Guía de la iglesia de Jaramillo de la Fuente,
Burgos
Introducción
Dedicada a la Asunción de Nuestra Señora
y declarada Monumento Histórico Artístico desde 1991,
la iglesia parroquial de Jaramillo de la Fuente es una de
las más nobles e interesantes manifestaciones del románico
de la popularmente llamada escuela serrana, que abarca todo el ámbito
geográfico de la Sierra de la Demanda en su vertiente burgalesa.

La mención más antigua de Jaramillo de
la Fuente se remontaría al año 982, siempre dentro
de la órbita del poderoso monasterio de San Pedro de Arlanza
tal y como, más de un siglo después en un documento
de 1119, confirma la propia reina Urraca.

Para
algunos autores como Félix Palomero, los orígenes
del templo que actualmente podemos admirar habría que datarlos
a finales del siglo XI o comienzos del XII, mientras que para otros
hay que retrasarlos al último tercio del siglo XII.
Lo que parece evidente es que dentro de la construcción
románica hay dos etapas. La primera corresponde a la cabecera
(salvo los capiteles del ventanal) y la portada. Todo ello es obra
del Taller de la Sierra.
En una postrera intervención trabajaría
un taller de tradición silense que se encargaría de
la galería porticada, la torre campanario y los capiteles
citados del ábside.
Siglos después, concretamente en la decimosexta
centuria, esta buena iglesia de Jaramillo de la Fuente sufriría
una remodelación que afectaría principalmente a la
nave.

Arquitectura de la iglesia
Así pues, la iglesia de Jaramillo de la Fuente,
levantada toda ella en noble sillería de tonalidad rojiza
propia del entorno, presenta una planta de nave única rectangular
cubierta con bóvedas de crucería nervadas y de terceletes
fruto de la citada reforma en época tardogótica.

Interior
Un arco triunfal de medio punto sobre columnas adosadas
da paso a un breve tramo recto presbiterial cubierto con bóveda
de cañón que antecede al hemiciclo absidial, solventado
mediante una bóveda de horno.
Los capiteles del arco triunfal, bastante populares
y coronados por prominentes cimacios ajedrezados, presentan mascarones
y pencas en el lado del evangelio, y en el de la epístola
una curiosa composición en la que un clérigo acompañado
de sus acólitos parece portar un cáliz.
Exterior
Más allá de estos capiteles interiores,
el principal interés de la iglesia de Jaramillo de la Fuente
se concentra en su exterior, conservándose de su primitiva
fábrica románica el ábside, la galería
porticada, la portada de acceso y la torre campanario.

La torre campanario
La torre, levantada a los pies del templo, presenta
una estructura prismática en la que, sobre un primer cuerpo
liso, se elevan otros dos cuerpos idénticos abiertos en sus
cuatro caras mediante vanos de medio punto geminados sobre pares
de columnas que, a su vez, quedan abrazados por un arco mayor.

Esta tipología de torre campanario de la escuela
silense se repite (en algunos casos con matices) en varios templos
de localidades del entorno como Vizcaínos, Jaramillo Quemado,
Riocavado de la Sierra o Espinosa de Cervera.

La cabecera
El ábside, canónicamente orientado, se
eleva sobre un prominente podium del que nacen las dos semicolumnas
a modo de contrafuertes que dividen el hemiciclo en tres paños,
completándose la articulación mural con una moldura
de triple bocel horizontal a aproximadamente un tercio de su altura
que recorre todo el perímetro absidial

En el paño central se abre un gracioso ventanal
de medio punto cuyo arco queda definido por una pieza monolítica
labrada con decoración incisa vegetal en su rosca y un ave
y un cuadrúpedo en las enjutas.

De sobresaliente calidad son los dos capiteles de dicho
ventanal, donde son perfectamente reconocibles arpías femeninas
y grifos entre roleos. Tanto por el propio tipo de piedra como por
su calidad, muy superior a la del resto de la escultura absidial,
es de suponer que ambas cestas fueran realizadas por un taller muy
próximo a la órbita silense distinto al que trabajó
en el resto de la cabecera y nave.

Completa la ornamentación del ábside
una interesante colección de canecillos entre los que identificamos
un oso, el clásico barril, un monje lector, mascarones, una
exhibicionista y un hombre itifálico.

Los capiteles de las medias columnas a la altura de
la propia cornisa disponen decoración vegetal uno, y un personaje
sosteniendo dos cuadrúpedos con una soga el otro.

La puerta
La portada de acceso se presenta cobijada por la galería
porticada, circunstancia esta que ha permitido su buena conservación
en la que es incluso apreciable algún resto de su policromía
original.

Despliega la puerta cinco arquivoltas de medio punto
decoradas a base de rosetas, tacos, boceles, puntas de clavo y billetes
que apean alternativamente en pilastras y columnas acodilladas.

En los capiteles fueron tallados una sirena de doble
cola y un personaje siendo devorado por una pareja de felinos en
las cestas de la izquierda del vano; y dragones afrontados y el
tema de Sansón desquijarando al león (con la presencia
de un ave rapaz) en las de la derecha.

La galería porticada
Sin embargo, la pieza que dota de verdadera personalidad
y valor a la iglesia de Jaramillo de la Fuente es su armónica
galería porticada desplegada al costado sur del templo, conocida
popularmente entre los habitantes de la localidad como "el
portalito"

Pertenece a la segunda campaña románica
de características silenses. Consta la galería de
un total de siete arcos de medio punto, uno de acceso que por su
estructura y por aparecer individualizado entre dos contrafuertes
de escaso relieve recuerda a una portada; y seis a sus lados: dos
hacia el oeste y los cuatro restantes al este.

Descansa la arquería sobre columnas pareadas
culminadas por capiteles vegetales y figurados coronados a su vez
por bellísimos cimacios. Comenzando la lectura de los capiteles
por la izquierda de la galería según el espectador,
la primera cesta presenta dos cabezas a modo de retratos, una de
un personaje de cabellera rizada muy naturalista, y otra de un ser
de rasgos monstruosos.

A continuación, un capitel a base de seres imaginarios
en el que son perfectamente identificables un centauro y dos parejas
de arpías. Tras él, acostado sobre el machón
que individualiza el vano de acceso al pórtico, una cesta
en la que dos cuadrúpedos devoran a su presa.

Al otro lado del acceso al pórtico, de nuevo
el primer capitel repite el esquema de los dos rostros humanos ocupando
toda la superficie; esta vez ambos con graciosos peinados y cuyas
bocas parecen estar selladas por un cordón. Esta misma composición
se repite por tercera vez en esta galería porticada en la
cesta más oriental del conjunto, apareciendo en esta ocasión
un rey y una reina coronados.

El resto de capiteles del pórtico despliegan
repertorios vegetales, así como una última cesta muy
peculiar en la que además de varios seres imaginarios, aparecen
dos figuras femeninas a lomos de un dromedario.

Completa el repertorio escultórico de la galería
porticada de Jaramillo un buen número de canecillos vegetales
y figurados a base sobre todo de cabezas antropomórficas
y mascarones animales variados.

Por último, de nuevo al interior, entre
los bienes muebles que cobija este templo destacan un Calvario gótico
dispuesto hoy en un retablillo barroco, y una pila bautismal troncocónica
contemporánea a la construcción del templo decorada
a base de una cenefa de zarcillo ondulante en su embocadura y de
arcos de medio punto sobre pares de columnas.

(Autor
del texto del artículo/colaborador de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)
