El fin de semana del 9 y 10 de noviembre
tuvo lugar la demandada segunda edición de la Ruta Guiada
ARTEGUIAS "Viaje a la milenaria ciudad de Palencia y al Canal
de Castilla", un completo recorrido por esta antiquísima
urbe y su entorno patrimonial y natural. Usualmente excluida de
los circuitos turísticos castellanos, posee valiosísimos
museos y una de las catedrales más interesantes, por su
alto valor histórico y artístico, de todo el país.
Así, el sábado salimos
bien temprano desde el concurrido barrio de Moncloa de Madrid
hacia nuestra primera parada, la iglesia románica de San
Fructuoso en Valoria de Alcor. Aunque de factura modesta, destaca
por la singular galería porticada cegada del costado meridional,
posiblemente reutilizada de una iglesia mozárabe del siglo
X.
Tras una parada técnica, proseguimos
nuestro viaje hasta la monumental iglesia protogótica de
Santa María la Mayor en Villamuriel de Cerrato.
De dimensiones catedralicias, destaca
por su elevado campanario y por su elegantísimo cimborrio
octogonal, que deja entrar una luz casi áurea.
Nos dirigimos entonces a la capital
palentina para disfrutar de una reconfortante comida familiar
antes de enfrentar la jornada de la tarde, recorriendo a pie las
señoriales calles del centro histórico de Palencia.
Como no podía ser de otra forma,
nuestra primera parada fue la catedral de San Antolín,
acertadamente renombrada "la Bella Reconocida". Aunque
de aspecto exterior poco llamativo, su soberbio interior esconde
un sinfín de sorpresas para el amante del arte.
Lo primero que hicimos fue recorrer
su claustro y sala capitular para visitar el Museo Catedralicio
que se instaló en estas dependencias. En él se pude
admirar desde esculturas góticas de gran elegancia, una
soberbia "Santa Ana triple" de Alejo de Vahía
y el célebre cuadro de El Greco dedicado al martirio de
San Sebastián.
Una vez entramos en el templo catedralicio,
visitamos su ancestral cripta de los siglos VII y XI d.C. para
luego volver el templo medieval y admirar su elegante alzado con
un precioso triforio, las hermosas bóvedas nervadas góticas,
sin olvidar el delicado trascoro renacentista.
Además, en las capillas de la
nave norte, las de la girola, la capilla del sagrario y la capilla
mayor se conservan numerosas obras de retablística e imaginería
que abarcan los periodos románico, gótico, renacentista
y barroco. Podríamos pasarnos horas deambulando y admirando
este magnífico edificio.
Aprovechando que nos encontrábamos
en una céntrica plaza, nos detuvimos un rato para tomar
un café y descansar las piernas, antes de continuar con
nuestra visita en el Museo Diocesano de Arte Sacro. Alberga éste
una nutrida colección de obras de arte sacro de todas las
épocas, rescatadas de los templos en riesgo de ruina o
expolio de toda la comunidad, desde artesonados mudéjares,
pilas bautismales, orfebrería e imaginería medieval,
como la delicada Virgen de Husillos, hasta textiles litúrgicos
barrocos; sin olvidar los magníficos cuadros de Pedro Berruguete.
Aunque este museo suele pasar desapercibido al turista, nosotros
pensamos que su colección es tan grande y rica que bien
merece dedicarle varias horas.
Con esto, dimos por finalizado este
día tan cargado de arte y nos dirigimos a nuestro hotel
en la propia capital palentina. Su cercanía con el centro
invitó a muchos de nuestros viajeros a darse un agradable
paseo nocturno tras la cena, y disfrutar del ambiente propio de
un sábado noche.
El domingo por la mañana nos
acercamos caminando al mítico templo de San Miguel. Su
espigada torre almenada se ha convertido en todo un icono de la
ciudad de Palencia. Y no es para menos, pues según la leyenda,
en esta antigua iglesia del siglo XI fue donde se casaron Doña
Jimena y Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid".
Continuamos nuestro paseo hacia el Museo
de Palencia (antiguo museo arqueológico), sin duda uno
de los mejores museos provinciales que hemos visitado. Alberga
una excelente exposición de piezas celtíberas, romanas
y medievales, a las que prestamos toda nuestra atención.
Encontramos aquí varios frisos y ajuares visigóticos
traídos desde la celebérrima iglesia de San Juan
de Baños, capiteles románicos de la insigne iglesia
de San Martín de Frómista, notables sarcófagos
góticos...
Antes de abandonar Palencia, hicimos
una última visita a uno de los monumentos más curiosos
y desconocidos de la ciudad, la iglesia románica de San
Juan Bautista. Originalmente ubicada en Villanueva del Río,
se trasladó a la capital ante su inminente inundación
tras la construcción del Pantano de Aguilar. Y menos mal,
porque sin duda es uno de los templos más equilibrados
del románico palentino. En la actualidad se ha reconvertido
en Punto Románico, y alberga en su interior interesantes
audiovisuales y maquetas que nos ayudan a contextualizar este
periódico histórico-artístico.
Dejamos atrás Palencia para encaminarnos
a Madrid, parando a comer a la altura de Medina de Rioseco, en
Valladolid.
En esta localidad se encuentra uno de
los embarcaderos del Canal de Castilla, soberbia obra de ingeniería
hidráulica del siglo XVIII, construida con finalidad mercantil
y de irrigación de los campos. Hoy en día es uno
de los muchos atractivos turísticos que ofrece Castilla
y León, así que nos embarcamos en un agradable paseo
en barco, desde el que disfrutamos del enorme atractivo paisajístico
y natural de la zona.
Tras esta relajante experiencia, pusimos
rumbo a Madrid. Después de la parada técnica reglamentaria,
llegamos antes de la hora prevista.
Ha sido un viaje fantástico,
gracias a todos por acompañarnos una vez más ¡Nos
vemos pronto!