Durante los días 20, 21 y 22
de octubre tuvo lugar la I Edición del nuevo Viaje Guiado
ARTEGUÍAS "Ruta por los encantos medievales de la
ciudad de Barcelona y sus alrededores", nuestra primera incursión
en la Ciutat Vella y la Comarca del Vallès.

Como estaba previsto, salimos a las
8:00 de la mañana desde la Estación de Atocha para
coger el AVE rumbo Barcelona. Allí nos recogió nuestro
autobús para iniciar nuestro recorrido por la capital catalana.

Amaneció un soleado día
de otoño, perfecto para visitar el monasterio de Sant Pau
del Camp, en pleno barrio del Raval. De este cenobio, cuyos orígenes
aún resultan inciertos y que quizás podamos remontar
a época visigoda, podemos destacar su claustro, pequeño
pero acogedor. Su particularidad reside en los arcos polilobulados
y en el uso de sillares enjarjados, reminiscentes del arte andalusí.

Continuamos paseando por el casco histórico
de la Barcelona medieval y modernista, y no podíamos obviar
hitos como la Iglesia de Santa María del Pi o la bulliciosa
Rambla.

Nuestra siguiente parada era la Catedral
de la Santa Cruz y Santa Eulalia, monumento histórico-artístico
dese 1929. Perteneciente al estilo Gótico Mediterráneo,
todos quedamos sorprendidos por la horizontalidad y la anchura
del edificio, que custodia en su interior los restos de esta joven
mártir, patrona de la ciudad.

Dejamos la catedral atrás para
irnos a comer a un céntrico restaurante, no sin antes saludar
a las simpáticas ocas que residen en el claustro, uno de
los principales atractivos turísticos del complejo catedralicio.

Por la tarde nos adentramos en el barrio
del Borne, que concentraba en época medieval a los distintos
gremios de la ciudad. Precisamente fueron estos los que levantaron
la célebre Basílica de Santa María del Mar,
llamada así por su proximidad al puerto. Famosa por la
novela "La Catedral del Mar" de Ildefonso Falcones,
este templo bien podría pasar por la Sede barcelonesa,
pues sus dimensiones y su importancia histórica no dejan
indiferente a nadie.

Aprovechando que nos encontrábamos
en el corazón de la ciudad, disfrutamos de dos horas de
tiempo libre que dedicamos a deambular por el entramado de callejones,
a comprar souvenirs o a disfrutar de los animados cafés
del Mercado del Borne. Al anochecer nos dirigimos a nuestro hotel
en Barberá del Vallès para cenar y recargar fuerzas
para el día siguiente.

El sábado por la mañana
fuimos recibidos en Santa María de Barberá, comúnmente
conocida como "La Románica".

Este pequeño templo lombardo
del siglo XI, de apariencia exterior sencilla, alberga en su interior
uno de los pocos conjuntos murales románicos que se conservan
in situ en toda Cataluña. Tanto nos gustó que nos
hicimos aquí nuestra habitual foto familiar.

Cogimos nuestro autobús para
dirigirnos a la localidad vecina de Sant Cugat del Vallès,
donde visitamos el célebre conjunto monástico homónimo.

Sin duda, su claustro es uno de los
espacios religiosos mejor conservados y más interesantes
de toda la Península, pues acoge una espléndida
colección de capiteles románicos firmados por Arnau
Cadell.

Tras una parada técnica en la
plaza aledaña, nos dirigimos a la Comarca del Alt Penedès,
en el extremo suroeste de la provincia, para visitar el Conjunto
Monumental de Sant Martí Sarroca.

En esta ocasión centramos nuestra
atención en la Iglesia románica de Santa María,
caracterizada por un trabajadísimo ábside semicircular,
uno de los pocos ejemplos del Románico Internacional en
Cataluña.

Ya próxima la hora de comer,
regresamos a Sant Cugat para degustar la gastronomía local
en un concurrido restaurante, antes de dirigirnos hacia la localidad
de Tarrasa.
Aquí nos esperaba la Seu d'Ègara,
un desconocido conjunto episcopal que conserva, en mayor o menor
medida, restos de época íbera, romana, paloecristiana,
visigótica románica, gótica e incluso barroca.

Conformada por las iglesias de Sant
Pere, Santa María y Sant Miquel, este poco conocido pero
magnífico complejo monumental e histórico opta a
ser Patrimonio de la Humanidad, y todos nosotros estamos convencidos
de que lo merece. Sin duda, fue una de las joyas de este viaje.

Tras un breve descanso para merendar,
regresamos a nuestro hotel para descansar y prepararnos para el
día siguiente.
La mañana del domingo la dedicamos
por completo al Museo Nacional de Arte de Cataluña, el
MNAC. Enmarcado en un soberbio edificio en lo alto de Montjuic,
sus colecciones se presentan bajo una cuidada propuesta museográfica
dividida en épocas y estilos artísticos.

Como no podía ser de otra manera,
nosotros disfrutamos de las salas dedicadas al Románico
y al Gótico, donde admiramos, entre muchas otras piezas,
los frescos de Sant Climent de Taull o la tabla de la Virgen de
los Consejeros.

Tras una última comida familiar
en el centro de Barcelona, visitamos el último monumento
del viaje, el monasterio de Pedralbes, uno de los conjuntos más
destacados del gótico catalán.
Su historia, ligada a la reina Elisenda
de Montcada, lo convirtió en uno de los principales centros
de poder religiosos de toda la Baja Edad Media peninsular, manteniendo
su estatus hasta bien entrado el siglo XIX.

En él, disfrutamos de su espectacular
claustro, la sala capitular, las pinturas de la Capilla de Sant
Miquel, etc.

Al atardecer, nuestro autobús
nos recogió para llevarnos a la concurrida estación
de Sants, donde cogimos el AVE de vuelta a Madrid.
¡Gracias por acompañarnos
en esta nueva aventura, esperamos veros de nuevo muy pronto!