Guía de la Ermita de San Miguel de Párraces
de Villoslada, Segovia
Introducción
La
ermita de San Miguel de Párraces se encuentra a
menos de dos kilómetros de la localidad segoviana de Villoslada.
Esta población pertenece al municipio
de Santa María la Real de Nieva (al oeste de la provincia
de Segovia, muy cerca ya de Ávila) dentro de la histórica
Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.
Villoslada cuenta sólo con unos 45 habitantes.
Ermitas románicas de Segovia
Posiblemente, la provincia de Segovia es la
que más ermitas románicas tiene dispersas por sus
campos.

El concepto de ermita hay que acotarlo puesto
que llamamos así a templos románicos en mejor o
peor estado de conservación que hallamos en plena naturaleza
o en campos de labor y que distan bastante de una localidad habitada.

Algunas de estas ermitas segovianas fueron
templos monásticos de algún cenobio desaparecido
como San Martín del Casuar o San Frutos de Duratón.
Pero la mayor proporción, sin duda,
fueron iglesias parroquiales de aldeas que con el tiempo han quedado
deshabitadas. Este es el caso de la citada ermita de Villoslada
pues fue el templo parroquial del pueblo de San Miguel de Párraces,
dependiente de la abadía de Santa María Real de
Párraces, y que se fue despoblando progresivamente hasta
el siglo XVI.

La ermita
La Ermita de San Miguel de Párraces
se encuentra al sureste del caserío de Villoslada, junto
a la carretera SG-V-3222, en medio de una sobrecogedora llanura
de campos de labor.

Esta ruda pero emotiva ermita románica
posee la más occidental de las galerías porticadas
románicas de la provincia de Segovia.

A pesar de su carácter popular fue declarada
Monumento Histórico-Artístico el 13 de octubre de
1983.

Sin duda, se trata de una obra artesanal de constructores
locales que la levantarían probablemente durante el siglo
XIII, pero emociona por la plástica del lugar en que se
encuentra.

Exterior
Originalmente, tenía una sencilla planta de
una nave engarzada a una cabecera formada por un presbiterio rectangular
y un ábside de planta semicircular. Está construida
mayoritariamente con calicanto menos las esquinas de los muros
-para servir de refuerzo- y la galería porticada de la
que luego nos ocuparemos.

Cabecera
El ábside de calicanto no dispone de columnas,
pero en su centro se abre un ventanal de tipo portada con una
arquivolta plana con chambrana sobre una pareja de columnillas
con capiteles vegetales.

El muro meridional del presbiterio se anima también
con un ventanal más sencillo, algo poco corriente en construcciones
populares de este tipo.

La cabecera es el único lugar del templo que,
tras las reformas, ha conservado los canecillos románicos
originales que son de doble rollo con escocia cóncava entre
ellos.

Galería porticada
Sin duda, lo más valioso de esta ermita de
Villoslada es la galería porticada cegada del mediodía.
Esta constituida por cuatro grandes arcos de medio punto que apoyan
sobre columnas geminadas de rudísimos capiteles vegetales
y las jambas laterales, más un arco central de ingreso,
de igual anchura pero más bajo al partir del suelo.

Muy probablemente, este pórtico románico
fue construido por un taller distinto al de la iglesia, en una
fecha posterior, porque los capiteles citados de las columnas
de la galería no mantienen semejanzas con los del ventanal
del ábside.

En un momento de su historia, se decidió ampliar
el espacio interior para el culto tirando el muro meridional de
la iglesia (con su portada románica) y cegando la galería
porticada. A continuación se abrió una nueva puerta
en la fachada oeste y sobre su hastial se elevó una pequeña
y coqueta espadaña.

También se añadió tardíamente
una sacristía en el costado septentrional del templo, con
alguna ventana rectangular pero carente de toda decoración.
Interior
El interior está muy reformado, pero todavía
se conserva aceptablemente la cabecera con su arco triunfal muy
apuntado, presbiterio con bóveda de medio cañón
apuntado y ábside se cuarto de esfera. En el hemiciclo
hay un abigarrado retablo barroco presidido por una imagen de
Cristo crucificado de estilo gótico con tres clavos.
