Durante los días 5, 6, 7 y 8 de octubre tuvo
lugar la esperadísima II edición del Viaje Guiado
ARTEGUIAS "Portugal Patrimonio de la Humanidad", una
nueva incursión en el país hermano que esta vez
tuvo Coímbra, emblemática ciudad universitaria,
como punto de partida.

Como estaba previsto, salimos bien temprano desde
Moncloa rumbo Guarda, ya en tierras lusas. Tras una riquísima
comida en un agradable restaurante, visitamos su imponente catedral
gótica y manuelina presidida por un fino retablo, y subimos
a las sobrecubiertas, desde donde pudimos contemplar no solo los
entresijos de la misma, incluyendo su complejo sistema de arbotantes,
sino la espléndida panorámica de la ciudad.

A continuación, cogimos nuestro autobús
para adentrarnos por la Serra da Estrela en dirección a
Coímbra hasta la humilde población de Lourosa, donde
fuimos recibidos cálidamente por sus habitantes y su alcalde,
entre música, bailes y obsequios.

Aquí visitamos la iglesia de San Pedro, renombrada
ermita mozárabe cuyos orígenes muy probablemente
se remontan a la época visigoda. Para conmemorar este bonito
encuentro, nos hicimos la primera foto familiar del viaje.

Con la alegría todavía en el cuerpo,
nos dirigimos a nuestro hotel palaciego en Conímbriga,
donde descansamos y recuperamos fuerzas para el día siguiente.
El jueves lo dedicamos por entero a la ciudad de
Coímbra. Acompañados por un sol espléndido,
empezamos la mañana con una panorámica en autocar
por la zona baja de la ciudad, marcada por el paso del río
Mondego y las ruinas del Convento de Santa Clara.

Desde allí nos dirigimos a la Catedral Nueva,
situada muy cerca de su renombrada Universidad, nuestra próxima
parada. Del complejo universitario podemos destacar la Capilla
de San Miguel y el Paraninfo, y sobre todo, la histórica
Biblioteca Joanina, la estancia que más nos impresionó
a todos.

A media mañana visitamos la Catedral Vieja,
sin duda una de las joyas del románico portugués
y de suma importancia histórica, pues fue mandada construir
por orden del primer monarca portugués, Alfonso Henríquez.

En ella sobresale la cabecera, su magnífica
fachada y el alzado con tribunas del interior del templo.

También tiene esta catedral un bonito claustro
del siglo XIII de formas románicas y aires muy "cistercienses"
en la escultura.

Poco después, paramos para almorzar en un
moderno restaurante en el corazón de Coímbra.
Por la tarde, recorrimos el monumental Monasterio
de la Santa Cruz, que, si bien de origen románico, actualmente
destaca por su templo gótico y su elaborada portada manuelina.
Con un interior recubierto por la típica azulejería
portuguesa y un espectacular coro gótico, se trata igualmente
de un enclave histórico, pues aquí descansan los
restos de los primeros reyes portugueses, el ya citado Afonso
Henríquez y su hijo Sancho.

No podíamos abandonar Coímbra sin visitar
la coqueta iglesia de Santiago, uno de los mejores ejemplos del
Románico Tardío de toda la ciudad. A todos nos resultó
curiosa, puesto que su cabecera fue cercenada en el siglo XIX
para adaptarla al nuevo trazado de la calle que la circunda, por
lo que tiene una apariencia un tanto abrupta pero compensada por
su delicada portada.
Para finalizar el día, dispusimos de un rato
libre para pasear y tomar un café por las animosas calles
de la ciudad, antes de regresar al hotel y descansar.
Comenzamos la jornada del sábado visitando
el Castillo de Leiria, al que se accede a través de un
divertido funicular que asciende por la colina y nos ofrece una
bonita vista del enclave.

Aquí recorrimos las estancias más importantes,
como la iglesia gótica o la torre del homenaje, hasta llegar
a la delicada balconada del palacio, un lugar delicioso donde
nos tomamos numerosas fotos y selfies.

Nos dirigimos ahora hacia las dos joyas del viaje:
el monasterio de Alcobaça y el monasterio de Batalha, donde
nos tomamos otras dos fotos familiares.

El monasterio cisterciense de Santa María
de Alcobaça es, probablemente, el monumento medieval más
importante de Portugal, reconocido como Patrimonio Mundial de
la Humanidad por la UNESCO en 1989. Un hito tanto artística
como históricamente, su fundación está ligada
al primer rey del país y a las ideas de Bernardo de Claraval,
que rápidamente se estaban extendiendo por Europa.
El monasterio permite la entrada a numerosas estancias,
cuya monumentalidad y buen estado de conservación hicieron
las delicias de todos: el claustro, la sala capitular, el dormitorio
y la cocina, además de la iglesia abacial, que alcanza
unas dimensiones casi catedralicias. Uno de los momentos más
esperados fue la de fotografiar los dos sepulcros del rey Pedro
I de Portugal y su amante Doña Inés de Castro.

Nos dirigimos ahora al municipio de Batalha, donde
almorzamos en un coqueto restaurante frente al Monasterio, cuya
importancia histórica y arquitectónica también
le valieron la denominación de Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO en 1983.

Tan pronto como acabamos de comer, inmediatamente
nos dirigimos al conjunto monástico para comentar su impresionante
exterior gótico.

Ya en el interior, pudimos admirar la Capilla de
los Fundadores, su enorme iglesia, así como los claustros
y la sala capitular, custodiada por soldados pues en su interior
se erige el Monumento al Soldado Desconocido.

Rematamos el recorrido con una visita a las decadentes
pero espectaculares "capelas imperfeitas", donde el
gótico flamígero y el manuelino alcanzan su máxima
expresión. A continuación, disfrutamos de un refrigerio
en las animadas terrazas que rodean el edificio.

Como nuestro hotel estaba muy próximo al Santuario
mariano de Fátima, muchos de nosotros aprovechamos la ocasión
para visitarlo antes de acostarnos a descansar y recargar fuerzas
para el último día.
El domingo iniciamos nuestra ruta visitando el Castillo
de Almourol, importante enclave templario construido sobre un
islote en el Tajo. Solo es accesible en barco, por lo que disfrutamos
de un agradable paseo por el río que nos ofreció
una bella estampa natural.

Muy cerca de allí se encuentra el conjunto
de Tomar, conformado por el Castillo Templario y el Convento de
Cristo, también declarado Patrimonio de la Humanidad en
1983.

Aquí nos quedamos maravillados por la románica
y templaria Charola, por el conjunto de claustros góticos
y renacentistas y por la soberbia decoración manuelina
que abunda en las portadas interiores.

La visita al Convento de tomar no podía tener
mejor colofón que la contemplación de la fachada
occidental de la iglesia con su célebre ventanal manuelino,
repleto de símbolos alusivos al Portugal del 1500, con
su potencia naval en plena era de los descubrimientos.

Todavía en tierras portuguesas, hicimos una
última comida familiar antes de iniciar nuestro viaje de
regreso a Madrid.
¡Gracias por acompañarnos en este viaje,
esperamos veros de nuevo muy pronto!