Santa Coloma d'Andorra es una localidad situada junto
al río Valira, a escasísima distancia en dirección
suroeste de Andorra la Vella. Cuenta con unos tres mil habitantes.
Probablemente, la iglesia de Santa Coloma d'Andorra
es la más conocida y emblemática de todas las de
estilo románico que conserva el Principado de Andorra,
por lo que su visita es inexcusable. Además, los turistas
que quieran disfrutar de este valioso monumento medieval, pueden
combinarlo con el espacio museístico Espai Columba que
se encuentra a pocos metros frente a la iglesia.

Estamos ante el edificio de mayor antigüedad
conservado en Andorra, puesto que el cuerpo de naves y la cabecera
se han datado en época altomedieval (siglos VIII al X).
Aparece ya citada en 1040 en las actas de consagración
de la catedral de La Seo de Urgel (Lérida).

Su cabecera de planta rectangular la relaciona con
las tradiciones prerrománicas hispánicas.
Hay que fijarse en la estructura de los muros, realizados con
mampostería de calicanto con vigas de madera horizontales.

En el siglo XII se construyó adosada al muro
meridional de la nave junto a la cabecera, una originalísima
y bella torre campanario lombarda de casi 18 metros de altura
que tiene la particularidad de tener planta aproximadamente circular.

Consta de un cuerpo bajo más otros cuatro
con ventanales bíforos de medio punto, cuyos maineles centrales
llevan capiteles de zapata. Por encima, encontramos los habituales
y característicos arquillos lombardos que le dan una acusada
personalidad. El remate es un chapitel cónico.

También es de esta época la puerta
abierta en el muro meridional que dispone de un vano de arco de
medio punto con sillarejos dispuestos en forma de dientes de sierra
y, sobre la clave, un sillar donde se esculpió una cruz.

Mucho más tarde se adosó un pórtico
de madera al costado meridional.

La nave se cubre con techumbre de madera a dos aguas.
La única parte abovedada, como es preceptivo, es la cabecera
que se comunica con la nave mediante un pequeño arco de
triunfo de perfil de herradura. El diminuto tamaño de este
arco se justificaría por su construcción en tiempos
de la celebración de la liturgia bajo el rito hispano.
Durante el siglo XI se va a imponer en los diferentes
reinos y condados la liturgia romana. Sin embargo con anterioridad,
la liturgia hispana que era la empleada impedía, entre
otras particularidades, la visualización de la consagración,
por lo que se tapaba la cabecera con distintos objetos, lo que
aconsejaba la construcción de arcos triunfales pequeños.

En el interior de dicho ábside se conservaban
hasta la década de los años treinta del siglo pasado
una importante colección de pinturas murales románicas
perteneciente a la Escuela de Santa Coloma, integrada por un conjunto
de talleres itinerantes que prestaron sus servicios en las parroquias
de los Pirineos y que al tener una formación parecida y
beber de las mismas fuentes adquirieron unas formas de trabajo
muy semejantes.

Estas pinturas fueron arrancadas con la técnica
del strappo y llevadas a colecciones particulares y museos extranjeros,
hasta que en fecha reciente han sido comprados por el gobierno
andorrano y expuestos en el Espai Columba, moderno museo o centro
expositivo construido hace muy pocos años, que sólo
dista 100 metros de la iglesia de Santa Coloma.

La iconografía de estos frescos es bastante
clásico: un apostolado al que se suma la Virgen María,
un Cristo en Majestad -que presenta la curiosidad de ubicarse
no en el centro sino en los riñones del lado norte de la
bóveda de medio cañón- y el Espíritu
Santo en forma de paloma blanca.

En la actualidad, para contextualizar el aspecto
de la iglesia cuando fue pintada, se proyecta para los visitantes
un muy espectacular vídeo mapping con una recreación
de todas las representaciones que llegó a tener.
Justo encima de la clave del arco triunfal del citado
ábside se conserva la única pintura mural original
que no fue arrancada. Se trata de un Agnus Dei dentro de un clípeo
circular.

Ya dentro de la categoría de arte mueble,
esta iglesia alberga una imagen de madera policromada de la Virgen
del Remedio y un retablo de estilo barroco bajo la advocación
de Santa Coloma, que es la patrona de la iglesia.