Guía del Convento de San Antón
de Castrojeriz
A unos 2 km. al noreste de Castrojeriz después
de que el peregrino haya cruzado la población de Hontanas,
junto al arroyo Garbanzuelo, encontraremos uno de los monumentos
medievales más emblemáticos del Camino a Santiago
de Compostela: el Convento de San Antón.

La Orden de San Antón
Historia
Este icono jacobeo, el citado convento de San
Antón de Castrojeriz fue propiedad de una comunidad
de monjes de la escasamente conocida Orden de San Antón,
también llamada por otros nombres: Orden de los Hermanos
Hospitalarios de San Antonio o simplemente Hermanos Antonianos.

Se
trata de una Congregación católica fundada hacia
1095 en Francia. Nació como una agrupación caritativa
de laicos al servicio del hospital de Saint-Antoinede-Viennois
(Isère, Francia). Fue fundada por Gastón y su hijo
Guérin de Valloire en agradecimiento a la milagrosa curación
de éste de la enfermedad de ergotismo (Fuego de San Antón),
por intercesión de San Antón Abad -cuyas reliquias
habían sido llevadas a Francia por el conde Jocelyn de
Chateauneuf.

San Antón conocido como el ermitaño
o el abad, fue un asceta cristiano de los siglos IV y V. Su vida
fue escrita por San Atanasio. Sabemos de él -entre otras
cosas- que nació en el seno de una familia rica de Egipto.
Luego, vendió sus bienes y se convierte en eremita. Sus
reliquias fueron guardadas durante mucho tiempo en Alejandría
para luego ser trasladadas a Constantinopla y finalmente recibidas
en Francia.

La rápida expansión de esta agrupación
en territorio franco fue la respuesta a la fuerte devoción
que produjo San Antón por su cualidad intercesora frente
a esta enfermedad. Pronto dejó de ser una agrupación
laica para convertirse en una orden formada por canónigos
regulares de San Agustín.

Cuando San Antón curó al fundador de
su enfermedad le pidió crease un hospital para cura de
los aquejados del mismo mal, entregándole un báculo
en forma de "T" (tau), que se convirtió en símbolo
de la Orden (Los antonianos llevaban una letra griega tau en sus
túnicas) y parte esencial de su ritual.

El Fuego de San Antón y la labor
asistencial de los Antonianos
Los Hermanos Antonianos tenían como principal
propósito el de cuidar de aquellas personas que sufrían
la enfermedad del Ergotismo, muy habitual en la Europa central
y septentrional. Este mal, llamado "Ignis sacer" o "fuego
sacro", aunque popularmente más conocido como Fuego
de San Antón, se originaba por ciertas toxinas que se ingerían
cuando se comía pan de centeno en cuyas espigas había
crecido el hongo cornezuelo. Esta circunstancia era más
habitual en años de muchas lluvias puesto que la humedad
favorece el crecimiento de este maléfico hongo. Por la
misma razón, y como dijimos anteriormente, esta enfermedad
era más habitual en territorios europeos del norte, especialmente
aquéllos con mayor índice de humedad.

Los síntomas de la este trastorno eran similares
a la lepra o gota gangrenosa, sumamente dolorosa, con sensación
de fuego abrasador en las extremidades. La muerte se producía,
generalmente, por parálisis respiratoria. También
podía llevar a la gangrena y posterior necrosis y amputación
de los órganos afectados, con tan elevada fiebre que producía
alucinaciones.
Tras muchos siglos de servicios a peregrinos y pobres,
la Congregación de San Antón desapareció
al ser anexionada en 1775 a la Orden de Malta (otra orden de tipo
asistencial y hospitalaria) y suprimida por Bula papal de Pío
VI de 1787.
El Convento de San Antón de Castrojeriz
Introducción histórica y de su
labor asistencial
Los antonianos se fundaron un hospital en Castrojeriz
en 1146 durante el reinado de Alfonso VII el Emperador, estableciendo
aquí la Sede de la Encomienda General de la Orden de San
Antonio en los distintos reinos de la Corona de Castilla y Portugal,
con más de veinte encomiendas dependientes (casas-monasterios-hospitales).

Durante el tiempo que estuvo activo, los peregrinos
eran recibidos en la iglesia, se les bendecía y entregaba
un escapulario con la "tau", se les ofrecía pan
de trigo candeal también con la "tau", vino,
y unas campanillas igualmente con la cruz de San Antonio.

Si el peregrino daba muestra de encontrarse en estado
de gravedad, se le hospedaba en el hospital que se construyó
al lado norte del camino.
Muchos peregrinos enfermos se curaron gracias a este
convento hospitalario puesto que comían el pan ofrecido
por los antonianos. Se trataba de un pan de trigo hispano que
se encontraba libre del hongo de cornezuelo. También el
descanso, la acogida en un lugar seco y acondicionado facilitaba
el restablecimiento de la salud de muchos caminantes afligidos
por cientos de kilómetros realizados a pie en duras condiciones.

La supresión del convento de San Antón
no llegó, como fue casi habitual en España, por
la Desamortización de Mendizábal del siglo XIX,
sino por el declive de la casa madre francesa a finales del siglo
XVIII. En España fue suprimida por un breve pontificio
en 1791 a petición de Carlos III, cuando la casa de Castrojeriz
contaba con 27 religiosos.

Arquitectura
El complejo del Convento de San Antón de Castrojeriz
estaba constituido por una iglesia ubicada en el lado sur del
camino y de una hospedería con su respectivo cementerio
en el lado norte. Era paso obligado de peregrinos, a través
del pórtico de su iglesia.

Aunque ya dijimos que la fundación original
es del siglo XII, las ruinas del templo que vemos en la actualidad
son posteriores, del siglo XIV y de acusadas características
góticas.

La iglesia conventual
era un amplio edificio de planta de cruz latina de una sola nave
de dos tramos finalizada en un gran ábside poligonal y
transepto con dos capillas también poligonales. Se añadió
una segunda nave colateral en el costado sur para su empleo por
los conversos. Toda la estructura ha perdido sus abovedamientos
pero se aprecian perfectamente los arranques de los nervios que
ayudaban a soportar las bóvedas de crucería con
que contaba. Algunos de los sillares del edificio llevan una marca
con la letra tau, símbolo de la orden.

Cabecera
Lo mejor conservado es
el magnífico ábside central con dos pisos de ventanales
apuntados entre potentes contrafuertes exteriores, recordando
los modelos absidales de Las Huelgas de Burgos y Saint-Antoine-l'Abbaye,
en Isère, casa madre de la Orden Antoniana, en reconstrucción
a mediados del siglo XIV.

El primer piso cuenta
con ventanales bíforos envueltos en otros exteriores y
en el extremo superior una cruz tetrafoliada. Los vanos superiores
son apuntados pero sin tracerías. La mayor parte de los
capiteles son vegetales -predominan los crochets- si bien hay
algunos figurados con cabezas humanas, tanto masculinas como femeninas.

Portada norte y pórtico
Al norte de la iglesia, orientada a los peregrinos
que cruzan incansablemente el Camino se abre una monumental portada
con seis arquivoltas, escudos reales, decenas de figurillas muy
desgastadas y acceso partido por mainel con hornacina central,
que en el siglo XVI recibió el pórtico hacia el
hospital. Junto a ella, en dos alacenas en el muro, hallaban comida
los peregrinos que deambulaban a deshora.


Imafronte occidental y dependencias
claustrales
El imafronte
occidental se mantiene en casi perfecto estado de conservación.
Tiene una pequeña puerta de arquivoltas esculpidas y un
gran rosetón cuyas tracerías muestran varias letras
tau.

Al sur de la iglesia se construyó un claustro
y las dependencias claustrales, en la actualidad desaparecidas.
Otros lugares para visitar en Castrojeriz
El peregrino o simplemente el turista que se llegue
hasta la villa de Castrojeriz cuenta con numerosos alicientes
monumentales y artísticos para seguir disfrutando.

Colegiata de Santa María del Manzano
Junto con el Convento de San Antón y el castillo,
la excolegiata de Santa María del Manzano es el monumento
más emblemática de Castrojeriz.

Tiene a sus espaldas mucha historia y numerosas intervenciones.
El punto de vista más bello para tomar fotografías
o simplemente admirar su belleza es desde el suroeste, pues desde
este lugar podremos admirar las dos portadas de la iglesia y el
enorme rosetón del hastial occidental.

Iglesia de Santo Domingo
Ubicada en plena la Calle Real (calle del Camino
de Santiago) es un edificio gótico tal extremo sólo
se aprecia al entrar en su interior pues los elementos arquitectónicos
exteriores con más modernos como su campanario y todo el
imafronte.

Iglesia de San Juan
La iglesia de San Juan se encuentra al oeste de Castrojeriz,
muy cerca del límite del caserío. Cuenta con elementos
arquitectónicos del templo del siglo XIII (como la cabecera,
parte de la torre y el claustro) pero luego fue muy reconstruida
entre los siglos XV y XVI.
Lo más notable es su pequeño y encantador claustro
de forma cuadrada que se encuentra adosado al muro sur.

Castillo de Castrojeriz
El Castillo de Castrojeriz se encuentra en lo alto
del cerro que domina la población. Fue muy destruido en
el terremoto de Lisboa de 1755.

Convento de Santa Clara
Extramuros, hacia el sur de Castrojeriz, se encuentra
el convento de Santa Clara, cuya fundación data del siglo
XIV. Se conserva en buen estado el templo gótico con excelente
cabecera poligonal.
Ruinas del Convento de San Francisco
Peor suerte que el de Santa Clara ha corrido el de
San Francisco que en la actualidad es sólo un conjunto
de ruinas constituidas por algunos arcos y bóvedas de crucería
del templo originario del siglo XIV.
Iglesia del despoblado de Tabanera
Aunque no pertenece a Castrojeriz, hay que mencionar
también la iglesia de San Miguel que fue la parroquial
de Tabanera, localidad despoblada situada a unos dos kilómetros
al noroeste.
