Iglesia
románica de Nieva (Segovia)
Introducción
a la iglesia de San Esteban
Nieva
es un pueblo del suroeste de la provincia de Segovia, un territorio
donde el románico puro de cantería pétrea se
comienza a combinar con otras donde se emplea el ladrillo.
La
preciosa parroquial de San Esteban de Nieva es, tras su restauración,
un excelente representante del románico mudéjar segoviano.
Se
trata de un templo rural de una nave con cabecera de tramo recto
y ábside semicircular, campanario y galería porticada
en el costado sur.
Se
trata de uno de los ejemplos más claros dentro del arte medieval
segoviano del empleo del ladrillo en templos de tradición
románica, pero con muy escasos elementos de verdadera tradición
hispanomusulmana.
De
hecho, en Nieva (y no es el único caso en absoluto dentro
de la provincia de Segovia) las partes de ladrillo que pudiéramos
considerar "mudéjares" se combinan con otras de
piedra completamente románicas, como sucede en la galería
porticada.
No
es de extrañar que muchos autores sigan rechazando el uso
del término "mudéjar" o incluso de "románico-mudéjar"
para estos templos castellanoleoneses (especialmente los segovianos)
y prefieren la denominación "Románico de Ladrillo"
pues consideran que se trata de una mera aplicación de un
material más práctico a programas completamente románicos.
Por ejemplo, El catedrático Valdés Fernández
califica a estos templos "obras de albañilería
románica" para distinguir estas iglesias de las verdaderas
obras mudéjares de otras latitudes, aunque matizando la distinción
entre cantería románica (románico auténtico,
en piedra) y el empleo del ladrillo de estos edificios.
La
Galería Porticada
Hasta
comienzos de este siglo la galería porticada de la iglesia
de Nieva se encontraba cegada, con el fin de ampliar el espacio
del interior de la iglesia.
Tras
su restauración, observamos uno de los más interesantes
ejemplares de pórtico románico que podamos contemplar
en este territorio de la Extremadura castellana donde tanto abundan.
Como
anunciamos al principio, en esta galería porticada se combinan
partes de ladrillo (arcos y pilares extremos) con otras de piedra
tallada (columnas completas).
Estas
columnas son pareadas y en sus voluminosos capiteles hay esculpidos
magníficos leones, grifos y arpías. En uno de ellos
hay una escena de combate entre caballeros con lanza y en otro,
un hombre sujeta a dos cuadrúpedos (posiblemente leones)
mediante sendas cuerdas que rodean sus cuellos.
El
campanario
Elemento
especialmente interesante es su torre, que a modo de cimborrio cabalga
sobre el primer tramo de la nave, como ocurre en San Clemente, Santísima
Trinidad, de Segovia, y Carbonero el Mayor. Es de planta rectangular,
con dos cuerpos de campanas, más el de arranque. En las caras
más anchas, que dan a oeste y este, hay abiertos dos vanos
mediante arco doblado, siendo el del primer piso apuntado, y el
del superior, de medio punto.
En
las caras estrechas, se repite la disposición, pero reduciéndose
el número a un vano en cada piso.
Ábside
Exteriormente,
el ábside se articula mediante tres pisos de arquerías
ciegas y dobladas semicirculares, sin impostas, que crean verticalmente
nueve calles. Por encima se remata con franja de esquinillas y tres
filas de ladrillos forman el alero. Los muros del presbiterio muestran
dos arcos doblados separados por recuadros o falsos alfices, y por
encima, seis rectángulos verticales y estrechos.
Puerta
La
preciosa puerta septentrional dispone de cuatro arquivoltas y tiene
la originalidad de que su perfil es de nacela, con lo que no se
crea el habitual escalonamiento, sino un derrame continuo. La puerta
meridional tiene tres arquivoltas y alfiz.
En
el interior, lo más sobresaliente es el abovedamiento con
cañón apuntado y fajones sobre impostas de nacela.
En
las reformas del siglo XVII, se añadió un crucero
y un ábside en el extremo occidental, por lo que hoy es un
templo con dos cabeceras.
Iglesias
románicas y mudéjares próximas a nieva
En
un perímetro no superior a 15 Km. alrededor de Nieva podemos
encontrar varias iglesias o ermitas románicas o mudéjares.
En ellas encontramos,
en ocasiones, cabeceras, otras veces portadas e incluso buenas torres
campanario (como la de Migueláñez)
Aquí
citamos las ermitas arruinadas de Bernardos y Domingo García,
la iglesia de Miguel Ibáñez, Tabladillo, Balisa Villoslada
y Melque de Cercos.
Miguel
Ibáñez
La
parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción,
de Miguel Ibáñez es, como tantas otras, el resultado
de las reformas barrocas que sufrió la antecesora románica
levantada en ladrillo.
Todavía
perdura de esa época su modesta torre y, sobre todo, una
bonita puerta meridional de cinco arquivoltas recuadrada por alfiz,
no hace mucho restaurada y liberada de la pintura que la cubría.
Domingo
García
A
muy poca distancia, nos topamos con las ruinas de San Isidro, en
Domingo García, con muros carcomidos de pizarra y ladrillo.
Bernardos
La ermita de
Santa Inés de Valverde, junto a Bernardos es un conjunto
de ruinas sin consolidar. De nuevo, como causa, hay que apuntar
a su modesta fábrica de calicanto con algunas partes de ladrillo.
Al menos la cabecera y parte de los muros se conservan aceptablemente.
Melque
de Cercos
Las reformas
que sufrió en el siglo XVII la iglesia vieja de Santa María
de Melque, que destruyeron el ábside original, junto al desplome
de parte de la nave y la cubierta en 1980, han desfigurado esta
notable iglesia de calicanto y ladrillo.
Originalmente
tenía una sola nave con tres tramos inicialmente pensados
para cubrir con madera, pero se abovedó en cañón
con fajones de ladrillo. El cimiento sorprende por su endeblez pues
sólo tiene 70 cm de calicanto sobre tierra virgen.
Aún
permanecen en buen estado la fachada sur, con entrada de tres arquivoltas
de ladrillo, enmarcada con alfiz, y los muros del presbiterio con
doble piso de arquerías ciegas de ladrillo.
Fue declarada
Monumento Histórico-Artístico en 1983 y ha sido recientemente
restaurada y consolidada sus ruinas.
Tabladillo
La capilla
para el cementerio de Tabladillo no es otra cosa que la antigua
ermita de la Magdalena, situada al lado de la carretera que conduce
a Santa María la Real de nieva
Conserva su
estructura románica apreciable especialmente en su interior,
abovedado con arcos fajones sobre pilastras formando una compartimentación
de ábside, presbiterio y dos tramos en la nave.
Balisa
En Balisa,
la ermita de la Virgen del Otero, conserva perfectamente su austera
traza original; una nave unida a una cabecera de menor altura de
presbiterio recto y ábside semicircular. Todo el conjunto
es de calicanto con esquinas de ladrillo. La puerta meridional,
de gran simplicidad incide en la sobriedad general del templo. La
corona de canecillos presentan, todos, perfil de nacela.
Acercarse a
este pequeño santuario, encaramado en un altozano, permite
contemplar su serena belleza y unas buenas vistas de la comarca.
También
en Balisa y camino de Santa María podemos visitar las agonizantes
ruinas de una iglesia de mampostería y ladrillo, que constituían
la ermita del Cerro del Águila
La propia parroquial
de Balisa, aunque totalmente reformada, conserva su cabecera de
tambor.
Villoslada
Pasado el pueblo,
en medio de una sobrecogedora llanura y sólo acompañada
por un brevísimo caserío, descubrimos la ruda pero
emotiva ermita de San Miguel de Párraces, que presenta la
más occidental de las galerías porticadas segovianas.
A pesar de
su rudeza ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico
el 13 de octubre de 1983.
Sin duda se
trata de una obra artesanal de constructores locales, pero emociona
por la plástica del lugar en que se encuentra.
De planta sencilla
con ábside semicircular, está construida mayoritariamente
con calicanto. El muro meridional del presbiterio se anima con un
ventanal, algo poco corriente en construcciones populares de este
tipo. Sin duda lo más valioso es la galería cegada
del mediodía. Esta constituida por con cuatro grandes arcos
de medio punto que apoyan sobre columnas pareadas de rudísimos
capiteles vegetales, más un arco central de ingreso, más
pequeño. El interior, muy reformado, no ofrece demasiado
interés.