Guía de la Ermita de San Fagún de Los Barrios de Bureba, Burgos

Introducción

Uno de los monumentos más pintorescos y espectaculares de la comarca de La Bureba es, sin duda, la Ermita de San Fagún o San Facundo de Los Barrios de la Bureba.

Está situada a las afueras de esta localidad. al lado izquierdo de la carretera que conduce a Cornudilla y Oña.

Se trata de la que fuera iglesia parroquial de uno de los barrios de que constaba esta población, en la actualidad desaparecido y que se llamaba Barrio de San Facundo. Los otros barrios se denominaban de la Torre, Santa María, San Jorge, etc.

Sólo se ha conservado la cabecera y la espadaña, habiendo desaparecido completamente la nave lo que le confiere ese singular perfil compacto y vertical. Para cerrar el vano a la altura del arco triunfal se dispuso un muro moderno de sillares irregulares y dispuestos de forma un tanto caótica.

El conjunto resultante, al ubicarse en un lugar en alto y completamente aislado, permite una perspectiva perfectamente nítida.

También se advierte rápidamente que en todo lo que queda del edificio los muros son de buena sillería, si bien la roca utilizada contiene bastante porosidad.

Exterior

La cabecera está formada por un presbiterio engarzado a un ábside más estrecho y de planta semicircular.

El muro meridional del presbiterio cuenta con una ventana de tipo portada con una arquivolta de medio punto de doble bocel.

El capitel de la columna derecha (este) tiene un bajorrelieve escultórico que representa una muy esquemática sirena-ave en posición frontal desplegando sus delgadas alas que tienen la particularidad de que sus puntas se pliegan al final en forma de volutas.

Por su parte, el hemiciclo absidal se articula verticalmente por dos haces de tres columnas (más ancha la central) como en otros templos burebanos cercanos: Valdazo, Navas de Bureba y Soto de Bureba. En el paño central tenemos otro ventanal de hechuras similares al del presbiterio. Debajo de él hay una inscripción muy erosionada y, por tanto, de difícil lectura actualmente. Luciano Huidobro, quien dio a conocer el edificio, leyó así el texto:

SVB [ERA MCC]XVIIII ESSE CEPITIS DE[O] GRA(tia)S

Empezaste a ser edificada en la era 1219 gracias a Dios

De ser correcta la interpretación del texto, la iglesia de San Fagún estaría fechada -al menos la cabecera- en el año 1181.

La escultura que ha sobrevivido al exterior se concentra, como es habitual, en los capiteles de ventanales y del ábside, además de en los canecillos. En general es bastante ruda, obra de un taller que trabajaba bien las herramientas de cantería pero mucho menos hábilmente el cincel.

En los capiteles del grupo meridional de columnas del ábside aparece un hombre entres dos leones, a la izquierda otros tres hombres sin barba y a la derecha otra figura que se ha interpretado como un ángel. Según algunos autores este grupo escultórico estaría aludiendo al martirio de los tres jóvenes hebreos condenados a morir en el horno de fuego y a Daniel en el foso de los leones con el ángel que tapa las bocas de las fieras.

Por su parte, los canecillos alternan formas geométricas con las consabidas cabezas de animales y humanos. Uno de ellos se encuentra haciendo funcionar el peculiar instrumento musical llamado dolio.

La espadaña es uno de los elementos arquitectónicos que le presta verdadera monumentalidad esta ermita de San Fagún de Los Barrios de Bureba. Se levantó sobre el arco triunfal y tiene tres cuerpos, siendo los dos superiores los que tienen las parejas de troneras.

Interior

El interior de la ermita es muy sencillo, con los abovedamientos que podíamos esperar: medio cañón apuntado para el presbiterio y cuarto de esfera u horno para el ábside.

También nos interesan los dos ventanales que cambian su morfología con relación al exterior, pues sus arcos tienen intradós trilobulado, recordándonos a los de Navas de Bureba, San Millán de Lara y a algunas iglesias riojanas próximas como Treviana y Valgañón. Se ha propuesto para esta original forma de las ventanas de San Fagún un lejano influjo de los arcos polilobulados califales y almohades hispanomusulmanes, aunque bien pudiera ser un barroquismo propio de las últimas formas del tardorrománico.