Ermita
románica de Santa María de Tiermes (Soria)

La original
"Termes" fue una de las ciudades arévacas más
importantes de la península. Junto con Numancia formó
la principal resistencia contra los romanos en su conquiste del
interior de Hispania.

Tras
su costosa conquista en el año 98 a.C. los romanos ampliaron
y enriquecieron la ciudad de manera notable. Como la mayoría
de estas poblaciones, durante el Bajo Imperio Romano iría
perdiendo importancia y tras la caída del Imperio y la ocupación
primero de visigodos y luego de musulmanes los indicios de su población
son casi inexistentes, aunque algunos habitantes permanecerían
constituyendo un nexo de unión con los repobladores de los
siglos XII y XII en que se establecen dos monasterios. A partir
del siglo XV la ciudad queda definitivamente desierta.

Esta intrincada
historia ha dejado en Tiermes unas ruinas arqueológicas de
primer orden que están siendo excavadas e investigadas desde
1975 y que han merecido la creación de un museo en 1986.

Para llegar
a la ermita románica de Santa María de Tiermes, principal
resto medieval que se ha conservado, hay que llegar al final de
las ruinas hispano-romanas. La iglesia se construyó sobre
el solar de una antigua basílica paleocristiana y en la galería
edificada a finales del siglo XII, alrededor del 1182, según
indica una inscripción: "D(OME)NIC(V)S MARTIN ME FECIT
ERA MCCXX" se reutilizaron capiteles del antiguo claustro del
monasterio de "Sancta Maria de Termis" que data de 1136.

La iglesia
es de una nave con cabecera dotada de presbiterio y ábside
semicircular, con galería porticada apoyada al muro meridional,
lo más valioso. Esta galería porticada firmada por
el Maestro Domenicus Martín cuenta con cinco arcos de medio
punto sobre columnas geminadas separadas por pilares, como en la
iglesia burgalesa de Vizcaínos.

Los
capiteles llevan variadas escenas como animales fantásticos
(grifos), la Resurrección con una fila de soldados vestidos
con cota de malla y postura semiagachada que es el más representativo
de esta iglesia, escenas de combate entre caballeros, encestado
vegetal, todos con una indudable impronta silense.
Cuenta esta
iglesia también con una ruda puerta con capiteles historiados
de tosca labra emparentados con las de San Esteban de Gormaz, que
muestran a Adán y Eva y personajes morunos.
No
hay que olvidar fijarse en la corona de canecillos pues hay algunos
historiados muy interesantes como un viejo músico tocando
un rabel.
