Entre el jueves 24 y el domingo 27
de agosto tuvo lugar la ansiada II edición del Viaje Guiado
ARTEGUÍAS "Monasterios del Norte de Portugal, Braga
y Guimarães".

En esta excursión de cuatro días
conocimos dos de las ciudades monumentales más importantes
en la historia del país luso, así como varios de
los monasterios e iglesias más relevantes y bellos del
románico portugués.

Como estaba dispuesto, salimos el jueves
temprano desde la Avenida de la Memoria en Madrid rumbo Verín,
localidad orensana donde paramos a comer antes de adentrarnos
en tierras portuguesas.

Nuestra primera parada en el país
vecino fue la ciudad de Guimarães, donde visitamos el antiguo
convento gótico de São Domingos, en cuyo claustro
se ha instalado el Museo Martins Sarmento. Aquí se custodia
una de las mejores colecciones arqueológicas de la cultura
castreña de toda la Península, procedente del cercano
yacimiento "Citania de Briteiros" y otros parques arqueológicos.

Desde allí nos dirigimos a la
freguesía de Serzedelo para conocer la curiosa Iglesia
de Santa Cristina. Datada en torno al siglo XIII, en origen fue
un pequeño monasterio eremítico, más tarde
reconvertido en una colegiata. Nos llamó la atención
su particular arquitectura, destacando el singular campanario-espadaña
y el nártex anexo a los pies del templo.

Al atardecer marchamos hacia nuestro
hotel, localizado en el precioso complejo del Bom Jesus de Monte
en Braga.
El viernes por la mañana desayunamos
bien temprano para aprovechar el día, pues nos esperaban
cuatro maravillosos templos románicos dispersos por el
norte de la Provincia del Miño.

Empezamos por São Pedro de Rates,
un antiguo cenobio cluniacense ligado a la figura legendaria de
un discípulo de Santiago el Mayor. Lugar de paso del Camino
Portugués, compartimos nuestra visita con numerosos peregrinos
que se acercaron el lugar. Éste fue el lugar elegido para
hacernos la primera foto de familia del viaje. A continuación
nos dirigimos a visitar el Centro de Interpretación anejo
que expone piezas arqueológicas procedentes de excavaciones
en el solar de este antiguo monasterio.

San Salvador de Bravães fue nuestra
siguiente parada. Es considerado por muchos uno de los mejores
exponentes del románico rural portugués, quizás
por la profusa decoración escultórica de sus portadas.

Tras una riquísima comida en
la localidad de Valença, nos adentramos en los profundos
bosques de la comarca, donde se alzaba, imponente, el olvidado
monasterio benedictino de Sanfins de Friestas. Aunque en la actualidad
se encuentra casi en estado de abandono, conserva en perfecto
estado su iglesia abacial y sus exuberantes canecillos de animales
simbólicos.

Un último alto en el camino antes
de regresar al hotel: el monasterio de San João de Longos
Vales, con una de las cabeceras románicas más destacadas
de todo el panorama luso.

El sábado lo destinamos por completo
a la ciudad de Braga. Empezamos la mañana visitando el
santuario del Bom Jesus do Monte, declarado Patrimonio Mundial
por la Unesco.

Se trata de importante y monumental
centro de peregrinaje, incluso nos atrevimos a bajar la ilustre
Escalera de la Humanidad con sus 651 escalones y nos hicimos otra
foto para el recuerdo.

Desde aquí cogimos nuestro autobús,
que nos dejó en el centro de la ciudad de Braga, donde
pudimos desayunar y dar un paseo contemplando algunos de los monumentos
más emblemáticos: la Torre del Homenaje del antiguo
castillo, el Palacio Arzobispal, el Jardín de Santa Bárbara,
etc.

A mediodía entramos en la Catedral,
la más antigua de todas las portuguesas, y a su Museo Catedralicio.
La catedral bracarense conserva puertas románicas y parte
del interior, concretamente el cuerpo de naves.

Tras esta intensa jornada matinal nos
sentamos a comer en uncéntrico mesón de comida típica
de la región.
A continuación volvimos al autocar
para dirigirnos a las afueras de Braga para conocer una de las
joyas de este viaje: San Fructuoso de Montelios. Esta pequeña
capilla pasaría desapercibida si no fuera por su origen
visigótico y su vinculación con las iglesias paleocristianas
y bizantinas de la ciudad italiana de Rávena.

De regreso al centro paramos en el Museo
Arqueológico Dom Diogo de Sousa, prestando especial atención
a la Colección Bühler-Brockhaus y las piezas provenientes
de la Bracara Augusta romana.

Después disfrutamos de un par
de horas libres para pasear por la animada ciudad de Braga, probar
las famosos "tibias" y comprar souvenirs, antes de dar
la jornada por finalizada.
El domingo nos dirigimos a la coqueta
ciudad de Guimarães, cuna de Portugal. Recorrimos el corazón
histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO,
pasando por la Plaza de Largo da Oliveira y el Padrão do
Salado, un templete gótico que conmemora la batalla homónima.
En este lugar se erigió la iglesia
gótica de Nuestra Señora da Oliveira, la más
antigua de la urbe. También visitamos el Museo Alberto
Sampaio, enclavado en el claustro de la iglesia adyacente de Nossa
Senhora.

No podíamos irnos de Guimarães
sin visitar la parte alta de la ciudad, donde se ubican el Palacio
de los Duques de Bragança, el Castillo, donde, según
la leyenda, nació el primer rey de Portugal, Alfonso Henríquez;
y la iglesia románica de San Miguel, donde fue bautizado.

En el Palacio de los Duques de Braganza,
además de su monumental patio porticado, nos centramos
en las reproducciones de los famosos tapices de Pastrana.

Con esto finalizó nuestro viaje
por las siempre acogedoras tierras portuguesas. Os agradecemos
vuestra participación en este precioso viaje y esperamos
veros de nuevo muy pronto.