Ermita
de Nuestra Señora de Las Vegas, barrio de Requijada (Santiuste
de Pedraza)
Está
situada al pie mismo de la carretera que une La Velilla y Val de
San Pedro, cercano al barrio de Requijada, que junto a Cega y Otoruelo,
hoy desaparecidos, constituían el concejo de las Vegas.

Hace
unos años fue restaurada eliminando los muros que cegaban
su galería porticada y declarada Monumento Histórico-Artístico
en 1969.

Tiene
tres naves cubiertas por madera con cabecera triabsidal de tambor
en el interior. En el exterior, los ábsides laterales presentan
caras planas, y el central liso con un sencillo ventanal. La torre
cae sobre el del Evangelio y de sus dos cuerpos, el superior no
es el original al tener que rehacerse en 1756 por amenazar ruina.

Los
canecillos de la nave están bastante alterados pero aún
se aprecian cabezas de guerreros, serpientes, aves, etc.

La
galería
La
galería porticada es la pieza más espectacular de
la Ermita de Nuestra Señora de las Vegas. Tiene la más
pura distribución románica de siete arcos separados
en dos tramos de tres y cuatro por una puerta de dos arquivoltas
con guardapolvos sobre jambas.

Los
citados arcos apoyan sobre columnas geminadas cuyos capiteles son
cestas unidas que permitieron a los escultores a tallarlos sin individualización,
por lo que las superficies están cubiertas de grandes relieves
muy expresivos.

A
pesar de estar deteriorados, sobre todo en su cara exterior, es
fácil la correcta interpretación de su iconografía:


La
puerta
La
notable puerta de ingreso al templo se abre sobre un cuerpo resaltado.
Tiene cuatro arquivoltas más chambrana ajedrezada. La decoración
vegetal de sus arquivoltas, más cercana al románico
del Pirón que al sobrio pedrazano, acentúa la hermosura
del conjunto.

La
arquivolta exterior presenta flores de ocho pétalos con botón
central, la segunda es ajedrezada, la tercera de baquetón
y, por último, la rosca interior presenta en cada dovela
un motivo de róleos. Las arquivoltas descansan sobre jambas
con aristas finamente aboceladas salvo una pareja de columnas cuya
decoración consiste en arpías y leones con el lomo
erizado. Este último motivo se repite en un capitel del ábside
del Evangelio.
Las
enjutas de la puerta tienen sendas figuras que representan a la
Virgen y al Arcángel San Gabriel, en la escena de la Anunciación.
Esta articulación de portada es verdaderamente excepcional
por la calidad de las tallas y la escasez de casos similares en
la provincia.

El
interior
La
planta vuelve a ser casi cuadrada y tiene tres naves de dos tramos
separadas por los habituales arcos formeros doblados de medio punto
sobre pilares y semicolumnas. La cubierta, como viene siendo habitual,
es de madera. Los capiteles son lisos salvo uno que muestra motivos
vegetales. Los cimacios son también, como en otras iglesias
pedrazanas, de nacela.

Al
ábside principal se accede a través del arco triunfal
doblado sobre dos pares de columnas y su interior no es apreciable
por llevar un retablo barroco. Los dos absidiolos laterales son
semejantes y en los muros laterales vuelve a haber arcos ciegos
sobre columnas. El ábside meridional es de gran tosquedad,
mientras que el septentrional fue desmontado y desplazado para poder
soportar la torre y conserva el arco triunfal y las arquerías
ciegas con capiteles.

Toda
la cabecera está cubierta por bóveda de cañón
en el presbiterio y horno en el ábside creadas con calicanto.
El ábside principal presenta tres vanos. El central es de
tiempos modernos y los laterales son simples aspilleras. El testero
meridional es plano, y lleva una tosca ventana con arco sobre columnas.
El absidiolo del Evangelio tiene una ventana con dos arquivoltas,
de moldura sobre columnas la interior, y de triple baquetón
en zigzag resaltado la superior, homologando esta parte de la construcción
con otras como Sotosalbos, El Arenal y Rebollo.

Se
ha especulado con la posibilidad de que parte de la iglesia, concretamente
la nave meridional, puerta y galería, fuera de finales del
XI o comienzos de siglo XII, y a su vez se levantara sobre una antigua
basílica paleocristiana. Posteriormente, aunque todavía
en época románica, se edificaría el resto de
las naves.
Esta
tesis cobra veracidad al estar la puerta justo enfrente de uno de
los pilares que separa las naves. Salvo por causas de impericia
del taller que la levantó, esta ubicación anómala
denota que se abría a una iglesia de una sola nave.
A
pesar de ello, la escultura del pórtico que recoge con cierta
tosquedad algunos motivos silenses no parece obra tan antigua, mientras
que el resto de la estructura interior del templo, de características
semejantes a otras iglesias del alfoz de Pedraza podría llevar
su construcción hasta el siglo XIII.
