Entre el jueves 16 y domingo 19 de
marzo tuvo lugar la esperadísima I Edición del Viaje
Guiado ARTEGUIAS "Monasterios Románicos del Norte
de Portugal, Braga y Guimarães", un recorrido de cuatro días
que nos llevó a conocer dos de las ciudades monumentales
más relevantes del sector más al norte de nuestro
país vecino, así como varios de los monasterios
románicos más bellos e interesantes de la zona.

Como estaba previsto, partimos el jueves
desde el madrileño Paseo de Moret para, tras dos paradas
técnicas en ruta, llegar a la fronteriza ciudad ourensana
de Verín, donde comimos en uno de sus restaurantes antes
de ingresar en territorio portugués, llegando en poco más
de una hora a la ciudad de Guimarães.

En Guimarães visitamos en primer lugar
el antiguo convento (hoy parroquia) de Sao Domingos, en cuyo claustro
ha sido habilitado el interesantísimo Museo Arqueológico
Martins Sarmento, donde pudimos saborear tanto los capiteles de
las galerías como el sinfín de piezas desde la época
prerromana a la medieval dispuestas tanto en sus crujías
como en su precioso jardín.

Desde allí, en apenas diez minutos
llegamos a la cercanísima feligresía, casi un barrio
del propio Guimarães, de Serzedelo, donde nos recreamos en su
iglesia románica de Santa Cristina antes de encaminarnos
hacia nuestro hotel, situado en un maravilloso entorno dentro
del complejo del Bom Jesús de Braga, Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco.

La mañana del viernes salimos
temprano del hotel con el fin de aprovechar al máximo la
jornada, la cual dedicaríamos íntegramente a cuatro
importantísimos monasterios del norte del país,
empezando por São Pedro de Rates, el único enclave cluniacense
conservado en suelo luso.

Allí nos recibió un potente
aguacero que rápidamente cesó dejando incluso asomar
algunos rayos de sol y permitiéndonos fotografiar en todo
su esplendor su monumental cabecera. Por supuesto, tras comentar
tanto interior como exterior del templo, aprovechamos para acceder
al pequeño museo anejo, donde se exponen varias piezas
extraídas en sus excavaciones arqueológicas.

Desde Rates emprendimos rumbo norte
hacia el corazón de la histórica Provincia do Minho
hasta desembarcar frente a la preciosa iglesia monástica
de São Salvador de Bravães, que se enorgullece de contar con una
de las mejores portadas del románico portugués.

Tras la comida en un restaurante de
los alrededores de Valença, la jornada de tarde la dedicamos
íntegra a dos interesantísimos cenobios situados
a tiro de piedra de la frontera española e íntimamente
ligados a la Diócesis de Tuy.

El primer de ellos fue el de Sanfins
de Friestas, ubicado en un espectacular paraje natural que en
cierto modo nos evocaba a la Ribeira Sacra y que, junto a las
estancias arruinadas de época renacentistas, conserva en
fantástico estado su iglesia abacial, de interesantísima
escultura en canecillos y capiteles.

A escasa distancia, la última
visita de la jornada de viernes fue el antiguo monasterio de São
João de Longos Vales, con una de las cabeceras más armónicas
y ricas del románico de Portugal. Desde allí, tras
una parada técnica a la altura de Monçao, regresamos
a nuestro hotel de Braga.

Precisamente a Braga estuvo íntegramente
dedicada la jornada de sábado, iniciando la visita en la
propia colina del hotel donde, en compañía de nuestra
guía oficial, visitamos el santuario del Bom Jesús
así como las celebérrima escalinata Patrimonio de
la Humanidad.

Con el autocar descendimos al casco
histórico de la ciudad para, tras un café en la
Avenida Central, iniciar nuestro itinerario urbano.

Paseamos por las calles del centro bracarense
protagonizadas por la Torre del Homenaje del antiguo Castillo
de Braga, la Capilla de las Coimbras, la iglesia de Santa Cruz
y del Hospital de San Marcos y, por fin, la famosa Sé de
Braga, la más antigua de las catedrales portuguesas que
también cuenta con un interesantísimo Museo Diocesano.

Tras la comida en un céntrico
y muy típico restaurante, con el autobús nos encaminamos
a la periferia de la ciudad para visitar uno de los monumentos
más esperados de la ruta, que no era otro que la antiquísima
iglesia visigoda de São Frutuoso de Montelios.

Este templo del siglo VII vinculado
a la figura del monje y obispo San Fructuoso de Braga hizo las
delicias de nuestros acompañantes, gracias a su arquitectura
vinculada a edificios paleocristianos y bizantinos de la ciudad
italiana de Rávena.

De nuevo en el centro urbano, visitamos
también el importantísimo Museo Arqueológico
Dom Diogo da Sousa, prestando especial atención a los restos
procedentes de la ciudad romana de Bracara Augusta y a la llamada
Colección Bühler-Brockhaus.

Para finalizar la jornada, dispusimos
de una hora de tiempo libre por la ciudad de Braga para probar
sus famosos cafés, así como para hacer acopio de
recuerdos.

Ya con un día mucho más
primaveral, la última jornada tuvo como protagonista el
centro histórico de la ciudad de Guimarães, donde desembarcamos
y nos dirigimos a su preciosa Plaza de Oliveira, donde visitamos
la iglesia de Nossa Senhora y, a continuación, el Museo
Alberto Sampaio, también instalado en torno a sus estancias
claustrales.


A través de las típicas
callejas del centro, accedimos a la parte alta de la ciudad para
visitar el trinomio monumental compuesto por el Palacio de los
Duques de Bragança, la iglesia románica de São Miguel
y el espectacular castillo, icono de la ciudad y uno de los más
fotogénicos de todo Portugal.

Desde allí, recuperamos el autobús
para emprender viaje de regreso a Madrid, con parada en Verín,
ya en territorio español para la comida y así llegar
en el horario previsto.

Recordamos que tenemos una segunda edición
de este interesantísimo viaje para el mes de agosto aún
con plazas disponibles.