Durante el pasado fin de semana
despedimos el mes de agosto con un nuevo Viaje Guiado ARTEGUIAS
que, en esta ocasión, no era sino la II Edición
de la "Ruta de Los Maestros Lombardos en el Pirineo Aragonés:
La Ribagorza", la cual repetimos justo una semana después
de la primera dado el interés suscitado y con la intención
de que ninguno de nuestros amigos interesados se quedase sin plaza.
Como estaba previsto, el autobús salió
de la Avenida de América de Madrid para, tras las dos paradas
técnicas obligatorias para viajes de este kilometraje y
las explicaciones introductorias, llegar a la capital misma de
la comarca de la Ribagorza, que no es otra que Graus, donde disfrutamos
de una reconfortante comida.

Por la tarde, tomamos aguas arriba del río
Ésera para visitar la aldea de Biescas de Bardají,
cuya iglesia parroquial, ejemplo de románico lombardo rural,
constituyó una toma de contacto más que idónea
con el estilo que nos acompañaría durante todo el
fin de semana.

A continuación nos detuvimos frente al puente
medieval de Besians, uno de los más espectaculares de la
Ribagorza, tierra rica en puentes medievales como consecuencia
de su escarpada orografía.

Para finalizar la tarde, dispusimos de unos minutos
para tomar un refrigerio en la pintoresca plaza mayor de Graus
y ascendimos a la Basílica de la Virgen de La Peña,
construcción de origen medieval asentada sobre un vertiginoso
escarpe rocoso y desde cuyo balcón natural se disfrutan
amplísimas panorámicas de la zona.

Desde Graus, regresamos a nuestro hotel situado en
Barbastro para repartir las habitaciones, cenar y descansar de
cara a los platos fuertes que nos aguardaban para el sábado.
Iniciamos la jornada de sábado remontando
el valle del río Isábena hasta llegar al Monasterio
de Obarra, antiguo cenobio situado en un paraje espectacular y
en el que pudimos admirar detenidamente el binomio monumental
que componen la iglesia monacal de Santa María y su capilla
de peregrinos aneja.

Desde Obarra, tras una parada técnica para
cargar pilas, llegamos a la monumental población de Roda
de Isábena, la cual se jacta de ser la población
más pequeña de España dotada de catedral,
aunque en la actualidad no disfruta de tal rango al ser trasladada
desde fecha temprana precisamente a Barbastro.

En Roda, tuvimos la ocasión de comentar sus
exteriores, su preciosa portada y, ya en el interior, su cripta,
el sepulcro figurado de San Ramón, las pinturas murales
de una de las capillas de la cripta, la silla del mismo santo
y, por supuesto, el claustro, donde se conserva una de las mayores
colecciones de epitafios de Europa.

Tras la comida en un restaurante cercano al propio
Monasterio de Obarra, la ruta de tarde la iniciamos descendiendo
aguas abajo del río Isábena para conocer el puente
medieval de Capella, sin duda, el más ambicioso y espectacular
de la zona y probablemente de todo el Alto Aragón.

Desde ahí, y tras una parada técnica
en Benabarre, ascendimos hasta la población de Luzás,
donde además de su torre defensiva, visitamos su iglesia
parroquial, considerada por algunos expertos una de las más
primitivas del románico internacional.

Para acabar la tarde, nos dirigimos hacia la cercana
localidad de Tolva, en cuya iglesia parroquial luce espléndida
la antigua portada de la iglesia desaparecida del castillo de
Falces, frente a la cual, comentamos con detenimiento su rica
iconografía.

Para la jornada de domingo, última de la ruta,
nos esperaban otros dos platos fuertes, empezando por la villa
medieval de Montañana, antigua población que tras
quedar durante décadas semiabandonada, ha sido redescubierta
para el turismo mostrando al visitante un ambiente totalmente
medieval sin apenas cambios.

En compañía de sus guías Javier
y Héctor, visitamos en primer lugar su puente y, desde
ahí, la ermita de San Juan, iniciando a continuación
el ascenso hasta la parte más elevada del núcleo,
donde se sitúa la iglesia parroquial de Santa María
de Baldós, con su precioso tímpano y pinturas murales
góticas al interior.

Aún sobrecogidos con la belleza y la autenticidad
de Montañana, descendimos al valle del río Noguera
Ribagorzana para llegar al Monasterio de Santa María de
Alaón, situado en la boca de un espectacular congosto y
que sirvió de epílogo perfecto a nuestra ruta dado
que se considera uno de los ejemplos de la fusión del tradicional
románico lombardo pirenaico y de la corriente internacional
que llegaba desde Jaca.

Finalizada la visita, comimos en uno de los mesones
de El Puente de Montañana para iniciar nuestro viaje de
regreso, por supuesto, con las paradas técnicas reglamentarias.
Muchísimas gracias a todos por vuestra compañía
y hasta una próxima ocasión.