que engrandecerían el complejo aún más.
También hubo intervenciones hasta el siglo XVII por lo
que el complejo de tomar constituye un verdadero museo de la arquitectura
portuguesa donde se combinan los estilos románico, gótico,
manuelino y renacentista.

El recinto fortificado
El recinto fortificado de tomar se construyó
bajo el dominio del Maestre templario Gualdim Pais. De modo que
esta encomienda templaria posee una zona militar que está
compuesta por una amplia muralla de trazado irregular que rodea
una suave colina. Posee varias torres de planta cuadrada y semicircular.

La alcazaba o castillo propiamente dicho se encuentra
en el extremo oriental del recinto. Tiene planta poligonal, aproximadamente
pentagonal. En la esquina noroeste del castillo se yergue la sobria
torre del homenaje de planta rectangular. Llaman la atención
los alambores que tienen los muros de todo el castillo. Se trata
de engrosamientos de la base para alejar de la superficie mural
a las tropas asaltantes y a sus artefactos ofensivos como las
temibles torres de asalto. Los alambores también complicaban
aún más las tácticas de minado y zapa.

Se considera que algunos de los elementos defensivos
del castillo de Tomar fueron tomados de las tácticas de
poliorcética empleadas durante las cruzadas en Palestina,
donde Gualdim Pais había servido durante cinco años.
Dependencias conventuales
Como en toda encomienda de una orden militar, al
servicio de monjes soldados, junto a las dependencias castrenses,
había que habilitar un espacio conventual donde edificar
una iglesia. En nuestro caso, se construyó la célebre
Charola o Rotonda. A partir de aquí, se fueron añadiendo
claustros y estancias para la vida de los freires y los sirvientes.
La Charola
Llamada así por su forma de planta centralizada,
se trata de la capilla o iglesia conventual construida en el siglo
XII por los templarios. Aunque en ocasiones se afirma que su estructura
se basa en la imitación de la Cúpula de la Roca
de Jerusalén, situada en el solar del antiguo Templo de
Salomón, lo cierto es que este tipo de construcciones de
planta centralizada imitan al Santo Sepulcro de Jerusalén,
edificio que rodea el lugar donde estuvo enterrado Jesucristo
y que fue mandado edificar por el emperador Constantino el Grande
en el siglo IV.

Más concretamente, la Charola o Rotonda de
los Templarios en tomar es un edifico hexadecagonal que envuelve
a otro de menor radio -un edículo- en este caso octogonal
de dos pisos sustentados por ocho pilares con columnas entregas.
Se accede al interior por ocho arcos apuntados sobre semicolumnas
con capiteles románicos fitomorfos y zoomorfos.

El espacio entre ambas estructuras concéntricas
se cubre con una bóveda anular, en decir, una bóveda
de medio cañón curvada en forma circular.

Para hacernos una idea de cómo es por dentro
la Charola de tomar, tenemos en España una iglesia que
recuerda bastante a la portuguesa al tener una "carcasa"
exterior poligonal unida a un edículo interno mediante
una bóveda anular. No estamos refiriendo a la iglesia de
la Vera Cruz de Segovia.
Hay que recordar aquí que el Santo Sepulcro
de Jerusalén tenía planta circular y dentro una
columnata central también redonda que rodeaba el lugar
de la Resurrección. Que el corazón de la Charola
o edículo interior sea octogonal y no circular, es por
el simbolismo del número ocho asociado a la resurrección.

El interior se encuentra adornado con pinturas de
artistas portugueses y con algunas tallas de madera policromada.

La adición de una nave nueva
En el siglo XVI se decidió agrandar la iglesia
conventual que resultaría pequeña e incómoda
por su citada forma centralizada. Para ello se la convirtió
en cabecera de un templo nuevo. Para ello se abrió un vano
de arco apuntado en el muro exterior de la Charola para que sirviera
de arco triunfal. Hacia el oeste se proyectó una gran nave
rectangular.

Entre 1510 y 1513 las obras de construcción
de la nueva iglesia se llevaron a cabo bajo la dirección
de Diogo de Arruda. La obra la terminaría en 1515 otro
maestro, Juan de Castillo, que se encargaría de la gran
portada del muro meridional, la ya citada comunicación
con la Charola y el abovedamiento de la nueva nave mediante crucería
estrellada.
La citada portada sur ocupa la totalidad de la altura
del muro pues se cobija bajo un gran arco angrelado de descarga
que alcanza la festoneada cornisa. La puerta, propiamente dicha
es un vano de arco semicircular que está flanqueado y superado
por todo un conjunto de arcos decorativos de complejo trazado
y estatuas bajo doseletes, pináculos erizados flamígeros,
etc. La escultura principal que preside este retablo pétreo
es la de la Virgen con el Niño.

El estilo artístico al que hay que adscribir
esta suntuosa portada es una fusión entre el gótico
flamígero y las nuevas aportaciones manuelinas.
Pero lo verdaderamente llamativo y célebre
de esta nave del siglo XVI conectada a la Charola románica
es su famosa ventana manuelina ubicada en el imafronte. Es espectacular
el abigarramiento de elementos terrestres y marinos que se complementan
como las imitaciones de corales, con el remate de un escudo del
Reino de Portugal y, por encima, la cruz de la Orden de Cristo.
Fue proyectada también por Diogo de Arruda.

Los claustros
Alrededor de la iglesia se fueron construyendo numerosas
dependencias hasta completar un complejo de tamaño impresionante.
Baste decir que existe un total de siete claustros, la mayoría
de ellos de tamaño considerable. Dos de ellos son góticos.
El primero en construirse fue el claustro del Cementerio, realizado
en tiempos del infante D. Enrique al igual que el claustro da
Lavagem.
Claustro del Cementerio
Es cuadrado, de una sola planta, con cinco tramos
por ala. Tiene arcos agudos sobre columnas pareadas y el podio
y la zona baja de los muros se encuentran decorados con azulejos
blancos y azules de época manuelina.

Claustro de Lavagem
Es el otro claustro gótico que se construyó
en el convento de Tomar. Sus pandas dan acceso a los almacenes
y las cocinas, y encima estaban los dormitorios de los sirvientes.
Consta de dos plantas cuyas pandas se abren al patio central mediante
arcos apuntados sobre pilares, el inferior y parejas de columnas,
el superior. También tiene decoración de azulejos.

Claustro principal (dos Felipes)
Se considera el claustro principal y el más
emblemático del convento. Su nombre se debe a que Felipe
II fue coronado aquí como rey de Portugal en el año
1581. Es de estilo manierista (fase final del Renacimiento anterior
al Barroco) y se compone de dos pisos, con columnas toscanas en
la planta baja y jónicas en la superior.

A partir de aquí, sólo añadiremos
breves comentarios de los otros numerosos claustros de que dispone
el convento de tomar: de Micha, dos Corvos, da Hospedaria y Santa
Bárbara.
Claustro dos Corvos
El Claustro dos Corvos se empezó a construir
alrededor de 1530. En sus pandas sur y oeste, se ubicaban el Scriptorium
y la Sala dos Estudos, los espacios de clausura destinados al
estudio.

Claustro de Micha
Es parecido al anterior. Su aspecto difiere en que
por encima sobresalen las cubiertas a dos aguas de las salas de
novicios.

Claustro da Hospedaria
Este claustro de la Hospedería era el que
albergaba las salas donde se alojaban los forasteros a su paso
por el convento, desde pobres y peregrinos a caballeros de la
orden pero ajenos a él. Los hospedados de mayor nivel económico
ocupaban el piso superior mientras que los de nivel social más
bajo se alojaban en la zona inferior donde también estaban
las caballerizas.

Claustro de Santa Bárbara
Es también del siglo XVI. Tiene una sola planta
aunque inicialmente eran dos pero en el siglo XIX se eliminó
el piso superior, con el objetivo de dejar más espacio
para poder presenciar mejor la ventana manuelina.

Tomar. Iglesia de Santa María do
Olival
Introducción
La visita del turista cultural al Convento de Cristo
de Tomar debe completarse con la de la iglesia de Santa María
do Olival que se halla en la zona llana y céntrica de esta
localidad portuguesa.
La iglesia de Santa María do Olival de Tomar
es Monumento Nacional de Portugal desde el año 1910. Se
ubica a unos 800 metros al este del Convento de Cristo de la misma
localidad. Es una fundación templaria aunque se piensa
que antes existió aquí un monasterio benedictino.

Lo que sí se sabe con certeza es que la iglesia
de Santa María do Olival se construyó con el fin
de servir de panteón funerario para los maestres de la
Orden del Temple en Portugal y luego la orden que la sustituyó,
es decir, la de Cristo. Su inicial edificación fue ordenada
por el célebre maestre Gualdim Pais a mediados del siglo
XII, pero luego fue reconstruida en el XIII, cuyo fruto es el
templo que ha llegado a nosotros en la actualidad.

Se cuenta que, antes de entrar en combate, los caballeros
templarios acudían al interior de la iglesia montados a
caballo para orar ante la cabecera para, seguidamente, dirigirse
al campo de batalla.

Arquitectura
Santa María do Olival es un edificio de tres
naves paralelas sin transepto. La separación entre ellas
se materializa mediante arcos formeros apuntados que nacen de
pilares de sección cruciforme con las caras ochavadas y
sin capiteles. Las naves se techan con cubiertas de madera. En
el siglo XVI se abrieron capillas en el costado meridional y encima
se añadió un pórtico columnado.

La cabecera es tripartita, siendo el ábside
central mucho más grande que los ábsides colatareales.
Dicho ábside principal es poligonal, de siete caras con
contrafuertes en los vértices y largos ventanales apuntados
en las cinco caras centrales. Se cubre con bóveda de crucería.
Encima, en el testero oriental de la nave central se abrió
un óculo cuyas tracerías formas una estrella de
cinco puntas o pentáculo.
La fachada occidental ofrece la estampa más
bella del templo con un gran rosetón de tracerías
a base de círculos concéntricos y doce espacios
trilobulados. Debajo esta la puerta de ingreso, abierta en un
arimez de remate triangular, con arquivoltas apuntadas muy desgastadas
y tres pares de columnas.

En la categoría de arte mueble, hay que destacar
la tumba de Pais, fechada en el año 1195, una estatua policromada
de la Virgen María y el monumento funerario de Diogo Pinheiro,
primer obispo de Funchal.