El Durante los días 17, 18, 19 y 20 de marzo
tuvo lugar el esperadísimo viaje guiado ARTEGUIAS "Ruta
por Portugal Patrimonio de la Humanidad", la primera incursión
por tierras de nuestro país vecino y hermano y que nos
llevó a conocer varios de los lugares más emblemáticos
del centro y centro norte del país.
Como estaba estipulado, partimos desde la Glorieta
de Cristo Rey de Madrid a primera hora del miércoles para,
tras una primera parada cerca de Ávila y una segunda justo
a la altura de la frontera, acceder a tierras lusas- Enseguida
llegamos a nuestro primer destino, la ciudad de Guarda.
Con la hora actualizada ya que Portugal se rige por
el mismo huso horario que nuestras Islas Canarias, lo primero
que hicimos en Guarda fue comer en un céntrico y típico
restaurante de la ciudad para, a continuación, y ya con
las pilas cargadas, visitar su preciosa catedral gótica
y manuelina.
Además de su soberbia arquitectura exterior
e interior y su elegante retablo, tuvimos ocasión de acceder
a sus cubiertas (terraços) para contemplar amplias panorámicas
de su urbanismo, así como de la Torre del Homenaje del
castillo o la Torre dos Ferreiros, uno de los pocos restos de
su recinto amurallado.
Desde Guarda nos adentramos en la zona más
rural de nuestro itinerario, nada menos que en el corazón
de la Serra da Estrela, hasta llegar a una de esas joyas altomedievales
que causaron sensación entre nuestros viajeros como es
la iglesia de São Pedro de Lourosa.
Esta iglesia puede ser el resultado de intervenciones
en las tres fases de nuestro prerrománico: visigodo, asturiano
y mozárabe.
De la visita a Lourosa, además de su joya
prerrománica magníficamente restaurada, quedará
en la memoria de todos la maravillosa hospitalidad de su encantador
alcalde José Carlos, quien nos recibió con un arqueólogo
cuyas explicaciones enriquecieron aún más si cabe
la visita, y antes de marcharnos no obsequió a cada uno
de los viajeros con una pieza de artesanía de la tierra.
Para tener un recuerdo de este emotivo encuentro, hicimos una
foto de familia ante el monumento casi anocheciendo.
Ya de noche y siempre a través de las sinuosas
carreteras que remontan Sierra Estrella, llegamos al hotel de
Coimbra, el cual sería nuestra "base de operaciones"
durante todo el viaje.
El viernes amaneció un día espléndido
y, sin más dilación, iniciamos ruta rumbo al sur
para visitar como más que oportuno aperitivo el precioso
Castelo de Leiria, al cual se accede a través de una divertida
telecabina en cremallera que le ahorra al visitante las duras
rampas de su acceso.
De la mano de su guía recorrimos las diferentes
estancias tanto de la fortificación -especialmente la torre
del homenaje- como del palacio real anexo, con su deliciosa balconada
que hizo las delicias entre los aficionados a la fotografía.
Para terminar, accedimos también a la elegante iglesia
gótica del castillo.
Unos pocos kilómetros más al sur, llegamos
a uno de los lugares más esperados de nuestra ruta, nada
menos que el monasterio cisterciense de Santa María de
Alcobaça, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el
cual no dejó indiferente a ninguno de nuestros amigos dadas
las descomunales dimensiones de sus edificios, consecuencia de
su patrocinio regio.
El claustro, la sala capitula, el dormitorio, la
cocina y por supuesto la iglesia abacial son realmente monumentales.
Otra de los momentos que quedarán en la retina
de todos fue la magnífica comida en un precioso restaurante
del propio centro de Alcobaça, desde el cual, nos dirigimos
hacia otros iconos monumentales del Portugal Patrimonio de la
Humanidad como es el Monasterio de Batalha.
El Monasterio de Batalha ocupó toda la jornada
de tarde, iniciando la visita por su monumental exterior gótico
y manuelino, sus dos portadas, la capilla del fundador y las capillas
inacabadas.
A continuación, ya en el interior, pasamos
a admirar la capilla del fundador donde se encuentran enterrados
Juan I de Portugal y su esposa Filipa de Lencastre y la monumental
iglesia gótica. Posteriormente, pasamos al maravillosos
claustro y nos detuvimos en su sala capitular, donde tuvimos la
oportunidad de presenciar en directo la emotiva ceremonia del
cambio de guardia de los soldados portugueses que custodian el
monumentos al soldado desconocido que se encuentra en su interior.
Rematamos nuestro recorrido por el impresionante
Monasterio de Batalha visitando el refectorio (empleado actualmente
como museo) y las famosas "capelas imperfeitas" (capillas
inacabadas) de función funeraria, una auténtica
explosión del gótico flamígero y estilo manuelino.
A la salida del monasterio y antes de iniciar nuestro retorno
a Coimbra, aprovechamos el atardecer para reponer fuerzas en las
amenas terrazas de la plaza del Monasterio.
La jornada del sábado, también con
una climatología de lo más agradable, la dedicamos
íntegramente a visitar la ciudad de Coimbra, una de las
cuidades con más historia y más bagaje monumental
de Portugal
En compañía de uno de sus guías
oficiales iniciamos nuestro recorrido urbano con una panorámica
en autocar que nos condujo hasta las mismas puertas de su famosísima
y monumental Universidad, de la cual visitamos todas sus estancias
más señeras como la biblioteca o la capilla.
Desde la Universidad y siempre ya cuesta abajo llegamos
a su clasicista Se Nova y, a continuación, pasando frente
a la iglesia románica de Sao Salvador, a su emblemática
Sé Velha (catedral vieja), una de las jotas del románico
portugués.
En la Sé Velha tuvimos ocasión de explicar
pormenorizadamente su arquitectura exterior: cabecera y fachada
occidental, así como su interior, cuyo alzado es en cierto
modo una reproducción a menor escala de la catedral de
Santiago de Compostela y, por supuesto, su fotogénico claustro.
Desde la Catedral Vieja descendimos hacia la parte
más llana de Coimbra para nuevamente disfrutar de una deliciosa
comida y, ya por la tarde, disfrutamos de la visita del Monasterio
de Santa Cruz, importantísimo lugar ya que alberga las
tumbas de los primeros reyes de Portugal: Alfonso Enrques (Alfonso
I) y su hijo Sancho I.
A continuación, visitamos la bonita iglesia
románica de São Tiago que, aunque se le amputó
la cabecera con motivo de ensanchar una de las principlaes calles
comerciales de la ciudad, sigue conservando una preciosa fachada
occidental.
Tas un rato de libre disposición para compras
y tomar un refrigerio, fuimos recogidos por el autocar para visitar
el más periférico de los monumentos de Coimbra:
el Monasterio Santa Clara a Velha.
Este monasterio causó especial impresión
entre nuestros amigos dados los avatares que en él han
dejado huella, y es que al situarse en la misma ribera del caudaloso
río Mondego, ha sufrido un sinfín de inundaciones.
Cuando comenzaba a oscurecer y también con
el autobús, regresamos el hotel para cenar y descansar
de cara a la última de las jornadas.
El domingo iniciamos nuestra ruta visitando el Castelo
de Almourol, importantísimo enclave templario con el atractivo
añadido de que, al situarse en una isla fluvial del río
Tajo, solo es accesible a través de un precioso recorrido
en barco que nos ofrece estampas de auténtica postal.
Y tras Almourol, apenas a 20 kilómetros, no
pudo haber mejor guinda a unos días inolvidables como la
visita al conjunto monumental que conforman el castillo y el Convento
del Cristo de Tomar, otro de los imprescindibles del patrimonio
portugués que recorrimos.
La comida en un restaurante de la misma plaza mayor
de Tomar también causó auténtica sensación
ya que tuvo lugar en un restaurante que reproduce muy fielmente
tanto la decoración como los propios menús medievales,
todo ello alumbrados por la luz tenue de unas velas. Toda una
experiencia.
Y antes de abandonar Tomar rumbo a Madrid, no podíamos
dejar de hacer una breve parada en la iglesia de Santa María
de Olival, con su conocido campanario exento.
Desde Tomar, justo cuando comenzaba a arreciar una
lluvia que nos respetó durante todo el viaje, iniciamos
nuestro viaje de regreso a Madrid. Muchas gracias a todos y todas
por vuestra compañía.