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Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Tarragona y la gran ruta del Císter en Cataluña. 9, 10, 11 y 12 de junio de 2022


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Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Tarragona y la gran ruta del Císter en Cataluña. 9, 10, 11 y 12 de junio de 2022

Entre el jueves día 9 y el domingo 12 de junio tuvo lugar el esperadísimo Viaje Guiado ARTEGUIAS "Tarragona y La Ruta del Císter", un itinerario que nos llevó a conocer tanto la bimilenaria Tarraco romana como los tres grandes monasterios del Císter catalán, todo ello complementado con una serie de visitas a lugares situados entre ellos y que por su estratégica situación, bien merecían una parada.

Así pues, el jueves, huyendo del calor madrileño, iniciamos viaje rumbo a tierras catalanas, realizando las consabidas paradas técnicas reglamentarias y aprovechando el trayecto para introducir tanto el contexto histórico del territorio a visitar como las especificidades teóricas y arquitectónicas de los monasterios cistercienses, sometidos a una estricta regla.

Tras comer en un restaurante de la ciudad de Fraga, nos adentramos en la provincia de Lérida para visitar el primero de los cenobios de "La Ruta del Cister", el único femenino de los tres que visitaríamos y también el único femenino: nos referimos a Santa María de Vallbona de les Monges.

En Vallbona iniciamos la visita en el exterior, comentando la cabecera y la portada del crucero norte, excepciones figurativas dentro del rigor anicónico cisterciense.
Ya en el interior, nos detuvimos tanto en su iglesia abacial como en su monumental claustro y estancias adyacentes, entre ellas una recién inaugurada botica que llamó la atención a todos los viajeros.

Desde Vallbona abandonamos Lleida para penetrar en tierras de Tarragona y visitar la iglesia de San Ramón de El Pla de Santa María, una preciosa construcción románica y complemento ideal a la Ruta del Cister al situarse equidistante entre Poblet y Santes Creus.

Desde El Pla tomamos dirección hacia el litoral hasta llegar a nuestro hotel, situada en la populosa localidad de Salou, la cual ya a inicios de verano empieza a tener mucho ambiente.

La jornada de sábado la dedicamos íntegra a la ciudad de Tarragona, desembarcando frente al Portal del Roser, punto de entrada al casco histórico donde nos esperaba nuestra guía oficial que nos acompañaría durante toda la jornada.

Como no podía ser de otra manera, la introducción a la historia de Tarraco la realizamos frente a una espectacular y más que clarificadora maqueta de la antigua ciudad romana para, desde ahí, iniciar el paseo arqueológico que discurre paralelo a las murallas.

Ya en el interior del cogollo monumental, realizamos la parada técnica en la misma plaza en la que se conservan los restos más evidentes del antiguo foro de la provincia para, desde ella, introducirnos en la Tarragona medieval visitando la fachada del antiguo Hospital de Santa Tecla o la capilla de Sant Pau, hoy integrada en el edificio del Seminario.

El plato fuerte de la mañana tarraconense, como no podía ser de otra forma, fue su catedral, donde comentamos detenidamente su fachada occidental antes de acceder al interior.

Dentro de la catedral explicamos las fases de su construcción, desde el siglo XII al XIV básicamente. Nos detuvimos en algunas capillas especialmente importantes y analizamos dos obras de arte mueble de singular valor: el retablo gótico de la cabecera y el frontal de altar románico.

Para rematar la jornada matutina tuvimos ocasión de comentar detenidamente su claustro catedralicio, que si bien no es de los más famosos del románico español, sí presenta capiteles de gran interés iconográfico al tratarse temas no tan comunes.

Fue, precisamente en este claustro, el lugar elegido para hacernos la habitual foto de grupo que nos servirá de recuerdo para siempre de esta visita.

Tras la comida en una agradabilísima y fresca terraza del centro histórico, regresamos a la Tarraco romana para visitar varios de sus restos más famosos, como el Circo o la Torre del Pretorio, desde cuyas terrazas se contemplan magníficas vistas de la ciudad y de la costa mediterránea.

Tras la parada técnica nos acercamos a los restos del foro local o de la provincia y, como más que digno remate a una jornada de lo más intensa de contenidos, descendimos hasta su famoso Anfiteatro, en cuyo interior se conservan restos de una basílica altomedieval.

Para la mañana del sábado nos aguardaba otro de los platos fuertes de la ruta como es el Monasterio de Santa María de Poblet, declarado Patrimonio de la Humanidad.

En esta ocasión iniciamos la visita por el claustro y dependencias: sala capitular, locutorio, refectorio etcétera. Desde el propio claustro ascendimos al monumental dormitorio de monjes, una estancia de enormes dimensiones desde la que, como harían los monjes en su día, descender por la escalera de maitines hasta la iglesia.

Por supuesto, en la iglesia abacial de Poblet la atención la captó el panteón real en el que reposan varios de los reyes más relevantes de la historia de la Corona de Aragón.

Muy cerca de Poblet no podíamos dejar pasar la ocasión de visitar la villa de Montblanc, una de esas poblaciones que indefectiblemente aparecen en el elenco de pueblos más bonitos de Cataluña.

En Montblanc realizamos un recorrido urbano visitando las iglesias de San Pere, Santa María y recorriendo incluso la parte transitable de su muralla.

El tercer y último de los monasterios del Císter que visitamos fue el de Santes Creus, después de comer en un agradable restaurante de la pequeña localidad surgida y crecida en torno a él.

De nuevo la monumentalidad y la armonía de la arquitectura cisterciense causó sensación entre los viajeros, especialmente su claustro gótico, la inmensa sala capitular y, por supuesto, la iglesia abacial, también con tumbas reales.

Desde Santes Creus emprendimos brevemente rumbo norte para conocer una de las mejores manifestaciones del románico en la provincia de Tarragona como es la ermita de Santa María de Bell-lloch, situada en la localidad de Santa Coloma de Queralt.

En ella, además del precioso sepulcro custodiado en su interior, nos detuvimos en su portada occidental, originalísima y con un interesantísimo repertorio iconográfico. Desde allí, regresamos al hotel para descansar y afrontar la última de las jornadas del viaje.

El domingo, ya con la idea de ir ganándole kilómetros al viaje de vuelta, visitamos la espectacular población medieval de Siurana, cuyas casas literalmente cuelgan sobre un espolón rocoso que precipita sobre el desfiladero tallado por el río hoy embalsado.

En Siurana recorrimos los diferentes miradores sin dar tregua a nuestras cámaras fotográficas hasta desembocar frente a su iglesia románica, cuya portada con su tímpano fue la mejor guinda monumental a cuatro días fantásticos.

Desde Siurana, tras dejar un rato para descansar y tomar un refrigerio en las encantadoras terrazas del pueblo, regresamos al autobús para, atravesando las preciosas carreteras de la Comarca del Priorat, llegar a Fraga para comer e iniciar camino de regreso a Madrid.
Muchas gracias a todos por vuestra compañía.

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